Pese a la acondroplasia, enfermedad que padece desde su nacimiento, el “padre Amadito” logró su sueño de ser sacerdote y actualmente es Vicario de la Catedral Metropolitana de México
* «Eran dos motivos de alegría, la ordenación, pero también era como si Dios me estuviera diciendo: ‘ya ves cómo sí pudiste, ya ves cómo sí te llame yo, sí llegaste’, era sentirme abrazado por Él»
* «Dios siempre estuvo ahí. Esta condición ha sido una oportunidad de relacionarme con Él, que ha sido mi motivación»
* «Necesitamos ser fuertes, descubrir la presencia de Dios que está en nuestro corazón, Él nos va sosteniendo; yo creo que la discapacidad se puede vivir desde la Pasión de Cristo»
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* «Eran dos motivos de alegría, la ordenación, pero también era como si Dios me estuviera diciendo: ‘ya ves cómo sí pudiste, ya ves cómo sí te llame yo, sí llegaste’, era sentirme abrazado por Él»
* «Dios siempre estuvo ahí. Esta condición ha sido una oportunidad de relacionarme con Él, que ha sido mi motivación»
* «Necesitamos ser fuertes, descubrir la presencia de Dios que está en nuestro corazón, Él nos va sosteniendo; yo creo que la discapacidad se puede vivir desde la Pasión de Cristo»
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