“Nuestro primer año de noviazgo, el 2010, lo vivimos como paganos. Pero después ambos, en circunstancias particulares, encontramos a Dios: yo, que no creía en Él, entendí que existía por la presencia del mal; mi mujer, en cambio, se convirtió en 2012 en Medjugorje y desde ese momento todo cambió, hasta el punto que al año siguiente nos casamos. Nunca lo hubiéramos pensado, porque antes creíamos que el matrimonio era una tumba. Hoy cantamos y escribimos para testimoniar que la verdad es lo contrario”
