«Lo quiero contar para que todo el mundo sepa que Dios existe y que nos acompaña… El terremoto hizo un ruido espantoso. Caí sobre la mesilla, me levanté e intenté abrir la puerta pero no se abría… A veces me levanto sobresaltado porque pienso que el suelo se mueve. Es una tragedia. Una cosa es contarla y otra es vivirla»

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