"Cristo caminaba conmigo, me dirigía, me hablaba de formas misteriosas, desplegaba misterios ante mí. Empecé a centrar mi mente en Él. Mi corazón endurecido y desanimado empezó a tener esperanza. Encontré consuelo en Jesús. Empecé a experimentar sanación de mente, cuerpo y espíritu. Encontré un trabajo, dejé de fumar. Podía ya pagar mis deudas y entendí que podría gestionar mejor mi vida caminando con Jesús"
7 de marzo de 2013.- (Pablo J. Ginés / Religión en Libertad / Camino Católico)No quedan muchos zoroastrianos, seguidores de la religión del antiquísimo profeta persa Zoroastro (también llamado Zaratustra). Son quizá dos millones y medio de personas, que viven sobre todo en Irán (pequeña minoría entre musulmanes) y en la India (diminuta minoría entre hindúes). En la India usan también el nombre de "parsis" (de donde viene "Persia"). Hay además comunidades emigradas a Occidente.
A una familia parsi de la India pertenecía Khurshid Jilla. "Mi madre venía de una familia de sumos sacerdotes y yo desde la infancia fui persona de oración", recuerda esta mujer. "Visitaba el Templo del Fuego cada día antes de ir a la universidad y también durante mi vida laboral". Khurshid señala los tres principios básicos del zoroastrismo: "Buenos pensamientos, buenas palabras y buenas acciones". Leer más...
jueves, 7 de marzo de 2013
De Zoroastro a Jesucristo: Khurshid Jilla era parsi, pero Dios la guió con sueños hacia el bautismo
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