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miércoles, 20 de noviembre de 2024

Los ángeles invaden las redes sociales: ¿Cuándo son cristianos y cuándo ‘New Age’? Responde Luis Santamaría del Río

 

* «Parecen ángeles, pero no lo son. La valoración de la Iglesia es clara: sí, es cierto que cuando algunas personas dicen recibir mensajes de los ángeles o entrar en contacto con ellos, “las manifestaciones son efectivamente espirituales, pero no proceden de Dios, a pesar del lenguaje de amor y luz que suele usarse casi siempre”. Y continúa diciendo: “probablemente sea más correcto referirse a ello como a una forma contemporánea de espiritismo, más que a una espiritualidad en sentido estricto. ¿Espiritismo? Sí, aunque ahora se hable de channeling (canalización), y la persona que hace la función de médium sea llamada channel (canal), en un intento de enmascarar y dulcificar una práctica rechazada y prohibida por el Magisterio de la Iglesia católica desde siempre. Aunque este documento del Vaticano no mencione al demonio, está claro que vislumbra su acción causal, dado que habla de manifestaciones “espirituales” que “no proceden de Dios”. Su origen, por lo tanto, no puede ser otro»

Camino Católico.-  Cada vez hay más presentaciones de la figura de los ángeles como seres superiores de cariz casi mágico, con un lenguaje confuso que emplea términos cristianos y bíblicos, pero en una frontera difusa que suena más a esoterismo. Sí, la Nueva Era (New Age) utiliza los ángeles, pero en un sentido totalmente diferente. ¿Cómo distinguirlos? En este artículo de Luis Santamaría del Río que ha publicado Portaluz veremos las claves principales.

En las últimas décadas, los ángeles se han puesto de moda. Seres espirituales de cuya existencia habla la Biblia, no son patrimonio exclusivo del judaísmo y del cristianismo, sino que aparecen como mediadores –y mensajeros, que eso significa etimológicamente su nombre griego– entre Dios y los hombres en el islam y en otras religiones. En el caso de la fe monoteísta, queda claro que los ángeles son criaturas, y de ninguna manera pueden identificarse con Dios. 

Sin embargo, cada vez hay más presentaciones de la figura de los ángeles como seres superiores de cariz casi mágico, con un lenguaje confuso que emplea términos cristianos y bíblicos, pero en una frontera difusa que suena más a esoterismo. Sí, la Nueva Era (New Age) utiliza los ángeles, pero en un sentido totalmente diferente. ¿Cómo distinguirlos? En este artículo veremos las claves principales. Pero antes, repasemos el aviso que dio la Santa Sede sobre este asunto en particular. 

La alerta del Vaticano sobre la trampa del “encantamiento”

 


En el documento Jesucristo portador del agua de la vida. Una reflexión cristiana sobre la “Nueva Era”, del año 2003, fruto del trabajo conjunto de varios dicasterios –organismos que colaboran con el Papa en el gobierno de la Iglesia universal–, leemos una advertencia clara sobre la presencia de los ángeles en el discurso doctrinal de la New Age. En efecto señala que: “uno de los elementos más comunes de la espiritualidad de la Nueva Era es la fascinación por las manifestaciones extraordinarias y en particular por los seres paranormales”. Aquí es donde -para los cultores de la New Age- encuentran su lugar, entre otras pretendidas entidades sobrenaturales y ‘maestros ascendidos’, ciertos seres a los que llaman ángeles. 

Parecen ángeles, pero no lo son. La valoración de la Iglesia es clara: sí, es cierto que cuando algunas personas dicen recibir mensajes de los ángeles o entrar en contacto con ellos, “las manifestaciones son efectivamente espirituales, pero no proceden de Dios, a pesar del lenguaje de amor y luz que suele usarse casi siempre”. Y continúa diciendo: “probablemente sea más correcto referirse a ello como a una forma contemporánea de espiritismo, más que a una espiritualidad en sentido estricto”. 

¿Espiritismo? Sí, aunque ahora se hable de channeling (canalización), y la persona que hace la función de médium sea llamada channel (canal), en un intento de enmascarar y dulcificar una práctica rechazada y prohibida por el Magisterio de la Iglesia católica desde siempre. Aunque este documento del Vaticano no mencione al demonio, está claro que vislumbra su acción causal, dado que habla de manifestaciones “espirituales” que “no proceden de Dios”. Su origen, por lo tanto, no puede ser otro. 

1ª clave: los nombres de los ángeles

  


Una forma muy sencilla de distinguir cuándo nos encontramos ante contenidos cristianos sobre los ángeles y cuándo, por el contrario, nos adentramos en los terrenos del esoterismo, es poner la atención en los nombres que se les dan. La liturgia de la Iglesia, basándose en la revelación bíblica y en la Tradición, tiene dos fiestas dedicadas a los ángeles: la conmemoración de los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael (29 de septiembre) y la de los ángeles custodios (2 de octubre). 

