* «Tengo plena confianza en el Señor. Si Él quiere le serviré, primero como diácono, después como sacerdote, e iré adonde quiera enviarme, donde haya necesidad. Al joven que se esté planteando la vocación le diría que sea valiente y que al menos lo intente. Si un joven logra descubrir su vocación y la sigue será lo mejor que le va a pasar en su vida. Hasta las renuncias que tenga que hacer serán dulces, porque el Señor siempre las recompensa con creces. Así que, fíate del Señor, Él nunca falla»
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