Antonio y Cristina, después de ver la película «Medjugorje», empezaron a rezar por su hija
Camino Católico.- Antonio y Cristina son un matrimonio español que llevan más de 30 años casados. Han pasado circunstancias duras en la familia por los problemas de adicción de una hija y el desamor entre los esposos. Ellos no tenían interés en temas religiosos… hasta que les sucedió algo asombroso con la película Medjugorje, estrenada en cines en 2021. Lo han contado a Borja Martínez-Echevarría, que fue uno de los directores, en un vídeo de la Asociación Lanza y Pablo J Ginés en Cari Filii hace una amplia síntesis del testimonio. Esta es su historia.
Vídeo de Asociación Lanza en el que Antonio y Cristina cuentan su testimonio
Una relación alejada de Dios
Cristina es la tercera de cinco hermanos. Iban todos a misa «obligados hasta los 14 años, edad en la que mi padre nos liberaba de ir». Y los cinco dejaron de acudir a misa así. «Cuando conocí a Antonio, con 19 años, me sorprendió mucho que él sí iba a misa. Y me gustó. Por un lado me sorprendía, me extrañaba, pero me parecía que si iba a misa tenía que ser un buen chico y mis padres también se alegraron un montón, aunque ellos ya no eran practicantes».
«Yo era un buen chico», admite Antonio. En su casa todos habían ido a misa, y cuando algunos hermanos dejaron de hacerlo, él perseveró en la práctica con sus padres. La vida de fe en la familia consistía en la misa del domingo y rezar algún padrenuestro al viajar en coche, sin más profundización, ni grupos de fe ni cercanía a sacerdotes.
Una vez casados, Cristina respetó al principio que Antonio acudiera a su misa dominical. Pero con el tiempo ella lo fue aceptando menos: en su opinión siempre había algo más importante que hacer. Así él empezó a saltarse misas.
Hijas y máscara de «familia perfecta»
Les costó tener hijos. Acudieron a varios tratamientos. «Eran de estimulación a la ovulación, había una frontera que no queríamos pasar, que era la de la fecundación in vitro». Quedó embarazada de lo que parecían sixtillizos, aunque dos resultaron óvulos huecos, otro embrión no tenía latido y otro más falleció en el tercer trimestre. Al final, nacieron dos mellizas el día que cumplían 7 años de matrimonio. Más adelante, sin tratamiento ninguno, tuvieron otra hija más.
«Nos pusimos la máscara de de familia perfecta. Tres niñas preciosas, buena casa, buen coche, buenos trabajos...» Pero él trabaja sin parar, también los sábados y las mañanas del domingo. Del poco tiempo de estar en casa, Antonio intentaba dedicar parte a su misa de domingo, algo que molestaba a Cristina. «Para mí, un objetivo de mi vida era conseguir que mi marido dejara de ir a misa«, reconoce.
A los 15 años, una de las mellizas, que siempre fue más rebelde, empezó a consumir drogas y a dormir fuera de casa. Además, el matrimonio se iba distanciando, parecía que sólo les unía ya la preocupación por su hija. Él tardó en presentar sus problemas a Dios. Pero en cierto momento llegó a pedir a la Virgen que protegiera a su familia, aunque «creo que por rutina más que por fe».
Preguntas sobre la muerte, atascada en la Nueva Era
Pasados unos años, al morir la madre de Cristina, ella empezó a hacerse preguntas por la vida después de la muerte. Leyó libros sobre experiencias cercanas a la muerte, y luego se fue interesando en el mundo de las terapias alternativas. Durante 9 años, explica, se volcó en todo lo relacionado con la Nueva Era, el reiki, las «constelaciones familiares», «o sea absolutamente todo, porque, además, cada vez que conocía alguna terapia nueva conocía a alguien que me hablaba de otra maravillosa». Pero, a la vez, cada vez estaba más centrada en sí misma y más alejada de su esposo y sus hijas.
Un día fue con su hija, «que estaba drogada en una casa de okupas», a una señora que en teoría hacía terapias sanadoras imponiendo las manos, pero sin experimentar nada. «¿Tú has sentido algo?», preguntó a la chica. «Nada», dijo su hija. Cristina se puso a llorar, hundida, y su hija, asombrada, le dijo: «Mamá, ¿quieres dejar ya de buscar fuera lo que tienes dentro?» A la madre le impresionó la firmeza con la que hablaba. Decidió dejar el mundo de la Nueva Era, pero aún no pensaba en Dios ni la Iglesia.
