26 de mayo de 2013.- (Camino Católico) En el ámbito del pensamiento y de la religión vivimos en un tiempo caracterizado, por una parte, por el relativismo y la oferta de una enorme variedad de interpretaciones de la realidad y de su sentido y, por otra, por la debilidad de la razón y la ignorancia religiosa.
Mucha personas se encuentran hoy como perdidas en el vastísimo océano de las tantas y tan diversas ideas, religiones y sistemas de pensamiento que circulan a nuestro alrededor. Y como no tienen ni unas convicciones firmemente arraigadas ni una formación filosófica y teológica que les permita abrirse camino en medio de semejante maraña de ideas, la mayoría terminan creyendo lo que mejor se vende en los medios de comunicación, lo que ahora se lleva, lo “políticamente correcto”.
Por eso, cuando alguien tiene la osadía de desafiar la tiranía de lo políticamente correcto y decir abiertamente y sin complejos que es católico y practicante, la gente se queda como perpleja, intrigada y, a menudo, muy interesada.
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