Ana Mª Expósito tiene 33 años y da gracias a la providencia de Dios porque ha recibido la llamada a ser maestra de Religión
* «Debemos enseñar a los niños que Dios los quiere, los acepta como son, los perdona y desea encontrarse con ellos y darle la felicidad y la paz que tanto necesitan y buscan. Para mí, uno de los temas más importantes es el perdón. Jesús nunca se cansa de perdonarnos y debemos transmitir a nuestros niños la importancia del perdón y del saber perdonar a los demás, siempre con la ayuda de Dios y la oración»
Camino Católico.- Ana Mª Expósito tiene 33 años y es profesora de Religión en infantil y primaria y catequista con niños de poscomunión en Córdoba. En el portal de la Diócesis cuenta su testimonio en primera persona de la forma que está respondiendo a la llamada del S Señor de ser educadora de la fe. Esta es su historia:
«El profesor de religión es un testigo del amor de Dios»
Tengo 33 años y soy maestra de Religión Católica de infantil y primaria. Doy gracias a Dios por haber nacido en una familia cristiana y haber recibido y vivido los sacramentos. Desde pequeña he sabido como el Señor y la Virgen me han cuidado y la importancia de la oración.
Nací a los cinco meses y medio de embarazo de mi madre, y muchas personas de mi comunidad rezaron por mí. Cuando era niña cantaba en el coro de la parroquia y ayudaba en la campaña del Domund y la Infancia misionera. Me sentía niña misionera, llamada a ayudar y rezar por los niños más pobres. También he participado en peregrinaciones de la Diócesis, JMJ, encuentro de las familias con el Papa. Soy catequista desde muy joven y continúo de catequista con niños de poscomunión respondiendo con alegría a la llamada del Señor.
Decidí estudiar educación infantil y la DECA. Años más tarde realicé en Córdoba el curso de monitores de educación afectivo sexual Teen Star y pude encontrarme con Ana María Roldán.
Doy gracias a la providencia de Dios por encontrarme con ella, porque he recibido la llamada a ser maestra de Religión y transmitir la fe a mis alumnos: Los contenidos de la fe, que profesamos todos los domingos en el Credo en la santa misa, el amor a Dios, a Jesucristo, al Espíritu Santo y a la Iglesia. Y ayudarlos a vivir una vida moral que los va a salvar viviendo los Sacramentos y conociendo los mandamientos.
Me siento enviada por nuestro Obispo y pido a Dios que envíe sobre todos los maestros de religión el Espíritu Santo para que cumplamos la tarea que nos ha confiado la Iglesia. Mi experiencia ha sido durante estos dos años bastante buena, intentando dar mucho amor a mis alumnos. Es importante transmitir el amor de Dios a los niños a través de nuestro testimonio. Nosotros además de ser profesores, debemos orar para que los niños puedan ver en nosotros a Jesús y enseñarlos a orar.
Para mí, uno de los temas más importantes es el perdón. Jesús nunca se cansa de perdonarnos y debemos transmitir a nuestros niños la importancia del perdón y del saber perdonar a los demás, siempre con la ayuda de Dios y la oración.
También hablarles de María, nuestra madre que nos cuida y nos protege, la importancia de nuestra madre en la tierra que ora por nosotros y nuestra Madre del cielo que nos visita y ayuda como hizo con su prima santa Isabel. El profesor de religión es un creyente elegido por el Obispo para una misión específica: enseñar y transmitir la fe. Es un testigo del amor de Dios, con su vida está diciendo al alumno que Dios es un padre que enseña, ama, perdona y educa. Entrega a sus alumnos no sólo conocimientos sino su propia vida.
Debemos enseñar a los niños que Dios los quiere, los acepta como son, los perdona y desea encontrarse con ellos y darle la felicidad y la paz que tanto necesitan y buscan.
Ana Mª Expósito