“Cristo es el héroe más grande”
"La fe es una aventura"
2 de abril de 2009.-Las coordenadas del personaje las da Fernando Anaya, coleccionista de tipos raros. Eso, un tipo raro, es Tom Kallene. Vitalista peligroso, ha sido corresponsal, marinero, leñador, cantante, vigilante nocturno en un depósito de cadáveres, hooligan en Manchester, mozo accidentado en San Fermín y viajero por el mundo. Tras diecisiete años en nuestro país se siente tan español que la definición que mejor le calza es la que dio Coll a la palabra “zueco”: ‘Andaluz nacido en Suecia’. Kallene es colaborador de Hoy por hoy Madrid de la cadena Ser y acaba de publicar Onderou (Espejo de tinta), del que es coautor Toni Garrido.
(Gonzalo Altozano / Alba)
"La fe es una aventura"
2 de abril de 2009.-Las coordenadas del personaje las da Fernando Anaya, coleccionista de tipos raros. Eso, un tipo raro, es Tom Kallene. Vitalista peligroso, ha sido corresponsal, marinero, leñador, cantante, vigilante nocturno en un depósito de cadáveres, hooligan en Manchester, mozo accidentado en San Fermín y viajero por el mundo. Tras diecisiete años en nuestro país se siente tan español que la definición que mejor le calza es la que dio Coll a la palabra “zueco”: ‘Andaluz nacido en Suecia’. Kallene es colaborador de Hoy por hoy Madrid de la cadena Ser y acaba de publicar Onderou (Espejo de tinta), del que es coautor Toni Garrido.
(Gonzalo Altozano / Alba)
-Habrá quien piense, perdone los prejuicios, que es usted de la San Carlos Borromeo, la parroquia roja.
-Lo dice por mi aspecto, ¿no? Pues mire, los domingos voy a una iglesia donde la celebración es en latín, que es la misa que más me acerca aDios.
-¿Por qué?
-Porque es el rito más antiguo, más puro, más sacro. Las iglesias no pueden ser centros sociales ni sitios donde pasar la tarde, sino lugares donde poder encontrarse con lo sagrado, una necesidad
del hombre.
-O sea, que no es de los que se dirige a Dios en plan “tío”, “tronco”, “colega”.
-No. El hombre no es nadie sin Dios y, por tanto, su relación con Él tiene que ser respetuosa.
-¿Para qué reza?
-Para que el Señor me deje vivir en su Reino y su Reino viva en mí, para que dirija mis pasos, para que me permita servirle y para que haga de mí un buen peregrino en el camino. También pido por mi padre, mi familia, mis amigos…
-¿Es de misa diaria?
-Paso por la iglesia todas las mañanas, pero no siempre puedo quedarme a la misa.
-Habla de servicio. No es que ahora se lleve mucho.
-Lo sé, pero es la manera con la que me gustaría reconocer todo lo que Dios ha sido para mí.
-Tengo entendido que su familia es protestante.
-Así es. Yo mismo nací en la fe protestante, aunque mi camino de vuelta a Dios ha sido por la fe católica.
-¿Qué le hizo volver?
-La necesidad de vivir la fe con coherencia. Esta necesidad no ha venido dada por una sola clave, sino por muchas: viajes, personas a las que he conocido, pruebas a las que me he visto sometido, cosas que he leído o me han pasado, la muerte de un amigo…
-¿Su historia es la de un converso o la de un peregrino?
-Aunque no siempre fui coherente con mi fe, nunca la abandoné del todo. Yo diría que mi vida ha sido un particular peregrinaje.
-Hay quien dice que la fe es un freno.
-A mí me da una gran libertad y me hace sentir en paz.
-¿Puede hablarse de la aventura de la fe?
-Sí, y se lo dice alguien que desde niño buscó la aventura. La fe es lo más radical que hay, no hay nada parecido, lo demás son tonterías. Implica humildad, reflexión, cuestionarse a uno mismo, actuar bajo la gracia de Dios. El héroe más grande es Cristo, en Él se encuentra la causa que nunca está perdida.
-Y un aventurero como usted, ¿qué tal se lleva con un jefe -espiritual- como Benedicto XVI?
-Bien. Benedicto XVI es el primer Papa con el que me he encontrado en mi caminar por la fe católica. Leo con interés todo lo que escribe. Es un gran pensador, alguien capaz de marcar la diferencia. Va a ser un gran Papa.
-Me cuentan que monta en cólera cuando en el trabajo le roban el Alfa y Omega.
-(Ríe.) Eso es un juego que nos traemos en la redacción, donde soy el único que lo lee. No me importa que, dentro del respeto, mis compañeros hagan bromas de mis creencias. Es más, lo prefiero; lo contrario sería vivir en mundos separados. El sentido del humor es un regalo que Dios nos hace para que lo pasemos bien, nos entendamos entre nosotros y le entendamos a Él. Sin humor la fe queda estéril, lejana. Otra cosa es la blasfemia, que no soporto.
-También me cuentan que ya no cierra los bares.
-Salgo menos, pero nunca digo ‘no’ a tomarme un whisky con un amigo. En ocasiones, es a las dos de la mañana, con una copa en la mano, cuando se crea un clima de confianza y amigos a los que nunca verías en una iglesia te confiesan que las cosas no les van tan bien como pensaban.
