“Y la pregunta que nos plantean es, esencialmente, ésta: "Pero, ¿qué sentido tiene perpetuar el sufrimiento?". No. No se trata de esto. No somos personas que amamos el dolor; somos madres y padres que hemos elegido amar a nuestro hijo por la persona que es, aunque esté enfermo, aunque esté terminal. Es el amor el que te ayuda a superar el sufrimiento, porque el amor es la fuerza más grande… es más fuerte que la propia muerte: si eres amado, y amas, existes para siempre. Y si somos capaces de este amor, ¡verdaderamente hay esperanza!”

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