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Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

escucharlavoz@yahoo.es

Oremos todos para que la sabiduría de Jesús Resucitado presida estas páginas y nos bendiga abundamente.

Página web de Escuchar la Voz del Señor

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sábado, 8 de enero de 2022

Irene Labraga, superiora religiosa: «No quería ser monja, quería ser médico, y pasé, del ¿por qué yo? al ¿por qué no? Así es Dios de sorprendente, nos va llevando por su camino»

 


* «Siempre había querido ser médico, vocación, que aún hoy me encanta… y nunca me planteé ser otra cosa, llegando, incluso a no comprender cómo mi mejor amiga, iba a ser capaz de entrar al noviciado, que para mí era algo impensable… No puedo decir que haya habido grandes revelaciones, momentos impactantes, señales luminosas… no, siempre todo muy “normal”… Y dentro de esta normalidad, me fui sintiendo cada vez más identificada con las hermanas, con su vocación, con su misión… sobre todo me gustaba estar con ellas y estar con Él en la capilla cuando iba a visitarlas. Me fui enamorando… Me he acostumbrado a confiar en Dios y a decirle que sí… y hoy, más de treinta años después, puedo decir que no me arrepiento. Que por cada sí, que yo le doy Él me da mucho más»

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