«No me importa quién es, cuál es su religión y qué ha hecho en su vida. Es un hombre y yo lo curo»
«Cuando me ordené sacerdote, prometí servir a los enfermos a costa de poner mi vida en peligro. Lo dije, pero no sabía realmente qué significaba. Sin embargo, cuando ha llegado la guerra he entendido bien qué significa arriesgar la vida. Ser sacerdote no es sólo bendecir. Es mucho más: significa estar al lado de quienes han perdido todo»
viernes, 28 de noviembre de 2014
El padre Bernard Kinvi arriesgó su vida para salvar a 1.500 musulmanes en África: «Como sacerdote, no puedo apoyar que se mate a un hombre»
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