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martes, 2 de mayo de 2023

Papa Francisco pide rezar en mayo «para que los movimientos y grupos eclesiales pongan sus propios carismas al servicio de las necesidades del mundo»

 


* «Manténganse siempre en movimiento, respondiendo al impulso del Espíritu Santo, a los desafíos, a los cambios del mundo de hoy. Manténganse en la armonía de la Iglesia, que la armonía es un don del Espíritu Santo»

2 de mayo de 2023.- (Camino Católico) “Oremos para que los movimientos y grupos eclesiales redescubran cada día su misión, una misión evangelizadora, y que pongan sus propios carismas al servicio de las necesidades del mundo”, pide el Santo Padre en el  “Video del Papa” del mes de mayo de 2023.

El Pontífice explica que “los movimientos renuevan la Iglesia con su capacidad de diálogo al servicio de la misión evangelizadora. Redescubren cada día en su carisma, nuevas formas de mostrar el atractivo y la novedad del Evangelio”. El texto completo de las palabras de Francisco en  “el Video del Papa” es el siguiente:

¡Los movimientos eclesiales son un don, son la riqueza en la Iglesia! ¡Esto son ustedes!

Los movimientos renuevan la Iglesia con su capacidad de diálogo al servicio de la misión evangelizadora.

Redescubren cada día en su carisma, nuevas formas de mostrar el atractivo y la novedad del Evangelio.

¿Cómo lo hacen? Hablando idiomas diferentes, parecen diferentes, pero es la creatividad que crea esas diferencias. Pero entendiéndose siempre y haciéndose entender.

Y trabajando al servicio de los Obispos y las parroquias para evitar cualquier tentación de encerrarse en sí mismos, que este puede ser el peligro, ¿no?

Manténganse siempre en movimiento, respondiendo al impulso del Espíritu Santo, a los desafíos, a los cambios del mundo de hoy.

Manténganse en la armonía de la Iglesia, que la armonía es un don del Espíritu Santo.

Oremos para que los movimientos y grupos eclesiales redescubran cada día su misión, una misión evangelizadora, y que pongan sus propios carismas al servicio de las necesidades del mundo. Al servicio.

Francisco

lunes, 3 de noviembre de 2008

El Papa pide intensificar el diálogo entre nuevos movimientos y obispos
Califica a estas comunidades como "irrupciones del Espíritu Santo en la Iglesia"

CIUDAD DEL VATICANO, 3 de noviembre de 2008 (
ZENIT.org).- Benedicto XVI expresó el pasado viernes su deseo de que se intensifique el diálogo entre los obispos y los nuevos movimientos y comunidades eclesiales, a los que calificó de "irrupciones del Espíritu Santo en la Iglesia". Así lo expresó al recibir en audiencia en el Vaticano a los participantes en el II Encuentro Internacional de Obispos que acompañan a las nuevas comunidades de la Renovación Carismática Católica y en la XIII Conferencia Internacional convocada en Asís por la Fraternidad Católica Internacional de Comunidades y Asociaciones Carismáticas de Alianza (Catholic Fraternity of Charismatic Covenant Communities and Fellowships, http://www.catholicfraternity.net). En su discurso, subraya que "los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades, florecidos después del Concilio Vaticano II, constituyen un don singular del Señor y un recurso precioso para la vida de la Iglesia". "Deben ser acogidos con confianza y valorados en sus diferentes contribuciones que han de ponerse al servicio de la utilidad común de manera ordenada y fecunda", afirma.
Leer el resumen y la reflexión completa....

sábado, 7 de junio de 2008

La relación entre movimientos y parroquias / Autora: Miriam Díez i Bosch


Posibilidades y dificultades, según un párroco español

MADRID, (ZENIT.org).- La irrupción de movimientos y nuevas comunidades en la vida parroquial no siempre es fácil. De ella depende, sin embargo, la nueva evangelización.

Así lo piensa don Francisco Garvía, párroco de Nuestra Señora de las Delicias (Madrid) y autor de la ponencia "Parroquia, comunidades y movimientos" pronunciada en la XVIII Semana de Teología Pastoral del Instituto de Pastoral de Madrid y ahora recogida en "A vueltas con la parroquia, balances y perspectivas", de la editorial Verbo Divino.

Para superar las dificultades que existen en la parroquia, los movimientos, las comunidades y la vida religiosa sería bueno "favorecer el encuentro en libertad, el respeto, la generosidad y el aprecio mutuo" así como "acoger y educar la diversidad", "promover la convivencia" y "trabajar en corresponsabilidad, favoreciendo la participación de todos", sugiere este sacerdote, que no esconde los problemas para que así sea.

