* «En la cárcel he trabajado para mayor gloria de Dios, para convertir a la gente y hacerlos amigos de Jesús. Y la Virgen ha estado siempre con nosotros. Celebré muchos Bautismos en un canal, por la noche, clandestinamente. Y también muchos Matrimonios, así como la Santa Misa en latín, de memoria, con pan y vino que me hacían llegar clandestinamente. Confesaba en albanés y daba la Comunión y reconfortaba a los presos que pasaban por tantas dificultades»

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