“Yo siento que Dios me perdona mis pecados y me da la capacidad de perdonar. Ya mi vida era alegre, yo ya no me sentía vacío. Empiezo así a experimentar en mi vida el amor, y digo: Yo quiero llevar este Amor de Dios a las personas que no lo conocen, porque la Virgen en Medgujorge, a Mirjana, le habla de los que no conocen el amor de Dios en sus vidas. Y me dije: Yo quiero ir con esas personas con las que nadie se atreve a ir, a hablarles de ese Amor de Dios. Y empiezo a ir a los prostíbulos, y es así como surge este apostolado, que yo lo he llamado bajo oración, junto con el Padre, en acompañamiento: “Apostolado Reina de la Paz, dame tu Corazón herido”. Y es así como he llegado a los prostíbulos”
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