"Una dificultad la ofrecemos los mismos pastores: nuestro propio pensamiento, sensibilidad o línea pastoral pueden impedir la presencia en la parroquia de los carismas que proponen los diversos movimientos y las pequeñas comunidades", reconoce.

Don Francisco Garvía sostiene que "el exceso protagonismo del propio pastor, de la comunidad, de uno o de varios movimientos en la parroquia, de manera que acaparen sus acciones pastorales, sus miembros ocupen puestos de responsabilidad y servicio de las mismas".

Otra dificultad sería "la identificación plena de la comunidad parroquial, de tal forma que sólo pueda sentirse miembro corresponsable de la parroquia aquel que pertenezca a la pequeña comunidad o movimiento".
El "enrocamiento o encerramiento sobre sí misma de la que se ha ensimismado" y se ha constituido como el "mejor modelo de comunidad" también dificulta la armonización entre parroquia y movimientos, que a su vez a veces "se repliegan a veces sobre sí mismos y corren el riesgo de confundir a la Iglesia con la experiencia propia de Iglesia que ellos tienen".

"La convicción de una comunidad de que sólo perteneciendo a ella se puede construir parroquia, convirtiéndose ella en el único modelo de comunidad parroquial posible en el barrio donde esté ubicada" es un riesgo, advierte este párroco madrileño.

Otra dificultad que impide la inserción y el trabajo conjunto de parroquias, asociaciones, movimientos y comunidades de vida religiosa es la "desconfianza y el desconocimiento mutuos, que llevan en ocasiones a la exclusión y privan a los seglares de su autonomía".

Sin embargo, existen muchas más posibilidades que dificultades: "Siendo la parroquia el lugar más significativo para manifestar la comunidad cristiana, vendrá bien a los grupos, movimientos y comunidades que estén integrados en la misma, hacerles la propuesta de trabajar la dimensión comunitaria en su formación, invitar a vivir las celebraciones centrales de la vida cristiana en la comunidad parroquial e implicarse en la creación de un clima de comunión".

"Los movimientos y comunidades están llamados a ser elemento integrador en el conjunto de la vida parroquial, por su preocupación y seguimiento de las tareas comunes de la parroquia y por su presencia, animación y participación en los acontecimientos y celebraciones claves", anuncia.

Además, "pueden ser una propuesta de vida cristiana" pues "cuando en la parroquia existen comunidades o movimientos, éstos sirven de referencia a los más jóvenes a quienes se les propone un estilo de vida concreto para realizarse como cristianos".

"Se trata de armonizar las diferentes carismas presentes en una comunidad parroquial, de manera que se encuentren, se conozcan y pongan al servicio de todos lo que a cada movimiento lo hace diferente". Aquí "el equipo sacerdotal y / o el párroco tienen un papel importante", insiste.

"Es de desear que la parroquia sea un lugar abierto a la presencia de diferentes espiritualidades, las presente y promueva" para que "grupos, movimientos y comunidades compartan entre sí y con el resto de la gran comunidad parroquial oración y celebración", concluye.

lunes, 19 de mayo de 2008

El Papa pide a los obispos salir al encuentro de los movimientos con amor en el seminario sobre nuevos carismas en la Iglesia

El Papa con los obispos que participaron en Seminario sobre nuevos carismas
VATICANO, (
ACI).- Durante un encuentro con los obispos participantes en un seminario de estudio promovido por el Pontificio Consejo para los Laicos sobre los movimientos y nuevas realidades eclesiales, el Papa Benedicto XVI pidió a los pastores de la Iglesia salir al encuentro de estos nuevos carismas con solicitud y amor pastorales.

El Seminario, realizado en la localidad de Rocca di Papa, cerca del lago Albano, reunió a decenas de obispos del mundo con miembros y consultores del Dicasterio que preside el Cardenal Stanislao Rylko. El motivo del encuentro, que concluyó este sábado, fue reflexionar sobre la solicitud pastoral hacia los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades.

El Santo Padre explicó en su discurso que el seminario quiere ser una continuación del encuentro que él mismo tuvo en junio de 2006 con una amplia representación de fieles pertenecientes a más de 100 nuevas realidades laicales.
El Papa recordó que en aquella ocasión indicó “en la experiencia de los movimientos eclesiales y de las nuevas comunidades el signo luminoso de la belleza de Cristo, y de la Iglesia, su Esposa”.


“Les exhortaba -prosiguió- a hacer de ellos escuelas de comunión, compañías en camino en las que se aprenda a vivir en la verdad
y en el amor de Cristo”.
Benedicto XVI destacó también que los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades "son una de las novedades más importantes suscitadas por el Espíritu Santo en la Iglesia" para la puesta en práctica del Concilio Vaticano II; y recordó que sus predecesors Pablo VI y Juan Pablo II supieron acoger y discernir, animar y promover la imprevista irrupción de las nuevas realidades laicales que, "en formas distintas y sorprendentes, volvían a dar vitalidad, fe y esperanza a toda la Iglesia".

