«Dios simplemente me dijo: Has dado tiempo a otros novios, pero ¿alguna vez has pensado en mí? ¿Qué tal si me das una oportunidad?. Yo tenía que escuchar. Tenía que darle una oportunidad… El sexo y la virginidad son regalos que tú das, no es algo que se pierde. No se trata de una jerga religiosa; se trata de la belleza de ser humano. Relacioné de una mejor forma la idea de que expresar el amor no sólo se trata del sexo. Se trata de querer lo mejor por la otra persona»
martes, 20 de septiembre de 2016
Cosmopolitan publica el testimonio de la joven Carmen Briceno: «Estoy felizmente casada con Dios: Como una virgen consagrada»
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