* «Por las tardes íbamos a la adoración. A mí en el colegio me habían transmitido la fe y me habían dicho que ese cachito de pan era Jesús. Pero para mí realmente eso era un cacho de pan, no era Jesús, ni Dios, ni nada. En el corazón le preguntaba a Dios quien es. Esa tarde tuve una experiencia tan real, porque no es un sentimiento, sino que experimenté que ahí estaba realmente Dios vivo. ¡En ese cachito de pan estaba Dios! Vi toda mi vida pasar delante de mí y como Jesús estaba en los momentos en que yo le volvía a crucificar… cuando yo estaba por la calle, pegándome, Él estaba ahí, Él era a quien le pegaba y esperaba a que yo aceptase su perdón a que yo le abriese mi corazón para que Él entrase en mí a cambiarlo»
El testimonio de vida, conversión y vocación de Jaime Barón
* «Un día me encontré en la calle a una persona tirada en el suelo, me acerqué, lo toco, estaba consciente pero muy frío, se estaba muriendo. Lo cogimos, le pusimos en un taxi y lo llevamos a la casa de las hermanas. Dentro del taxi apoyé su cabeza en mi regazo, me puse a rezar el rosario y le iba mirando a los ojos y en su rostro vi de verdad la presencia real de Jesús, vi los ojos de Jesús en la cruz, sus últimos minutos de vida cuando dijo: ‘tengo sed’; y no se refería solo a la sed fisiológica, sino que tenía sed de nuestro amor»
No hay comentarios:
Publicar un comentario