«Soy la última en la escala; soy el escalón más bajo. No soy directora de nada, salvo mi vida. Mendiga. Ese es mi título…. Cuando empecé en 1979, no fue fácil. Salir y mendigar era la peor cosa que me podían pedir. Lloré durante dos semanas»
lunes, 1 de febrero de 2016
Elisabeth Anne, la monja que mendiga desde hace 35 años para mantener a flote una residencia de ancianos
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