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viernes, 8 de mayo de 2009

Miguel de la Quadra Salcedo, aventurero*: "Sin familia, no hay raíces para hablar de Dios"
*"No hay mayor aventura que la fe. Es verdad. Ahí está el viaje al interior de su alma que Ignacio de Loyola hizo en las cuevas de Manresa."
*Dice que siente con fuerza la presencia de Dios cada mañana cuando se levanta de la cama y piensa: “¡Pero si vivo!”
8 de mayo de 2009.-Es de una generación de reporteros (Vicente Talón, Federico Volpini, Alberto Vázquez Figueroa…) peligrosamente vitalistas y con unos pasaportes que parecen álbumes de sellos. A De la Quadra Salcedo quisieron darle matarile en Biafra, donde lo confundieron con un mercenario, y pasó varios días en lo alto de un árbol huido de una tribu amazónica que quería merendárselo. Pero no ha sido ante la cercanía de la muerte cuando De la Quadra Salcedo ha sentido con más fuerza la presencia de Dios, sino cada mañana cuando se levanta de la cama y piensa: “¡Pero si vivo!”.


(Gonzalo Altozano / Alba) -Dice que no le gusta definirse, que cuando sea mayor, verá qué quiere ser. Mientras llega el día, ¿se reconoce católico practicante?
-Católico, sí, desde niño, me viene de familia; practicante, cuando puedo.

-Lo dice porque debe de ser difícil encontrar una iglesia abierta un domingo en el Tíbet, ¿no?
-Pero hay monasterios budistas. Yo he rezado en ellos. Y lo mismo en mezquitas. El lugar es lo de menos, importa el recogimiento.

-¿No es eso religión a la carta?
-En absoluto. No digo que sea seguidor de Buda o Alá. Hablo de espiritualidad, algo que queda fuera de nuestra sociedad de consumo y que, sin embargo, debería ser obligatorio.

-¿El siglo XXI será espiritual o no será?
-La gran pelea es entre espiritualidad y materialismo. A los chavales de la Ruta Quetzal les digo que para ser felices tienen que olvidarse del “tienes poco, gana más”, que hemos de pasar del Estado de bienestar al estado de austeridad, como mis amigos los esquimales o los hombres del desierto.

-¿Deja sitio la aventura a la oración?
-Una vez llevé a los chicos a Leyre, a la sierra de Errando, donde san Virila, que tenía dudas de la eternidad, pasó -sin darse él cuenta- trescientos años escuchando el canto de un pajarito. A los chicos les pedí que pensaran en aquel milagro. ¡Fíjese si rezaron!

-¿Y usted reza?
-A las Molucas me llevé las cartas que Francisco Javier escribió desde allí a la Compañía y a Ignacio de Loyola. Leer y releer aquellas historias… eso también es rezar.

-Ha sido plusmarquista olímpico. De todos los santos atletas, ¿cuál es su favorito? -Francisco Javier, que cuando estaba en la Sorbona, era el que más corría y saltaba.

-Dice el aventurero Tom Kallene que no hay mayor aventura que la fe.
-Es verdad. Ahí está el viaje al interior de su alma que Ignacio de Loyola hizo en las cuevas de Manresa.

-Se le ve muy de la Compañía.
-Es que soy muy jesuítico: estudié en un internado de los jesuitas.

-También ha sido explorador. ¿Algún descubrimiento ad maiorem Dei gloriam?
-Un amigo polaco que vive en Bolivia descubrió una ópera de las misiones compuesta por indígenas en la que Francisco Javier canta y contesta Ignacio de Loyola. Contribuí informando del hallazgo al Gobierno navarro.

-Me da que el motu proprio de Benedicto XVI no le ha entusiasmado.
-¡Pero qué dice! Pocas cosas me han alegrado tanto.

-¿Y eso?
-La misa en latín me dice algo. En cambio, cuando es en español me detengo demasiado en lo que dice el cura, y me parece poco misterioso, muy de este mundo. Hay que rodear las cosas de misterio.

-O sea, que a partir de ahora irá más a misa.
-Sí, con mi misal bilingüe.

-Le da importancia al misterio. ¿Y al silencio?
-Claro, más ahora que todo es ruido, hasta en la hora de la cena, donde la televisión ha sustituido al padre.

-Ha viajado por todo elmundo. ¿Sabe dónde queda la reserva espiritual de Occidente?
-En Iberoamérica. Es ahí donde se conservan nuestras costumbres. Los inmigrantes que vienen de allí nos están enseñando cómo éramos.

-Va por la calle y ve a un señor mayor al que ayuda a andar un extranjero. ¿Qué piensa?
-Que no hay derecho, que tendría que ser su nieto el que lo hiciera. Los abuelos tienen que morir en su casa y con el cariño de la familia. Pregunte a un iberoamericano o a un gitano si llevaría a sus mayores a un asilo.

-¿Qué es para usted la familia?
-Una universidad, la mejor.

-Veníamos a hablar de Dios y hemos terminado haciéndolo de la familia.
-Es que si no hay raíces, si no hay familia, no hay cultivo para hablar de Dios.

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*Esta entrevista fue publicada en ALBA en septiembre de 2007.

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