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Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

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Página web de Escuchar la Voz del Señor

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lunes, 10 de octubre de 2022

Arek, 35 años, rechazado y ridiculizado en su infancia se hizo adicto a la pornografía y a la masturbación: «Fui sanado por la Virgen María peregrinando al santuario de Czestochowa»


* «María estuvo presente en mi vida desde el principio. En mis primeros años, muchas veces escuché que me habían dedicado a María desde mi nacimiento: como estaba en peligro de morir, fui encomendado a la Virgen pidiéndole que sobreviviera. Poco después, mi condición comenzó a mejorar… durante la oración común sentí un calor muy fuerte, como si algo me iluminara por dentro. Escuché una voz en mi corazón. Era la voz femenina más hermosa que jamás había escuchado. Ella dijo: ‘De ahora en adelante, no te masturbarás ni verás pornografía’. Fue una experiencia increíble, llena de ternura y protección maternal. Lo que sentí era casi palpable, era tan concreto… Nunca antes había tenido una experiencia así. Era inimaginable para mí. Después, ya no me sentí adicto. Desde entonces, puedo abrir una computadora sin querer visitar un sitio pornográfico. No siento esa compulsión. Incluso diría que es más bien lo contrario lo que ocurre. Cuando veo contenido como este, lo evito. Soy consciente de que es una gracia que no puedo permitirme desperdiciar»

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