* «Pedimos a la gente que rezara. Y también nos rodeamos de personas que tiraran de nosotros para arriba. La respuesta de la Iglesia fue impresionante. Pasamos de tener miedo y angustia a ilusionarnos muchísimo por la vida que venía. ¡A disfrutar del embarazo! Y no era porque los amigos que nos acompañaban nos pusieran una venda en los ojos. Al revés, nos centraron frente a la verdad. Nos ayudaron a vivir con ilusión la posibilidad de que nuestro hijo se fuera al cielo, que al final es la misión para la que un padre está creado. Nos ayudaron a vivir orgullosísimos e ilusionados el minuto presente»
lunes, 12 de septiembre de 2016
Olalla Álvarez de Toledo, médico internista y madre de Javier, que nació con una grave malformación: «Le dije a la Virgen: “Es tuyo”»
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