Los primeros aparecen atestiguados nominalmente en la Sagrada Escritura y se cuentan sus intervenciones respectivas en la historia de la salvación. En cuanto al ángel de la guardia, la Iglesia enseña que Dios ha asignado uno a cada persona. Por lo tanto, cuando nos encontramos con listados de ángeles o arcángeles –habitualmente siete, pero también en cantidades mayores–, es seguro que estamos fuera de la fe cristiana, habiendo ingresado en uno de los múltiples senderos de la Nueva Era. 

¿Se trata de nombres antiguos, procedentes de textos judíos clásicos? Algunos de ellos, sí. Pero no están en la Biblia, sino en documentos apócrifos –es decir, que no fueron incluidos en el canon de libros sagrados del pueblo hebreo, y mucho menos en el de la Iglesia– y, sobre todo, en las versiones esotéricas de la religión judía (la Cábala). 

2ª clave: el tipo de invocación

 


Siguiendo el mismo principio de la espiritualidad cristiana según el cual la liturgia refleja, expresa y aplica fielmente los contenidos doctrinales (formulado de forma clásica como “lex orandi, lex credendi”), podemos distinguir los verdaderos ángeles de aquellos ajenos al cristianismo por el tipo de invocación y el lenguaje empleado en ella. 

Efectivamente: en la tradición de la Iglesia, las oraciones dirigidas a los ángeles se expresan en términos de invocación como mediadores entre Dios y los hombres, de forma semejante a lo que sucede con la invocación de los santos. En ningún caso se refieren a los ángeles como dioses o semidioses, sino como criaturas espirituales que comparten la gloria eterna con el Señor, y a quienes los fieles se unen en la misma liturgia de alabanza ya aquí en la tierra (como sucede en cada misa con el canto del “Santo, santo, santo”). 

Y, por supuesto, en las oraciones cristianas dirigidas a los ángeles no hay ningún rastro de pensamiento mágico, sino de petición de la gracia de Dios a través de sus mensajeros. Ni expresiones típicas de las falsas oraciones de la New Age como “yo decreto” o “sello”, que son propias de conjuros y hechizos. 

3ª clave: la especialización 

Hay un elemento muy llamativo en las presentaciones de tipo esotérico de los ángeles: su carácter especializado. Imitando de alguna forma los patronazgos de los santos, cuando se ofrecen listas de ángeles aparecen asociados a “funciones” o virtualidades diversas, de forma que se entiende que hay que invocar a uno o a otro según la necesidad o la circunstancia. Uno sería el especialista en el amor, otro conseguiría trabajo, su compañero traería la abundancia y otro diferente proporcionaría la salud. 

Siguiendo esta misma línea, a veces se atribuye un color propio a cada uno de los ángeles, un tipo de vela o de sustancia que habría que utilizar al invocarlo o hasta un chakra (supuesto centro energético del ser humano) determinado sobre el que tendría influencia o proporcionaría protección. Todo un despropósito que se aleja de la fe para situarse de lleno en el terreno de la superstición y de la magia. 

4ª clave: la búsqueda de comunicación 

Volvamos a la invocación. En la New Age suele ser entendida, como ya avisaba el documento del Vaticano que hemos citado, como el establecimiento de un contacto que no busca tanto la intercesión ante Dios cuanto la posibilidad de recibir mensajes o revelaciones de parte de los ángeles. Así, la persona que los invoca termina “canalizando” sus comunicaciones, que después compartiría con sus seguidores u oyentes. 

De esta forma, se entiende a las criaturas angélicas como una especie de oráculo capaz de revelar cuestiones ocultas, mostrar el futuro o desentrañar el mundo interior de los que acuden a ellas. Una técnica realmente peligrosa, por la potencialidad de manipulación que supone: los sujetos que se erigen en “portavoces” de los ángeles acaban convirtiéndose en maestros espirituales, y es fácil que entren en una espiral irracional que arrastre a sus adeptos, generando una dependencia en ellos que pueda llevar a la despersonalización y al alejamiento de una sana y verdadera espiritualidad. 

La enseñanza de la Iglesia sobre los ángeles

 

Para tener claro el papel de los ángeles en la fe cristiana, tal como lo ha enseñado la Iglesia católica a partir de la Biblia y la Tradición, basta con acercarse al Catecismo de la Iglesia Católica. Cuando se explica qué quiere decir que Dios es “Creador del cielo y de la tierra”, el texto afirma con claridad que la existencia de los ángeles “es una verdad de fe”. Y a lo largo de varios números (328-336) detalla lo que ha sido revelado sobre ellos. 

