* Carlo: «Lo que más me convenció y persuadió para iniciar el camino de verificación para ser Hijo de la Cruz fue el ejemplo de muchos niños y niñas mayores que yo, quienes han elegido el camino de la entrega total con alegría y entusiasmo como Hijos e Hijas de la Cruz. Estoy convencido de que solo con mis fuerzas es imposible ser fiel en la entrega a Cristo… ¡pero con la ayuda de María sí que lo es!»
* Andrea: «Pues, a mi lo que me colocó de una manera más seria y profunda frente a esta elección vocacional no fue tanto un discurso o una catequesis… No, fue el ser acogido, querido y amado por quien soy. Por eso mi vocación maduró durante todo un año, cuando tenía 17 años: en este año lo que más me llamó la atención fue este amor puro y agradecido que veía alrededor mío. Esto me impulsó a querer consagrarme a Nuestra Señora y a poner toda mi vida en sus manos. Sin duda, en Medjugorje viví más experiencias que me fortalecieron en esta vocación»