El Papa recordó "la exhortación que dirigí a un grupo de Obispos alemanes en visita limina, que hoy sin duda propongo nuevamente a todos vosotros, Pastores de tantas iglesias particulares: 'Os pido ir al encuentro de los movimientos con mucho amor".

Benedicto XVI reconoció que una “novedad como ésta aún cuesta ser adecuadamente comprendida a la luz de un designio de Dios y de la misión de la Iglesia en los escenarios de nuestro tiempo”; sin embargo, destacó que han sido superados "muchos prejuicios, resistencias y tensiones".

“La caridad es el signo distintivo del Buen Pastor”, señaló luego el Santo Padre, al destacar que “ir al encuentro de los movimientos y de las nuevas comunidades ‘con mucho amor’ nos impulsa a conocer adecuadamente su realidad, sin impresiones superficiales o juicios reductivos” y ayuda a comprender que "los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades no son un problema o un riesgo más"; si no "un don del Señor un recurso precioso para enriquecer con sus carismas a toda la comunidad cristiana".

“Dificultades e incomprensiones sobre cuestiones particulares no justifican una cerrazón” insistió el Papa; porque "a nosotros pastores se nos pide que acompañemos de cerca y con paterna solicitud a los movimientos y las nuevas comunidades para que puedan poner al servicio de la utilidad común los dones de los cuales son portadores como: el impulso misionero, los eficaces itinerarios de formación cristiana, el testimonio de fidelidad a la Iglesia, la sensibilidad por las necesidades de los pobres, la riqueza de las vocaciones”.


Para ver el video haz click sobre las imagenes

jueves, 15 de mayo de 2008

Ver los movimientos como «don providencial»: invitación a obispos del mundo / Autora: Marta Lago

Llamada del cardenal Rylko, presidente del Pontificio Consejo para los Laicos a los obispos del mundo

ROCCA DI PAPA, (ZENIT.org).- El presidente del Pontificio Consejo para los Laicos llama a los obispos del mundo a contemplar los movimientos eclesiales y nuevas comunidades no como un «problema», sino como «un don providencial» que Iglesia debe recibir con gratitud y responsabilidad.

Así ha abierto este jueves el cardenal Stanislaw Rylko el Seminario de Estudio -en la localidad romana de Rocca di Papa- en el que, convocados por el dicasterio (v. www.zenit.org/article-27280?l=spanish), un centenar de prelados de más de cincuenta países de los cinco continentes profundizan sobre el significado teológico-eclesial y pastoral del fenómeno de los movimientos eclesiales, así como en su deber de pastores ante los mismos.

Clave de estas jornadas es la invocación comunitaria al Espíritu Santo para «conocer y comprender mejor el proyecto de Dios en estos nuevos carismas, discernir correctamente el carácter genuino y el uso ordenado en el seno de las comunidades cristianas, acogerlos con confianza y gratitud en el tejido de las Iglesias encomendadas a nuestra atención pastoral» y brindar el acompañamiento «en su misión con auténtico sentido de paternidad espiritual», explica el cardenal Rylko.

La exhortación de Benedicto XVI (en 2006, a un grupo de obispos), «Os pido que salgáis al encuentro de los movimientos con mucho amor», es la guía del Seminario, apoyado en el magisterio de los dos últimos pontífices sobre las nuevas realidades eclesiales -que siempre han contemplado con confianza--, «uno de los frutos más significativos del Concilio Vaticano II», apunta el purpurado.

Y es que, «una vez más --añade--, el Espíritu Santo intervino en la historia, donando a la Iglesia carismas portadores de un extraordinario dinamismo misionero y respondiendo tan oportunamente a los dramáticos desafíos de nuestra época», entre los que subrayaba el Papa Karol Wojtyla el dominio «de una cultura secularizada que fomenta y reclama modelos de vida sin Dios».

«Es innegable» -continúa el cardenal Rylko- que «movimientos y nuevas comunidades se han convertido para millones de bautizados, en todo rincón del planeta, en verdaderos "laboratorios de la fe", auténticas escuelas de santidad y de misión»; con todo, «representan un recurso que aún no se conoce o valora plenamente».

«Los movimientos lanzan el desafío de una Iglesia misionera, valientemente proyectada a nuevas fronteras», «y en nuestros días la Iglesia tienen gran necesidad de abrirse a esta novedad generada por el Espíritu Santo»; «de estas "cosas nuevas" deberían ser los pastores los primeros en percatarse», «pero sabemos que no siempre es así», lamenta el cardenal Rylko.

