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martes, 3 de julio de 2012

Enrico Petrillo, marido de Chiara Corbella, que murió al rechazar tratar un cáncer para que su hijo naciera: “Chiara y yo hemos deseado profundamente esto: llegar a ser hijos de Dios”

En una entrevista testimonial a Radio Vaticano explica su profunda vivencia espiritual:
* “Vivir con mi mujer, con Chiara, sea como novios, sea como esposos, ha sido precioso. Hemos tenido una vida verdaderamente plena… Ha sido maravilloso descubrir este amor más grande cada vez que afrontábamos un problema, un drama. En realidad nosotros en la fe veíamos que detrás de esto se escondía una gracia más grande del Señor. Y por tanto, nos enamorábamos cada vez más de nosotros y de Jesús”
* “La gracia que nos ha dado el Señor ha sido la de no haber puesto dificultades, barreras, a su gracia. Hemos dicho este "sí", nos hemos agarrado a él con todas nuestras fuerzas, porque lo que nos pedía era sin duda más grande que nosotros”
* “Si te fías de Cristo descubres que en este fuego, en esta Cruz, no te quemas, y que en el dolor está la paz y en la muerte está la alegría. Reflexionaba mucho, sobre todo este año, sobre la frase del evangelio que dice que el Señor nos da una Cruz dulce y una carga ligera. Sobre todo cuando veía a Chiara que estaba a punto de morir, y estaba obviamente muy turbado. Así, me he llenado de valor y algunas horas antes, eran sobre las ocho de la mañana -Chiara ha muerto a las doce- se lo he preguntado: "Clara, amor mío, pero, ¿esta Cruz es verdaderamente dulce, como dice el Señor?". Ella me ha mirado, me ha sonreído y con un hilillo de voz me ha dicho: "Sí, Enrico, es muy dulce". Así, toda la familia, nosotros no hemos visto morir a Chiara serena: la hemos visto morir feliz, que es algo muy diferente”
3 de julio de 2012.- (Radio Vaticano / Camino Católico) Su historia está llegando a todo el mundo. Chiara Corbella, una chica romana de 28 años, murió el pasado 13 de junio. Murió después de haberse negado a seguir los tratamientos contra un tumor que le descubrieron durante el quinto mes de embarazo. Con su decisión logró que su hijo Francesco naciera sano. Sin embargo, no se trataba de su primer embarazo: María y Davide murieron después del parto porque nacieron con graves malformaciones. Antes de morir, Chiara escribió una carta para su hijo Francesco: «Voy al cielo a cuidar a María y a Davide; tú, quédate con papá. Yo rezaré por vosotros desde allá».
Enrico Petrillo, el marido de Chiara, leyó esa carta durante el funeral de la chica. Una ceremonia en la que participaron miles de personas. Pocos días después, Enrico ofreció una entrevista a la Radio Vaticana donde cuenta su testimonio de vida con su esposa y que a continuación ofrecemos íntegramente: Leer más...

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