Le llaman el «ángel del Bronx» y era capellán de la temida prisión de Rikers Island. Allí empezó la obra para reinsertar a quienes salían de la cárcel y tomó la decisión de abrir el centro de acogida, con tanta efectividad que las autoridades americanas lo consideran un milagro después de 20 años
“No es raro que los ex presos vuelvan a nosotros para acompañarnos en la misa del domingo, y nos dicen que sin la fe, sin la ayuda de la Casa de Abraham, no podrían haber salido de esta espiral”
No hay comentarios:
Publicar un comentario