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Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

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domingo, 27 de marzo de 2022

P. Massimo: «Soy hijo de un padre brutal y bestial pero lo perdoné porqué ocurrió un milagro. De repente el Señor me acarició y quise a mi padre y me sentí querido por él»

 


* «Cuando papá se enteró de mi vocación, me echó de casa blasfemando y después de mi ordenación sacerdotal, su actitud fue aún más despiadada… El milagro ocurrió una mañana de enero, salimos del hospital y le acompañé a casa. Papá había comprendido que el tiempo se agotaba, estaba triste y cansado. Le miré fijamente, hablamos durante veinte minutos y empecé a sentir algo desconocido. Por primera vez quise a mi padre y fue sin hacer nada. Papá me devolvió la mirada y por fin me sentí querido por él. Lo miré durante mucho tiempo, ya no sentía odio hacia él, como si todo el mal no hubiera existido. Lo pude ver por primera vez como lo que era, mi padre. Alguien me acarició de repente como el viento cálido del verano: era mi Señor. Sólo he sentido compasión cuando mi padre estaba muriendo, sin mérito la misericordia vino a visitarnos. Papá me pareció tan hermoso como el sol, adorable, porque la misericordia es el milagro de la vista devuelta a un ciego»

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