«Nació vivo. Josep lo bautizó. Le cantamos una canción, le explicamos todo lo que le habíamos querido, le dijimos que ahora él tenía mucho trabajo, ya que, desde el cielo, tenía que cuidarnos. Ignasi cogió el dedo a su padre. Es un sentimiento difícil de explicar, como si nos agradeciera que no decidiéramos abortarlo, y nos dijera que él también nos quería y que siempre estaría con nosotros»
«Teníamos claro que no abortaríamos, aunque con muchos miedos. Para nosotros, el apoyo de la familia y la comunidad parroquial -somos cristianos practicantes- fue fundamental»
domingo, 13 de julio de 2014
Josep y Marta tuvieron a Ignasi, niño con una malformación craneo-encefálica, que vivió 40 minutos... y ocho meses: «Nuestro hijo era precioso, era perfecto»
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