«Como pastor quise saber más de la Eucaristía, estudiarla... y lo hice en un curso de Sacramentos del seminario católico. Yo me sentía raro cuando guardábamos en el servicio luterano el pan de la eucaristía sobrante, ya bendecido, apilado en cualquier sitio, para reutilizarlo dos semanas después. No me encajaba. Yo lo que veía estudiando a los cristianos antiguos es que la eucaristía no era para ellos un añadido, sino el motivo central de su reunión cada domingo por la mañana. La razón de juntarse era la Eucaristía»
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