“Dios llevó a mis padres a Rusia para que me recogieran allí. Siempre he sido feliz y quiero devolver esa felicidad a Dios porque sin Él no sé dónde estaría ahora. Los actos hablan más alto que las palabras y me encanta mi vida. Ha sido un honor y una bendición alabar al Señor con todas las actividades que hago y creo que a Él le gusta cómo llevo mi situación adelante”
martes, 20 de octubre de 2015
Valeria Tkacik nació sin un brazo y la fe católica es clave en su éxito como atleta: “Mi objetivo es continuar viviendo una vida como Cristo”
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