Eucaristía significa literalmente “acción de gracias” y cuando llegamos a ella tristes y desconcertados por lo que nos ha ocurrido en el mundo, como andaban los dos discípulos camino de Emaús, tenemos que asumir el estado en que nos encontramos para que Cristo pueda transformar todo nuestro ser. Para pasar de la tristeza, el dolor y el resentimiento a la acción de gracias hay que clamar al principio de la Misa, desde lo profundo del corazón: “Señor ten piedad”. Decir esas tres palabras suponen reconocer nuestra responsabilidad en el mal y el pecado del mundo y a la vez volver a reconocer al Señor como único Salvador: “Señor sin ti nada puedo”.
Arturo López también participa de las reuniones de plegaria del grupo de oración Familia, Evangelio y Vida de la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Vilanova i la Geltrú, Barcelona, España, donde ha sido grabada en directo esta enseñanza, el lunes 21 de octubre de 2013.
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