“Es una renovación y una actualización no solo del bautismo y de la confirmación: para los casados, del sacramento del matrimonio, para los sacerdotes, de su ordenación, para los consagrados, de su profesión religiosa. El interesado se preparara, además que con una buena confesión, participando a encuentros de catequesis en los cuales viene puesto en un contacto vivo y alegre con las principales verdades y realidades de la fe: el amor de Dios, el pecado, la salvación, la vida nueva, la transformación en Cristo, los carismas, los frutos del Espíritu. El fruto más común y hermoso es que ayuda a realizar un encuentro personal con Jesús resucitado y vivo. En la comprensión de la Iglesia católica el bautismo en el Espíritu no es un punto de llegada sino un punto de salida hacia la madurez cristiana y el servicio de la Iglesia”

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