El P. Juan Antonio y el P. José Antonio Licona Vite el día de su ordenación sacerdotal | Foto: Cortesía hermanos Licona Vite
Camino Católico.- José Antonio y Juan Antonio Licona Vite son dos hermanos gemelos originarios del estado mexicano de Veracruz, quienes, además del lazo de hermandad, comparten una profunda vocación que los ha llamado a servir juntos a Cristo como sacerdotes. Su historia es un testimonio de fe y amor, donde el llamado de Dios los ha unido en el ministerio sacerdotal.
Un llamado que despertó al contemplar la Eucaristía
Según cuentan en entrevista con ACI Prensa, su camino hacia el sacerdocio comenzó a los 10 años, cuando comenzaron a servir como monaguillos en su iglesia local en el municipio de Álamo Temapache, gracias a la invitación de una de sus catequistas. Esta experiencia, relatan, fortaleció su compromiso con la fe y les permitió comenzar a sentir el llamado divino.
El P. José Antonio compartió que uno de los momentos más importantes de su vida, y de los primeros en los que sintió el llamado al sacerdocio, fue siendo monaguillo, “contemplando la Eucaristía”. Por su parte, el P. Juan Antonio relata que, al igual que su hermano, “el llamado al sacerdocio ocurrió debido a un momento culmen durante una Eucaristía donde miré la Hostia consagrada y sentí tanta alegría y emoción que nunca había experimentado en mi vida”.
Juan Antonio y José Antonio Licona Vite como seminaristas | Foto: Cortesía hermanos Licona Vite
En 2011, ambos hermanos ingresaron al preseminario vocacional para descubrir si ese era su llamado. Aunque el P. José Antonio estaba entusiasmado, su hermano inicialmente se resistía. “Fue la insistencia de nuestro párroco lo que me hizo decidir ir”, reveló el P. Juan Antonio. Sin saber la decisión del otro, al terminar el preseminario y frente a sus padres, ambos confirmaron su deseo de seguir el camino sacerdotal.
El P. José Antonio señala que esta etapa de discernimiento en él despertó la interrogante: “¿dónde puedo servir más y mejor?”, mientras que el P. Juan Antonio, en el mismo proceso, descubrió que “Dios quería algo más de mí”.
El 21 de enero de 2025, fueron ordenados sacerdotes por Mons. Roberto Madrigal Gallegos, Obispo de Tuxpan.
La familia en su proceso vocacional
Para los hermanos Licona Vite, compartir este camino ha sido una bendición que se ha manifestado en cada momento de su vida, siendo la familia un pilar fundamental de apoyo en su vocación.
El P. José Antonio consideró “una dicha del amor de Dios el poder compartir el caminar con mi hermano, quien ha sido un amigo que me ha acompañado a lo largo de mi formación”.
Pero no sólo entre ellos se han apoyado, su familia ha jugado un papel crucial en su vocación. El P. Juan Antonio recuerda que, durante su proceso en el seminario, algunas personas les sugerían abandonar su camino, argumentando que lo que hacían no era algo de provecho.
Sin embargo, sus padres los “animaron a responder a Dios ‘hasta donde él nos permitiera’ y siempre hemos contado con su apoyo”.
El P. Juan Antonio y el P. José Antonio Licona Vite | Foto: Cortesía hermanos Licona Vite
Recomendaciones a jóvenes
El P. Juan Antonio aconsejó a los jóvenes que, a pesar de las dudas y temores que puedan surgir al tomar la decisión de entrar al seminario, recuerden que “cuando miras todo el bien que puedes hacer no sólo por ti, sino por toda la Iglesia, es algo grande y significativo”. Añadió que es maravilloso comprender que “Dios actúa en ti, y a través de ti se pueden salvar tantas personas”.
A quienes están pasando por un proceso de discernimiento vocacional para saber si quieren ser sacerdotes, el P. José Antonio les recomendó tener presente que cuando una persona “va respondiendo con entrega, el tiempo de la formación se pasa muy rápido, y cuando menos se dé uno cuenta, se ha avanzado en el caminar, pero de algo hay que tener siempre presente, esta vocación, es don y gracia de Dios”.
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