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viernes, 28 de octubre de 2022

Academia para la Vida: ¡No me puedo callar más! / Por Dr. José María Simón Castellví

 


El Dr. José María Simón Castellví, Presidente emérito de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC) alerta sobre la deriva de la Pontifica Academia para la Vida: «Alguien convenció al Santo Padre de ello. Así, se nombraron y se siguen nombrando académicos abortistas, defensores de la eutanasia en algún grado o detractores de la Humanae vitae, justo lo contrario de lo que deseaba Juan Pablo II y de lo que es razonable para el bien de la Iglesia peregrinante en esta tierra»

Dr. José María Simón Castellví / Camino Católico.-  Se acerca la Fiesta de San Juan Pablo II, en muchos sentidos llamado también el Papa de la Vida y de la Familia. Él creó la Pontificia Academia para la Vida con el fin de estudiar en profundidad maneras de defender la vida humana y su transmisión desde la concepción hasta la muerte natural.

La FIAMC colaboró muchas veces con la Academia y organizamos congresos en común de un altísimo nivel científico. También publicamos en revistas científicas de impacto. Eran tiempos en los que, dejando aparte legítimas discusiones académicas u organizativas, tanto sus presidentes como todos sus miembros defendían la vida humana como Dios les daba a entender.

Hubo presidentes que sabían lo que era el ADN, la buena obstetricia y la comunicación de los aspectos seguros de la Doctrina y de las leyes de la naturaleza.

El Prof. Jérôme Lejeune, descubridor de la causa de la trisomía 21 y defensor de la vida de los no nacidos y de la dignidad de los nacidos con el síndrome, fue el primer presidente. Mantuve durante muchos años una buena amistad con su viuda Birthe, que siempre lo tenía en sus labios a él y a sus «trisomiques».

Mons. Elio Sgreccia era un sabio de corazón puro cuyos tratados se utilizan ampliamente para la formación en Bioética. Mons. Ignacio Carrasco es médico de carrera civil y nunca paró de estudiar. Es cierto que en había unos cuantos académicos que creaban problemas, eran hipercríticos y acusaban al Santo Padre de esto o lo aquello. Se les podía haber aplicado el reglamento y asunto arreglado.

Sin embargo -hecho insólito bajo el sol- bajo la actual presidencia se expulsó a todos los académicos y posteriormente se nombró a los nuevos, incluidos algunos de los antiguos. Era como un nuevo comienzo, con los riesgos que supone para un investigador la inseguridad de su expulsión cuando quiera el presidente. Alguien convenció al Santo Padre de ello. Así, se nombraron y se siguen nombrando académicos abortistas, defensores de la eutanasia en algún grado o detractores de la Humanae vitae, justo lo contrario de lo que deseaba Juan Pablo II y de lo que es razonable para el bien de la Iglesia peregrinante en esta tierra. Y se dejaron de lado a valiosos científicos defensores de la Vida.

La presidencia de una academia pontificia es un cargo muy apto para un laico o para una mujer. ¿O es que no tenemos en la Iglesia a una mujer de trato agradable, casada, con 7 hijos, de sólida formación en Medicina, que hable idiomas y que pueda ir a Roma frecuentemente? ¿Tan mal estamos? No creo que sea bueno para nadie que las mujeres tengan cargos intermedios o se las nombre «diaconisas». Sí, es cierto que el hecho de que un clérigo competente sea nombrado presidente no es ningún pecado ni se le acerca. Pero es una oportunidad desaprovechada para que un laico o laica desarrolle una labor muy necesaria y de cierta visibilidad.

El aborto provocado es una ofensa a Dios, a las madres, a los hijos y a la Medicina. Es la anti-Medicina. Nunca puede ser aceptado ni promovido. En este sentido la revocación de la sentencia Roe versus Wade es una puerta abierta a la protección de la Vida en un país occidental muy importante desde diversos puntos de vista y creo que nos ayudará con el tiempo a revertir la lacra del aborto, le pese al lobby que le pese. Comprendo que hay que intentar dialogar con aquellos que son favorables a destruir la vida intrauterina y atraerlos a la causa de la Cultura de la Vida. Pero no se les puede ofrecer púlpitos para que difundan sus planteamientos. Ya tienen demasiados en el mundo civil y con una mayoría abrumadora.

Pablo VI pedía a los médicos y personal sanitario que nos hiciéramos con toda la ciencia necesaria para, respecto a la transmisión de la vida, dar a los esposos de nos consultan sabios consejos y directrices sanas que de nosotros esperan con todo derecho. Así, en lugar de perder el tiempo y la salud con los anticonceptivos o con discusiones que no sirven, deberíamos ayudar a las madres con problemas y a los esposos que necesitan espaciar un nacimiento por razones graves.

