“Este propósito de vida nueva debe entretanto traducirse, sin tardar, en algo concreto, en un cambio posiblemente también externo y visible en nuestra vida y en nuestros hábitos. Si el propósito no es puesto en práctica, Jesús es concebido pero no es “dado a luz”. ¡No se celebra “la segunda fiesta” del Niño Jesús que es el Navidad”. Es un aborto espiritual, uno de los numerosos ‘dejar para después’ de la cual la vida está llena y una de las razones principales por las cuales tan pocas personas se vuelven santos”
viernes, 23 de diciembre de 2016
4ª predicación de Adviento ante el Papa del P. Raniero Cantalamessa: “El Espíritu nos invita a volver más verdadera la Navidad celebrada exteriormente”
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