Y exhorta: «Los pastores -y esto hay que subrayarlo con fuerza- no deben contemplar los movimientos y nuevas comunidades como un "problema" más del que se tienen que ocupar, sino más bien como un "don providencial" que la Iglesia debe recibir con gratitud y sentido de responsabilidad, para no desperdiciar el recurso que representan».

Puntos de discernimiento

Tal don comporta deberes para los laicos y para los obispos, subraya el cardenal Stanislaw Rylko en su intervención introductiva; de hecho, el propio Juan Pablo II «insistía mucho en el hecho de que estas nuevas realidades están llamadas a insertarse en las diócesis y en las parroquias "con humildad"», «al servicio de la misión de la Iglesia y evitando todo tipo de exclusivismo y de absolutización de sus propias experiencias» o «actitud de superioridad unas respecto a otras».

Pero el desaparecido pontífice «también pedía a los Pastores -obispos y párrocos- que las acogieran "con cordialidad" y con paterna solicitud».

El deber de discernimiento de estos carismas compete a los pastores de la Iglesia, y a ello ayudan «cinco "criterios de eclesialidad"» que formuló Juan Pablo II y recuerda el cardenal Rylko al centenar de obispos: «Que se dé primacía, en el seno de cualquier agregación de fieles laicos, a la vocación a la santidad; la obediencia al magisterio de la Iglesia; el testimonio de una comunión sólida y convencida con los obispos y con el Sucesor de Pedro; la evangelización; la presencia incisiva en la sociedad como levadura evangélica».

Asimismo, como recuerda el purpurado, el Papa Karol Wojtyla, respecto a la identidad eclesial de los movimientos, subrayaba que «en la Iglesia no existe contraste y contraposición entre la dimensión institucional y la dimensión carismática, de la que los movimientos son una expresión significativa».

Ambas «son co-esenciales a la constitución divina de la Iglesia fundada por Jesucristo --añadía--, porque concurren a hacer presente el misterio de Cristo y su obra salvífica en el mundo».

Estando al frente de la Congregación vaticana para la Doctrina de la Fe, el cardenal Joseph Ratzinger también brindó puntos para el discernimiento y la inserción de estas nuevas realidades en el tejido de las Iglesias particulares: «La integración --decía-- jamás puede significar homologación porque la comunión eclesial no es uniformidad absoluta, sino unidad en la diversidad».

«Como pontífice [Joseph Ratzinger] sigue insistiendo en la importancia del criterio de la docilidad a la acción del Espíritu en el seno de la comunión eclesial», señala; también constata el Papa en los movimientos su fuerza en testimoniar la belleza de ser cristianos.

Sobre la relación «Iglesia/movimientos», el actual pontífice ha expresado la prioridad de la regla paulina: «no apaguéis los carismas», y como segunda regla: «la Iglesia es una», y sintetiza ambas directrices en las palabras «gratitud, paciencia y aceptación también de los sufrimientos que son inevitables», cita el cardenal Rylko.

E insiste: «El Papa Benedicto XVI pide a los obispos abiertamente "salir al encuentro de los movimientos con mucho amor". Aquí y allí [estos] deben ser corregidos, introducidos en el conjunto de la parroquia o de la diócesis. Pero debemos respetar el carácter específico de sus carismas y estar alegres de que nazcan formas comunitarias de fe en donde la Palabra de Dios se hace vida"».

Más que simple acogida

Siguiendo el magisterio de Benedicto XVI --explica el cardenal Rylko--, es necesario un acompañamiento paterno de los nuevos carismas por parte del obispo que los acoge en el seno de la propia Iglesia particular.

«No basta con acoger un movimiento; es necesario seguirlo con la debida solicitud pastoral», una tarea -recalca el purpurado- que implica esfuerzo y «conocimiento adecuado de las realidades singulares presentes y activas en la diócesis», «diálogo paciente» y respeto de sus carismas específicos.

En esta tarea de acompañamiento también se cuenta con el Pontificio Consejo para los Laicos, «casa común -describe su presidente- de los movimientos eclesiales y de las nuevas comunidades, y expresión directa, respecto a estos, de la paternidad del Sucesor de Pedro».

Estos puntos sobresalientes del magisterio de los dos últimos pontífices -en perfecta continuidad-- permiten comprender «la importancia del fenómeno de los movimientos eclesiales», si bien siguen requiriendo profundización.

«Pero es indudable que el rostro de la Iglesia del tercer milenio dependerá de nuestra capacidad de escuchar lo que el Espíritu Santo dice hoy a la Iglesia, también mediante estos nuevos carismas --admite el cardenal Rylko ante los prelados--. Dependerá de nuestra capacidad de dejarnos sorprender por el Espíritu Santo y de la prudencia pastoral de saber acoger los dones "con amor"».

Benedicto XVI recibirá a los participantes del Seminario el próximo sábado.