* «Siempre sentí la presencia de Dios en mi vida. En la Vigilia Pascual al ser acogida como católica sentí la presencia de Dios tan fuerte. Me da lágrimas en los ojos solo de hablar de eso. Tuve lágrimas durante la celebración, al darme cuenta de que estaba entrando en una nueva vida… Nadie debe permitir que sus limitaciones físicas y mentales les impidan hacer lo que Dios les pide»
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