El niño quedó en estado vegetativo total. Durante varios meses fue sometido a distintos tratamientos en la Habana; pero todos resultaron infructuosos… Al salir del hospital pasaron por el convento de las Brigidinas situado en la Habana Vieja, donde la Superiora pidió permiso para orar junto con las hermanas de la comunidad religiosa por la salud del pequeño Carlos Miguel. Acercaron al niño una reliquia de primer grado que conservan en el convento, una falange de un dedo de la beata María Elizabeth y pidieron fervientemente su intercesión para que el Señor obrara un milagro de curación en el niño. Terminado el rezo abandonaron el convento y emprendieron el regreso a Santa Clara. A pocos kilómetros de distancia se percataron que Carlitos, quien todo el tiempo había permanecido totalmente inmóvil como de costumbre, comenzó a mover las piernas y los brazos hasta curarse totalmente
sábado, 11 de junio de 2016
Carlos Miguel Valdés, niño cubano, sanado milagrosamente de tumor en el cerebelo permitió la canonización de Mary Elizabeth Hesselblad
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