No quiero olvidar aquí poner por escrito una antigua oración en favor del Santo Padre y de sus colaboradores. Los cristianos tenemos que hablar pero también hay que orar: «el Señor lo proteja, lo bendiga y lo guarde, lo haga feliz en la Tierra y no lo entregue a la saña de sus enemigos».

Dr. José María Simón Castellví

Presidente emérito de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC)

lunes, 6 de abril de 2009

Lee el libro con 100 respuestas sobre toda la verdad del SIDA publicado por los médicos católicos de la FIAMC
6 de abril de 2009.-La Federación Internacional de Asociaciones de Médicos Católicos (FIAMC), presentó tiempo atrás un libro con 100 respuestas sobre el SIDA, que se encuentra disposición del público que desee descargarlo. LA FIAMC, única federación de médicos católicos reconocida por la Santa Sede, señaló al editar el libro "El sida, 100 preguntas y respuestas" que "como la Iglesia Católica lidera la atención a enfermos del SIDA en todo el mundo, su voz debería ser escuchada en todas partes". La Federación, que reúne a 30 mil médicos de 54 países, se lamenta que "no se oye hablar de lo mucho que hace la Iglesia para ayudar a los enfermos del SIDA".El libro ha sido escrito por un grupo de expertos coordinados por "Familia y Vida".

Lee o descarga el libro pinchando AQUÍ

jueves, 12 de febrero de 2009

La Federación Internacional de Médicos Católicos condena el asesinato de Eluana: "Estaba viva y la han matado"
12 de febrero de 2009.- El Presidente de la Federación Internacional de Asociaciones de Médicos Católicos, Jose Mª Simón Castellví, emitió una declaración oficial sobre el caso de Eluana Englaro, quien falleciera el lunes; y precisó que "ni como médicos, ni como cristianos, ni como personas podemos aceptar lo que le han hecho a Eluana. Nunca se puede dejar sin comida a un ser humano. Eluana estaba viva y la han matado". Leer más...

lunes, 5 de enero de 2009

Abortos precoces: los abortos que no se cuentan
Millones de seres humanos mueren cada año en el mundo en silencio porque sus madres les impiden implantarse en su útero para desarrollarse
5 de enero de 2008.- Los mecanismos antiimplantatorios del embrión en el útero de la madre previstos en la contracepción –hormonal, vacunas, DIU,...- y más explícitamente en la intercepción –píldora del día después- causan al año millones de abortos llamados ‘precoces’ que no aparecen en registros oficiales y que se suman a los entre 45 y 60 millones de abortos –quirúrgicos y químicos- que la Organización Mundial de la Salud calcula que se provocan cada año en el mundo. Así lo denuncia la Federación de Asociaciones de Médicos Católicos (FIAMC) en su documento 40 años de encíclica Humanae Vitae desde la perspectiva de la ética médica, publicado el pasado mes de noviembre, que alerta también de la destrucción de embriones que, sin una intencionalidad abortiva tan clara, causan sin embargo la reproducción asistida, algunos tratamientos médicos como la ablación endometrial y diversos medicamentos con efecto abortivo, y cierto estilo de vida actual. Leer más...

viernes, 13 de junio de 2008

¿Puede existir una bioética válida para toda la humanidad? / Autora: Inmaculada Álvarez

Los derechos humanos necesitan un fundamento superior, según el presidente de los médicos católicos

ROMA, (ZENIT.org) ¿Es posible establecer unos principios universales, aceptados por gran parte de la humanidad, que rijan la actividad científica y médica? Es el reto que plantea el presidente de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC), el doctor José María Simón Castellví.

En un artículo enviado a Zenit, el presidente de la FIAMC afirma que "la inspiración que empuja a la ciencia, las metas que se prefija, los medios que escoge, etc. están fuera de la propia ciencia", y que por tanto es necesario establecer unos principios bioéticos universales para evitar que la ciencia se convierta en un instrumento de destrucción.


"A veces nos encontramos a casos límite en los que una argumentación seductora puede conducir a decisiones inmorales por parte de los científicos, a quienes a pesar de su buena voluntad, les falta reflexión ética", afirma Simón Castellví, quien compara la situación actual con la de los experimentos científicos aberrantes realizados bajo el régimen nacional-socialista. "Los fines para los alemanes era plausible: una mayor felicidad para el pueblo alemán, donde se insinúa una ideología que corrompe muchas decisiones, tanto políticas como científicas, porque se reduce al fin que justifica los medios. Dame un buen fin y justificaré cualquier medio, aunque en una primera lectura este medio sea reconocido como claramente criminal".