Antonio y Cristina iniciaron el camino de vuelta a la fe por su hija
Al cine, a ver Medjugorje… por las drogas
Pasado un tiempo, las hermanas de Cristina le hablaron de la película Medjugorje. Lo que la convenció para ir a verla es que le dijeron que había testimonios de personas metidas en drogas. Cristina y Antonio fueron al cine a verla. Al principio, a ella no le enganchó. «Iglesia por aquí, Rosario por allá, pero ¿quién reza hoy el Rosario?» Pero veía que Antonio parecía seguir la película con interés.
Y ahí, en el cine, Cristina dice que recibió «tres mensajes muy potentes», «eran como ideas que se me plantaban en la cabeza».
El primer mensaje era: «este es el camino para mí»; «recuerdo que ahí pensé: la Iglesia es la única y verdadera».
El segundo mensaje, «muy duro, muy contundente, con una firmeza impresionante», decía: «empieza de una vez a rezar por tu hija»; efectivamente, la chica tenía 21 años y su madre nunca había rezado por ella ni por nadie.
El tercer mensaje: «dile a tu padre que rece por tu hija»… pero ¡el padre de Cristina ni rezaba ni creía ni aguantaba a la chica!
Rezar juntos el Rosario por su hija
Cristina pasó llorando el final de la película. No consiguió explicar mucho a Antonio, pero ella empezó a rezar por su hija, a escondidas, en la cama de noche. Del Rosario sabía que era un padrenuestro y 10 avemarías. Tardó tres días en superar su vergüenza y pedir a su marido que le enseñara a rezar. Fue su primer rosario juntos, y lo hicieron por su hija.
Antonio había visto a Cristina metida en muchas cosas absurdas de la New Age. Pero su apuesta sorprendente por el Rosario le gustaba mucho más. Rezando juntos recordó la fe de su infancia y juventud, cuando lo rezaba con su familia.
Antonio y Cristina fueron a un retiro y Cristo renovó su matrimonio y hoy viven una luna de miel
Cristina recuerda que durante unos diez días vivió «como en una nube» y le parecía ver señales de Dios por doquier. Empezó a buscar testimonios en YouTube de gente con una conversión fuerte. Aprendió de la posibilidad de pedir una cadena de oración por whatsapp y escribieron una petición y la enviaron a todos sus conocidos creyentes y practicantes. La cadena se extendió por toda España, grupos de oración en distintas ciudades rezaban por su hija.
Un par de días después, la chica aceptó ingresar en un centro de tratamiento (que ella siempre evitaba). Después supieron que la joven había dejado la cocaína de golpe, de forma radical y sin terapia «y lo más increíble sin síndrome de abstinencia. Ella decía: ‘mamá, yo no he dejado las drogas, ellas me han dejado a mí».
Emaús: encuentro con Jesús, sanación del matrimonio
Poco tiempo después, el matrimonio supo de los Retiros de Emaús. Cristina fue primero, y allí tuvo «un encuentro personal con Jesús, en el que Jesús me dio una colleja importante pero pero yo salí totalmente impactada». Le pidió a Antonio que fuera al retiro. Él empezaba a notar un acercamiento a su esposa, de quien llevaba tantos años distante.
Fue a su propio Emaús. Desvelado por la noche, ante un crucifijo, oró, y Dios le dijo: «Tú no has venido aquí por tu hija, tú has venido aquí por tu matrimonio». Otro asistente al retiro abrió la Biblia para él, por un pasaje revelador: «Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre». Antonio salió de ese retiro enamorado de nuevo de su esposa. «Han pasado 3 años y no ha pasado un día en que no siga enamorándome cada vez más. El Señor nos arregló el matrimonio, vivimos una luna de miel ahora«.
En estos años su hija pequeña «tuvo una conversión muy bonita». El padre de Cristina, que rezó por su nieta, ahora reza por más peticiones. El matrimonio habla de su fe con sus parientes creyentes. Entre ellos hay una relación cordial y esperan ir a Medjugorje a dar gracias a la Virgen por el cambio en su vida.
Borja Martínez-Echevarría, su interlocutor, que fue uno de los directores e impulsores de la película Medjugorje, expresa su alegría por este fruto de la película que ha podido conocer y constatar. «Esto es para ir al cielo y vernos allí el mayor número posible», dicen.
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