Subraya que no existe el derecho de la mujer al aborto
26 de mayo de 2009.-Tras 33 años de militancia y participación activa en el proyecto socialista, la ex senadora y ex diputada Mercedes Aroz ha solicitado su baja como afiliada al PSC. Su total oposición a la reforma de la ley del aborto aprobada por el Gobierno de Zapatero ha hecho imposible que continuara vinculada al partido. Aroz, fundadora del PSC, defiende que “la abolición del aborto es un objetivo de avance de la civilización”, ya que aquí “no se contraponen criterios religiosos a criterios laicos, sino que estamos hablando de derechos humanos”. Y destaca que en la elaboración de la nueva ley se ha dado de lado a la ciencia: ”Sorprende la audacia de querer imponer la ideología a la realidad científica”.
(Sonsoles Calavera / Alba) -¿Qué le parece la nueva ley del aborto que prepara el Gobierno?
-Es totalmente rechazable, con argumentos éticos, científicos y jurídicos. Y además es una reforma absurda, en cuanto al objetivo de reducir el dramático número de abortos, porque la liberalización hará que aumenten aún más. Por el contrario, hay amplia coincidencia en que las medidas adecuadas para afrontar este grave problema son la prevención a través de la educación sexual, fomentando el valor de la responsabilidad en los jóvenes y con unas políticas de auténtico apoyo a la mujer embarazada, en particular ante coyunturas difíciles. Lo mejor que podía hacer el gobierno es dar carpetazo a la reforma que se pretende y ponerse a trabajar seriamente para afrontar este grave problema.
-¿Qué consecuencias puede tener que las menores aborten sin conocimiento paterno a partir de los 16 años?
-Este es uno de los problemas de la reforma. Lo veo como un abuso de poder del Estado ante la familia. Es una medida que socava la potestad de los padres y los aparta por ley de intervenir en una grave decisión de sus hijas.
-¿Qué concepto cree que tiene este Gobierno del papel de los padres, ahora que considera que su opinión es una ‘interferencia’?
-La interferencia no es de los padres, sino del Gobierno. Con esta pretensión se está fomentando la desestructuración de la familia, viene a debilitar una institución fundamental y no parece que convenga a la sociedad que se debilite una institución que es cimiento de la sociedad misma.
-¿Qué cambio supone que se considere el aborto como derecho de la ’salud sexual y reproductiva’ de la mujer?
-No existe el derecho de la mujer al aborto. Este supuesto derecho que se plantea en base al que se ha definido como derecho al propio cuerpo, ignora los argumentos científicos y jurídicos que ponen de manifiesto que desde la concepción existe un nuevo ser. En este sentido, la sentencia de 1985, del Tribunal Constitucional, lo deja muy claro, al fallar que el nasciturus, el ser humano, desde su concepción hasta su nacimiento, es una vida diferente y que ha de estar protegido frente a la voluntad de la madre de poner fin a su embarazo. El hecho de que el feto sea dependiente de la madre no le da derecho a disponer de su vida. La criatura nacida también es dependiente.
-Esta manipulación para presentar como derecho lo que no lo es ¿es consecuencia de la mentalidad relativista actual en la que se está perdiendo una referencia objetiva del bien, la de los derechos humanos y la ley natural?
-Estamos efectivamente ante un giro radical en las políticas sobre sexualidad y familia en Occidente, que se inscribe en la secularización de las sociedades occidentales. Aquí el cristianismo tiene un papel fundamental para, a través del diálogo con la cultura actual, contribuir a un futuro ético, a unas bases éticas comunes en las sociedades occidentales en las que haya un respeto a los derechos fundamentales del hombre.
-¿Desde qué planteamientos se ha elaborado esta ley cuando la ministra que ha liderado su preparación afirma que un embrión de 13 semanas no es un ser humano?
-Se ha tratado de dar una justificación para neutralizar la cruda realidad del aborto, que es la eliminación de seres humanos en el primer estadio de su vida. Pero desde luego sorprende la audacia de querer imponer la ideología a la realidad científica, a los datos que proporciona la Biología y la Genética, que nos dicen que el ser humano, desde su inicio es un individuo en un proceso continuo de desarrollo, pero siempre es un mismo ser.
-¿Es utópico pensar que haya un partido en el Gobierno capaz de echar marcha atrás y defender la vida desde su comienzo?
-La abolición del aborto es un objetivo progresista, de avance de la civilización, igual que lo es la abolición de la pena de muerte, que en Europa ya no existe. Las generaciones futuras nos van a juzgar por esto. Considero que el terreno de los derechos humanos es propicio para hacer avanzar una posición contraria al aborto y para alcanzar consensos éticos en una sociedad pluralista como la nuestra. Aquí no se contraponen criterios religiosos a criterios laicos sino que estamos hablando de derechos humanos y de civilización. Soy optimista, tengo esperanza en que en un futuro no muy lejano se abolirá el aborto de la misma manera que se ha abolido la pena de muerte en la mayoría de los países y desde luego en Europa.
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*Versión íntegra de la entrevista a Mercedes Aroz, en el núm 231 del semanario ALBA, el viernes en su quiosco.
*Versión íntegra de la entrevista a Mercedes Aroz, en el núm 231 del semanario ALBA, el viernes en su quiosco.
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