* «Todo tiene que partir del amor a Cristo, del deseo de dar testimonio de este Dios increíble que nos enciende con un fuego interior… En la Biblia me inspiran los grandes profetas como Jeremías o Isaías… La misa y cada confesión es un nuevo comienzo para mí. De momento, lo que me ayuda es rezar a la Virgen María todas las mañanas. Simplemente rezo una decena del rosario. Gracias a esto, he notado que no vivo mis días de la misma manera. Los hombres siempre fallarán. Yo no pongo mi confianza en los hombres, sino en Cristo»