“Gracias a Dios ella se despertó y está mejor que nunca. Sonrió y nos reconoció a nosotros sus padres. Los médicos pensaron que no había remedio para ella porque su cerebro ha sido afectado y la mantienen con un respirador desde hace dos meses. Nosotros como musulmanes simplemente rechazamos que la maten y queremos que siga conectada hasta que Dios decida su futuro”
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