* «¡Lo que está bien y lo que está mal se ve tan claro en la cercanía de los abortorios! Por eso muchos rescatadores han encontrado allí la fe, e incluso la vocación al sacerdocio o a la vida religiosa. Cada día que voy a rescates me vuelvo a convertir y encuentro paz al saber que Dios está de mi lado. Él pone las palabras exactas para rescatar a una mujer, no las pongo yo. A veces me preguntan: “¿Qué has dicho para que te haga caso?”. No lo sé»