La negación de las creencias tradicionales ha venido acompañada, no de ausencia de religiosidad, explica el presidente de la FIAMC, sino por una serie de creencias "míticas", como la de la sociedad del bienestar, o la máxima felicidad, o la eliminación del dolor.

"Todos estos fines son aparentemente buenos, pero muchas veces vienen minados por la perversa ideología del fin que justifica los medios. Hoy, esta ideología abominable pervive gracias a formas más sofisticadas: bendiciendo la eutanasia, promoviendo la esterilización obligatoria en ciertos países, imponiendo el aborto selectivo en los fetos femeninos, etc."

"Nunca se puede hacer un mal para llegar al bien. Y tampoco se puede hacer un mal menor para llegar al bien. Llegado el caso, se puede tolerar un mal menor, pero nunca cometerlo", afirma.

Dios es necesario

Según el doctor Simón Castellví, muchos "han hecho un esfuerzo para dar un código de bioética válido para toda la humanidad", y la expresión más importante de la búsqueda de unos principios universales es la codificación de los Derechos Humanos en 1948.

Sin embargo, aunque se trata de "un texto bien redactado y útil como referencia para que las diversas culturas colaboren entre ellas", sin embargo si no se admite un principio anterior que los sustente, se reducen a un texto legal interpretable desde cualquier punto de vista.

"Los Derechos Humanos no se crearon ex novo, sino que responden a una tradición secular que se adentra en la profundidad de los tiempos", en la ley natural. "La ley natural moral existe: es la capacidad de la razón humana de conocer y adherirse a la verdad. Para mí, ningún profesional toca con la mano como un médico la existencia de esta ley".

La cuestión, explica el presidente de la FIAMC, es si esta ley natural "existe por casualidad, por caos o por la voluntad de ciertos dioses caprichosos como los de los antiguos griegos, o quizás por la voluntad de Dios".

Sin embargo, la libertad del hombre y el problema del mal hacen que "no baste dejar la conducta humana sólo en manos de las bellas palabras, las declaraciones o la conciencia. Hace falta una justicia humana. Es muy ingenuo pensar que la sola protección bioética sea suficiente para que los seres humanos actúen correctamente".

"A mi juicio, y al de millones de personas, no sólo debemos buscar el bien de los hombres, sino que debemos dejar espacio a Dios. No diré nada de Dios. Sólo lo cito, como hace el astrofísico Stephen Hawking en su libro 'Brevísima historia del tiempo'".

"Si el hombre abdica de creer en un solo Dios justo y bueno, adorará ídolos, que en nuestra época racional no serán de piedra, sino un ideal mistificado, el ego, la propia inteligencia, etc.", añade.

"Si solamente nos preocupamos de que las consecuencias sean suficientemente buenas para justificar un acto, si no se admite que existen valores anclados en la naturaleza humana y en la existencia de Dios (sin renunciar a la razón y con una fe purificada del fanatismo) demasiado fácilmente caeremos en algo que termina siempre con sangre", advierte.

domingo, 27 de enero de 2008

El presidente de los médicos católicos compara el aborto a una guerra

La revista «The Lancet» no es científica en su propuesta sobre anticonceptivos orales / Autor: Jesús Colina

Según explica el presidente de los médicos católicos

(ZENIT.org).- La reivindicación de la revista «The Lancet» para pedir que la Iglesia reconozca los anticonceptivos orales no tiene carácter científico, explica el presidente de la Federación de Asociaciones de Médicos Católicos (FIAMC).

En el año del cuadragésimo aniversario de la encíclica «Humanae vitae», la publicación científica pide la distribución de anticonceptivos orales entre las mujeres como respuesta a un estudio en el que se muestra que estos fármacos protegen del cáncer de ovarios.

Un comunicado emitido por el doctor Josep María Simón Castellví, presidente de la FIAMC, recuerda que la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer («International Agency for Research on Cancer») --con sede en Lyon--, agencia de la Organización Mundial de la Salud, en su comunicado de prensa del 29 de julio de 2005, constató la posible carcinogenicidad de contraceptivos orales combinados estrógeno-progestógeno y terapia combinada estrógeno-progestógeno para la menopausia, basado en las conclusiones de un grupo internacional «ad hoc» de trabajo formado por 21 científicos de 8 países.

Los contraceptivos orales estrógeno-progestógeno fueron clasificados en el Grupo 1 de los agentes carcinogénicos. Esta categoría se utiliza cuando hay evidencia suficiente de carcenogenicidad en humanos.

El doctor Castellví envía la aclaración porque la FIAMC «está comprometida con la verdad y la ciencia desde sus orígenes».

«Como resultado de los efectos secundarios, incluido el cáncer, de estos fármacos, tenemos que decir que en este caso "The Lancet" y los medios de comunicación ha reproducir su llamamiento han sido claramente irresponsables», afirma.