"Desde que pude despertar de mi enfermedad me he ido dando cuenta de la grandeza de Dios. Cada vez que recuerdo me emociono mucho. Cuando tuve esta enfermedad estaba esperando mi cuarto hijo, Sebastián, que, gracias a Dios está bien ahora, es feliz y ya está comenzando en el colegio. Yo doy gracias a Dios cada día por la maravilla que hizo en mí, en mi familia y en toda la gente que me conoció. De repente somos personas tan desabridas con Dios, no le demostramos amor y Él se vale de cosas tan grandes como ésta”
domingo, 25 de diciembre de 2016
La curación milagrosa de Verónica Stobert, que iba a morir, lleva a los altares a Faustino Míguez, fundador de las calasancias
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