* «La oración significa todo para mí. La oración me ayuda a estar pendiente de lo que Dios Padre quiere que haga en cada momento, a perseverar y a vivir y transmitir el Evangelio para ir renovando constantemente el amor hacia Él y hacia los demás… La oración nos da respuestas concretas, nos fortalece y nos hace experimentar el Amor que Dios Padre nos tiene. Si no me encuentro en un estado de oración continua, estaré́ dialogando conmigo misma o incluso con otros “dioses” de este mundo, que nos apartan del sueño y la misión que Dios Padre tiene para cada uno de nosotros y donde seremos verdaderamente felices»