Puede ser el primer milagro del legendario obispo, bastión anticomunista y modelo de evangelización radiofónica, de quien el Papa ha firmado las «virtudes heroicas»
15 de julio de 2012.- (Carmelo López-Arias / Religión en Libertad / Camino Católico) Bonnie Engstrom es una joven madre norteamericana que tiene cinco hijos: "Uno en el cielo, otro en camino, y tres en danza", cuenta ella misma. El más pequeño de ellos se llama James Fulton Engstrom y nació el 16 de septiembre de 2010. Pero nació muerto. Durante el parto, que tuvo lugar en su propia casa,el cordón umbilical se cerró en torno a su cuello. Vinieron los servicios de urgencias, le aplicaron continuamente resucitación cardiopulmonar, le llevaron al hospital... pero el niño no tenía pulso.
Fueron 61 minutos de angustia para Bonnie y su marido. Pero, desde el primer momento en que se detectó el problema, ambos empezaron a rezar con insistencia pidiendo la salvación del pequeño por intercesión del obispo Fulton J. Sheen (1895-1979). Y al minuto 61, el niño despertó. Los médicos les aconsejaron que se prepararan para lo peor. La falta de oxígeno durante tanto tiempo implicaba un fallo orgánico masivo y una muerte inminente. En caso de sobrevivir, sería con vida "vegetal", y en todo caso con severas discapacidades.
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domingo, 15 de julio de 2012
Tras 61 minutos sin pulso, que pasaron rezando en 2010 a Fulton J. Sheen, su hijo volvió a la vida
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