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miércoles, 4 de diciembre de 2024

Gema de Beas: «Me quedé ciega, eché a Dios de mi vida, que fue lo peor que pude hacer, perdí trabajo y amistades, me regalaron un Niño Jesús, empecé a pedir fuerzas y a encontrar consuelo en la oración»


Gema de Beas

Camino Católico.- A los 29 años, Gema de Beas se enfrentó a un cambio drástico en su vida. Debido a complicaciones derivadas de la diabetes, una serie de operaciones oculares la dejaron completamente ciega. A través de su conmovedor testimonio, el cuál ha contado en 'Ecclesia Es Domingo' de 13 TV, explora las profundas crisis de fe que enfrentó, el gran apoyo de su familia y su esposo Ricardo, y el milagro del nacimiento de su hija, María.

Vídeo de 13 TV en el que Andrés Gema de Beas cuenta su testimonio

Una experiencia que de Beas describe como un proceso devastador que la llevó a una profunda crisis de fe, cuestionando por qué Dios le había permitido pasar por esa prueba. “Eché a Dios de mi vida, que fue lo peor que pude hacer", confiesa. Una pérdida de visión que desencadenó otras pérdidas. “Perdí trabajo, perdí amistades porque la gente, yo creo que porque no saben cómo dirigirse a ti, cómo tratarte”. 

El Regalo de la Fe y la Familia

Sin embargo, el apoyo incondicional de su familia, especialmente de su hermana, quien también quedó ciega poco después, fue muy importante para su recuperación. La fe de su hermana le hizo reflexionar sobre su propia actitud y le inspiró a afrontar su nueva realidad con valentía. "Mi hermana con una fe impresionante, una fortaleza, una entereza, un Dios ha querido esto. Yo alucinaba, pero también al mismo tiempo me ponía de mal humor porque yo decía, 'bueno, si él lo lleva tan bien, ¿por qué yo lo llevo tan mal?'"

De Beas encontró consuelo en la oración, especialmente a través de la imagen de un Niño Jesús que le regaló una monja. Aunque no recuperó la vista, encontró la fuerza necesaria para seguir adelante y reconstruir su vida. "Le empecé a pedir fuerzas, simplemente que me diera fuerzas para salir de aquello" cuenta.

En la ONCE, Gema encontró un nuevo círculo social y conoció a su futuro esposo, Ricardo. A pesar de un comienzo accidentado, su relación floreció y se casaron dos años y medio después. "Un mundo bueno, alegre y divertido" destaca. Y aunque Ricardo era agnóstico al principio, la influencia de Gema, su familia y un párroco lo llevaron a encontrar la fe. "Fue gracias a mi familia, a mi madre concretamente".

El Milagro de la Maternidad

La pareja deseaba tener hijos, pero los médicos le diagnosticaron a Gema otra enfermedad que hacía peligrosa la maternidad y le dijeron que no podría llevar un embarazo a término. Desolados, renunciaron a la idea de tener hijos biológicos y exploraron la adopción, pero se les negó debido a su discapacidad visual. "Si eres invidente, no te dejan adoptar", denuncia, sacando a relucir la discriminación que enfrentan las personas invidentes.

Sin embargo, el destino dio un giro inesperado, y Gema se quedó embarazada ocho meses después. Confiando en Dios y en un médico, dio a luz a una niña sana llamada María. "María llegó a término, cosa rara porque en embarazos de personas diabéticas los niños salen antes. Hay que programarlos porque salen más grandes de lo normal. Y María nació perfectamente" relata. 

Hoy en día, Gema, Ricardo y María viven una vida plena llena de fe. Participan en su parroquia y encuentran un gran apoyo la oración. "Nosotros procuramos rezar todas las noches juntos, tener ahí nuestra oración familiar y tener presente a Dios en nuestras vidas, a pesar de que somos humanos y fallamos mucho, pero para nosotros es muy importante tener a Dios en nuestro camino".

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