«Nosotras en el convento también somos misioneras; estamos en el claustro, es verdad, pero, a la vez, estamos con los refugiados y las víctimas de Irak, de Siria; estamos con los que sufren a causa de la crisis, con los enfermos, con los marginados, con los drogadictos… Es cierto que no estamos con ellos físicamente, pero cada día los presentamos al Señor en nuestras oraciones. Ese es uno de nuestros cometidos: presentar ante Dios las penas y alegrías de nuestros hermanos y ser Su testimonio en el corazón de la Iglesia»
domingo, 21 de diciembre de 2014
Sor Cristabel López, ayudante de pastelería, lo dejó todo para ser monja de clausura: «Jesús te espera en cada recodo, listo para demostrarte ese Amor que te tiene»
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