* «Hemos ido descubriendo gradualmente la importancia de buscar ese momento de intimidad con Dios, María, Jesús, los santos… para ver cómo llevamos nuestra alma… Los momentos más importantes de oración han sido en relación a las dificultades por las que hemos atravesado en la relación con nuestros hijos, ya que dichos momentos difíciles han sido (y siguen siendo), frecuentes, aunque en un periodo gracias a Dios lejano de vuestra vida de familia, fueron muy intensos y prolongados. Pero no perdimos la fe en Dios y seguimos rezando. Finalmente, para muchos de ellos, la providencia nos ha regalado un final feliz, que pensábamos imposible. También ha sido fundamental orar en momentos de aclararnos el camino que debíamos tomar en numerosos hechos de nuestra vida (nuestra vocación al acompañamiento, decisiones respecto a la educación de nuestros hijos, aspectos económicos…); eso sí, siempre hemos intentado buscar el camino juntos»
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