* «Oramos y lo conversamos el fin de semana y el lunes estábamos seguros que debíamos aceptar… Los médicos nos miraron con compasión y dijeron, ‘No se la tienen que llevar. Sabemos que esto no es por lo que firmaron'… Es nuestra hija. Sabíamos que sería parte de nuestra familia sin importar el diagnóstico. Dios creó su vida y el hecho de que no nació de la manera en que habríamos escogido, no cambiaba nada la realidad de que ella necesitaba una familia. Tenía un hermano que la necesitaba y nosotros la necesitábamos»
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