* «María estuvo presente en mi vida desde el principio. En mis primeros años, muchas veces escuché que me habían dedicado a María desde mi nacimiento: como estaba en peligro de morir, fui encomendado a la Virgen pidiéndole que sobreviviera. Poco después, mi condición comenzó a mejorar… durante la oración común sentí un calor muy fuerte, como si algo me iluminara por dentro. Escuché una voz en mi corazón. Era la voz femenina más hermosa que jamás había escuchado. Ella dijo: ‘De ahora en adelante, no te masturbarás ni verás pornografía’. Fue una experiencia increíble, llena de ternura y protección maternal. Lo que sentí era casi palpable, era tan concreto… Nunca antes había tenido una experiencia así. Era inimaginable para mí. Después, ya no me sentí adicto. Desde entonces, puedo abrir una computadora sin querer visitar un sitio pornográfico. No siento esa compulsión. Incluso diría que es más bien lo contrario lo que ocurre. Cuando veo contenido como este, lo evito. Soy consciente de que es una gracia que no puedo permitirme desperdiciar»
lunes, 10 de octubre de 2022
Arek, 35 años, rechazado y ridiculizado en su infancia se hizo adicto a la pornografía y a la masturbación: «Fui sanado por la Virgen María peregrinando al santuario de Czestochowa»
* «María estuvo presente en mi vida desde el principio. En mis primeros años, muchas veces escuché que me habían dedicado a María desde mi nacimiento: como estaba en peligro de morir, fui encomendado a la Virgen pidiéndole que sobreviviera. Poco después, mi condición comenzó a mejorar… durante la oración común sentí un calor muy fuerte, como si algo me iluminara por dentro. Escuché una voz en mi corazón. Era la voz femenina más hermosa que jamás había escuchado. Ella dijo: ‘De ahora en adelante, no te masturbarás ni verás pornografía’. Fue una experiencia increíble, llena de ternura y protección maternal. Lo que sentí era casi palpable, era tan concreto… Nunca antes había tenido una experiencia así. Era inimaginable para mí. Después, ya no me sentí adicto. Desde entonces, puedo abrir una computadora sin querer visitar un sitio pornográfico. No siento esa compulsión. Incluso diría que es más bien lo contrario lo que ocurre. Cuando veo contenido como este, lo evito. Soy consciente de que es una gracia que no puedo permitirme desperdiciar»
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