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Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

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Oremos todos para que la sabiduría de Jesús Resucitado presida estas páginas y nos bendiga abundamente.

Página web de Escuchar la Voz del Señor

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viernes, 11 de diciembre de 2020

A Aurora Conde el estrés la llevó al hinduismo sincretista: «Nací de nuevo y volví a la vida como el hijo pródigo. Cristo resucitó en mí y yo empecé a resucitar en Él»

 


*  «Repentinamente desde mi interior, brotó un amor increíble, no humano, que me llenó por dentro y se irradió hacia fuera de mí. Fue como si yo fuera una bombilla que se encendió en un momento, que se llenó de luz y esta luz se irradió hacia fuera. Era impresionante, y entendí en un segundo que era el amor de Dios por mí. Supe que era Dios, creí y le amé en un instante. Sentía una gran necesidad de compartir aquello que me estaba sucediendo, quería gritarlo y compartir aquel amor que no era mío. Amar con el amor de Dios en mí. Esta experiencia duró tres días y cambió mi vida radicalmente. Poco a poco, el Espíritu Santo me ha dado algunas pistas sobre lo que ocurrió aquel día. Después de aquello, me resultaba difícil entender que Jesús está en todos los hombres, porque no lograba verle en mi vida pasada, vida de pecado.Pero un día lo entendí: Jesús sí que estuvo en mí, pero mi pecado lo tenía crucificado y enterrado en mi corazón de piedra que le hacía de sepulcro»

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