-¿No le cuesta llevar la conversación al terreno de Dios?
-¡Todo lo contrario! Me encanta hablar de Dios, a veces incluso me pongo pesado. Es una manera de vivir la fe con naturalidad.
-¿Qué tal se ha portado Dios conVd.?
-Hay una canción de Kris Kristopherson que no puedo escuchar sin emocionarme: Why me, Lord?, ¿Por qué yo, Señor? Me hace pensar en los años en que viví lejos de Dios y Él seguía cuidándome. Dios me ha dado más de lo que merezco. Conmigo ha sido paciente, cariñoso… y duro cuando ha hecho falta.
-¿Y usted con Dios?
-Peor que Él conmigo. Ahí Dios gana, como siempre.
-Lo dice por mi aspecto, ¿no? Pues mire, los domingos voy a una iglesia donde la celebración es en latín, que es la misa que más me acerca aDios.
-¿Por qué?
-Porque es el rito más antiguo, más puro, más sacro. Las iglesias no pueden ser centros sociales ni sitios donde pasar la tarde, sino lugares donde poder encontrarse con lo sagrado, una necesidad
del hombre.
-O sea, que no es de los que se dirige a Dios en plan “tío”, “tronco”, “colega”.
-No. El hombre no es nadie sin Dios y, por tanto, su relación con Él tiene que ser respetuosa.
-¿Para qué reza?
-Para que el Señor me deje vivir en su Reino y su Reino viva en mí, para que dirija mis pasos, para que me permita servirle y para que haga de mí un buen peregrino en el camino. También pido por mi padre, mi familia, mis amigos…
-¿Es de misa diaria?
-Paso por la iglesia todas las mañanas, pero no siempre puedo quedarme a la misa.
-Habla de servicio. No es que ahora se lleve mucho.
-Lo sé, pero es la manera con la que me gustaría reconocer todo lo que Dios ha sido para mí.
-Tengo entendido que su familia es protestante.
-Así es. Yo mismo nací en la fe protestante, aunque mi camino de vuelta a Dios ha sido por la fe católica.
-¿Qué le hizo volver?
-La necesidad de vivir la fe con coherencia. Esta necesidad no ha venido dada por una sola clave, sino por muchas: viajes, personas a las que he conocido, pruebas a las que me he visto sometido, cosas que he leído o me han pasado, la muerte de un amigo…
-¿Su historia es la de un converso o la de un peregrino?
-Aunque no siempre fui coherente con mi fe, nunca la abandoné del todo. Yo diría que mi vida ha sido un particular peregrinaje.
-Hay quien dice que la fe es un freno.
-A mí me da una gran libertad y me hace sentir en paz.
-¿Puede hablarse de la aventura de la fe?
-Sí, y se lo dice alguien que desde niño buscó la aventura. La fe es lo más radical que hay, no hay nada parecido, lo demás son tonterías. Implica humildad, reflexión, cuestionarse a uno mismo, actuar bajo la gracia de Dios. El héroe más grande es Cristo, en Él se encuentra la causa que nunca está perdida.
-Y un aventurero como usted, ¿qué tal se lleva con un jefe -espiritual- como Benedicto XVI?
-Bien. Benedicto XVI es el primer Papa con el que me he encontrado en mi caminar por la fe católica. Leo con interés todo lo que escribe. Es un gran pensador, alguien capaz de marcar la diferencia. Va a ser un gran Papa.
-Me cuentan que monta en cólera cuando en el trabajo le roban el Alfa y Omega.
-(Ríe.) Eso es un juego que nos traemos en la redacción, donde soy el único que lo lee. No me importa que, dentro del respeto, mis compañeros hagan bromas de mis creencias. Es más, lo prefiero; lo contrario sería vivir en mundos separados. El sentido del humor es un regalo que Dios nos hace para que lo pasemos bien, nos entendamos entre nosotros y le entendamos a Él. Sin humor la fe queda estéril, lejana. Otra cosa es la blasfemia, que no soporto.
-También me cuentan que ya no cierra los bares.
-Salgo menos, pero nunca digo ‘no’ a tomarme un whisky con un amigo. En ocasiones, es a las dos de la mañana, con una copa en la mano, cuando se crea un clima de confianza y amigos a los que nunca verías en una iglesia te confiesan que las cosas no les van tan bien como pensaban.
-¿No le cuesta llevar la conversación al terreno de Dios?
-¡Todo lo contrario! Me encanta hablar de Dios, a veces incluso me pongo pesado. Es una manera de vivir la fe con naturalidad.
-¿Qué tal se ha portado Dios conVd.?
-Hay una canción de Kris Kristopherson que no puedo escuchar sin emocionarme: Why me, Lord?, ¿Por qué yo, Señor? Me hace pensar en los años en que viví lejos de Dios y Él seguía cuidándome. Dios me ha dado más de lo que merezco. Conmigo ha sido paciente, cariñoso… y duro cuando ha hecho falta.
-¿Y usted con Dios?
-Peor que Él conmigo. Ahí Dios gana, como siempre.
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*Esta entrevista fue publicada en ALBA en julio de 2007.
*Esta entrevista fue publicada en ALBA en julio de 2007.
Tiene mas mérito el que reencuentra a Dios en su etapa adulta, porque es entonces cuando lo ve de verdad, disfrutando de su luz y sin miedo.
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