* «Simplemente abrí mis manos esa noche hacia el cielo. No sabía si iba a pasar algo, pero hice como si fuera una niña. Abrí mis manos y dije: ‘Dios, por favor, si existes, ayúdame, para que yo pueda ayudar a otros’. Lo que ocurrió esa noche solo Dios lo sabe pero a la mañana siguiente me levanté como una persona nueva. No hay palabras para explicar cómo me sentía. Está más allá de las palabras… Cambió mi vida, y no sólo la mía, sino la de mi familia, mis hijos, la gente a mi alrededor, mis amigos. Conocer al Señor, conocer la verdad... ¡sacó muchos pesos de mis hombros!. El Señor dice: “Buscad mi Reino y lo demás se os dará por añadidura”. Y eso es lo que sentí esa mañana, el paquete completo, ante mí»
domingo, 27 de noviembre de 2016
La conversión de Sanja Oreskovic, primera Dama de Croacia, rica, de fiesta, pero siempre triste… El médico le dijo: Sanja, ¿usted reza?
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