También es interesante la serie de catequesis semanales que Juan Pablo II dedicó al tema de los ángeles en 1986, precisamente al comentar el credo. Se pueden encontrar fácilmente en la página web de la Santa Sede, acudiendo a los textos de las audiencias del 9 de julio, el 23 de julio, el 30 de julio, el 6 de agosto y, a continuación, las que versaron sobre los ángeles caídos o demonios, y sobre la victoria de Cristo sobre el mal, el 13 de agosto y el 20 de agosto

Es muy significativo que ya en la primera de aquellas catequesis, el pontífice polaco señalara que “hoy, igual que en tiempos pasados, se discute con mayor o menor sabiduría acerca de estos seres espirituales”. Y, en una clara referencia a la “moda” de los ángeles en la New Age, añadía la siguiente advertencia: “a veces, la confusión es grande, con el consiguiente riesgo de hacer pasar como fe de la Iglesia respecto a los ángeles cosas que no pertenecen a la fe o, viceversa, de dejar de lado algún aspecto importante de la verdad revelada”. Una observación, como hemos visto, a tener en cuenta.

Luis Santamaría del Río


domingo, 29 de septiembre de 2024

Oración a los santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael para vivir cumpliendo la voluntad de Dios / Por P. Carlos García Malo

 

P. Carlos García Malo / Camino Católico.- Cada 29 de septiembre la Iglesia celebra la fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel. Sus nombres permanecen grabados en el alma de los cristianos de todos los tiempos en virtud a su grandeza y obediencia a la voluntad de Dios.

A Miguel, Rafael y Gabriel los conocemos bien porque aparecen mencionados en la Sagrada Escritura, cada uno llevando a cabo misiones muy importantes, encomendadas por el Señor, dentro de la historia de la salvación.

San Miguel Arcángel es quien está al mando de los ejércitos celestiales. El nombre “Miguel” en hebreo significa “¡Quién como Dios!”, expresión que evoca la omnipotencia del Señor, así como su amor y justicia infinitos. Su nombre es el grito de guerra que resuena triunfante en la batalla contra el Adversario, Satanás, y su corte de ángeles caídos.

“Rafael”, por su parte, quiere decir “medicina de Dios” o “Dios ha obrado la salud”. San Rafael es el arcángel amigo de los caminantes y peregrinos; es también el médico de quienes padecen alguna enfermedad.


Por último, “Gabriel” significa “fortaleza de Dios”. A San Gabriel se le encomendó la misión de anunciar a la Virgen María que Ella era la elegida para ser la Madre del Salvador.

En una de sus homilías, el Papa San Gregorio Magno (c. 540-604), Padre y Doctor de la Iglesia, señala que Dios quiso revelar los nombres personales de estos tres arcángeles como una forma de conocer “cuál es la misión específica para la cual nos son enviados”. De esa manera, es posible acudir a ellos en situaciones particulares, de acuerdo al poder que Dios le dio a cada uno.

El 29 de septiembre de 2017, el Papa Francisco, con ocasión de la festividad que hoy se celebra, afirmó: «Hoy celebramos el día de tres de estos arcángeles porque han tenido un papel importante en la historia de la salvación. Y conmemoramos a estos tres porque también tienen un papel importante en nuestro camino hacia la salvación»

Pidamos a los santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, la gracias de vivir cumpliendo la voluntad de Dios:


San Miguel Arcángel, sal con las legiones de tu milicia; y como un escudo protector situaros en los cuatro puntos cardinales, vigilantes y reprendiendo toda actuación del enemigo. Lo mismo os pedimos para cada una de nuestras ciudades y pueblos así como vuestra asistencia personal en nuestras vidas…  

San Gabriel Arcángel, hoy acudimos pidiendo tu intercesión para no caer en trampa de este mundo que vive en el miedo de las malas noticias e incertidumbres y el hablar mundano; y sepamos vivir en la alegría de la Buena Nueva del Evangelio esparciendo por todas partes la certeza de que Cristo ha vencido al mundo y se puede vivir en la esperanza y en el júbilo que sólo da el Espíritu de Dios…. 

San Rafael Arcángel límpianos de cualquier ceguera que nos impida ver la voluntad de Dios y condúcenos de tu mano por todo sendero de bien y de amor.

Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, interceded por nosotros. Amén.

P. Carlos García Malo

sábado, 7 de octubre de 2023

Oración a la Virgen del Rosario para estar abiertos a las gracias y la providencia de Cristo para nuestra vida / Por P. Carlos García Malo


* «Santísima Virgen María, ayúdanos a amarte cada día más y más, y así unidos a ti en oración y contemplando los misterios tuyos y de tu Hijo nos afiancemos más en su providencia, sabiendo que toda gracia que Él nos dé pasará primero por tus manos maternales»

sábado, 14 de octubre de 2017

Oración a la Virgen de Fátima para que Dios sea el principio y fin de nuestras vidas / Por P. Carlos García Malo

* «Imploro misericordia para esta humanidad herida y rota por el pecado; impotente e inválida que no sabe reaccionar. Ten, Madre, compasión y alcánzanos la gracia de cambiar y tener una verdadera conversión que traiga la deseada paz por ti anunciada al mundo. Madre, quiero ver el triunfo de tu Inmaculado corazón ya en esta tierra. Despiértanos del letargo espiritual que vivimos y ayúdanos a vivir tus mensajes de esperanza. Que Dios sea el principio y fin de nuestras vidas y desde Él y para Él construyamos un mundo de armonía, amor y paz. Gracias madre por el regalo de la fe»