"El Señor es Dios; ¡Él nos alumbra!"
/ Autores: Conchi Vaquero y Arturo López
"El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro muy temprano, cuando todavía estaba oscuro, y vio quitada la piedra que tapaba la entrada. Corrió entonces a donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, aquel a quien Jesús quería mucho, y les dijo:
–¡Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto!
Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. Los dos iban corriendo juntos, pero el otro corrió más que Pedro y llegó primero al sepulcro. Se agachó a mirar y vio allí las vendas, pero no entró. Detrás de él llegó Simón Pedro, que entró en el sepulcro. Él también vio allí las vendas, y vio además que la tela que había servido para envolver la cabeza de Jesús no estaba junto a las vendas, sino enrollada y puesta aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio lo que había pasado y creyó. Y es que todavía no habían entendido lo que dice la Escritura, que él tenía que resucitar".
(Juan 20, 1-9).
Jesús resucitó hace casi dos mil años. Los cristianos, que se supone intentamos seguirle, poniendo en práctica el mensaje del evangelio, que nos revela toda la historia de la salvación contenida en la Biblia, con asiduidad repetimos la escena de María Magdalena en muchas ocasiones y exclamamos:
–¡Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto!
Eso sucede en nuestras vidas cuando vivimos momentos de dificultad ante los cuales no podemos hacer nada, sólo estar quietos esperando la resurección, la solución al problema que nos provoca desaliento, desesperanza, depresión, angustia y miedo. Estamos como Jesús en el sepulcro: con una gran losa, una piedra muy pesada, atados e inmóviles. Sólo el Amor de Dios Padre puede apartar esas dificultades de nuestra vida y restablecernos de manera providencial. Pese a que, en decenas de ocasiones, hemos vivido como de repente toda losa era quitada, todo camino allanado, no nos acabamos de creer la promesa de Jesús resucitado que prometió acompañarnos siempre.
Y hemos constatado todos lo que nos sucede: el problema ya no existe, ha desaparecido. Pero, la oscuridad, el miedo, la angustía y la depresión persisten. Nos preguntamos: ¿Es verdad o es un espejismo de mi mente? Cuando María Magdalena fue al sepulcro era oscuro y vió con sus propios ojos que Jesús no estaba. Entonces, no recuerda la promesa del Señor que resucitaría, el miedo le hace pensar que se han llavado el cuerpo. Hemos escuchado tantas veces estas Palabras de Vida del evangelio de Juan y en cambio no las sabemos vivir al mínimo tropiezo.
Pero eso no es todo, el discípulo amado se va con Simón Pedro al Sepulcro, ve las vendas desde fuera y no se atreve a entrar: el miedo le paraliza. Es como si pensará: "Bastante hemos sufrido ya, sólo falta que nos suceda algo más". Esto también lo vivimos nosotros cuando acompañamos a alguien en el dolor y sufrimiento: "A ver si no voy saber estar a la altura de las circunstancias".
Én todas las variantes en que la resurrección de Cristo no es actualizada en nuestras vidas seguramente es que necesitamos crecer dejándonos guiar por el auténtico resucitado: Jesús el Señor. Para ver la luz de Cristo sólo hace falta que nos acerquemos a Él con confianza, en todo el estado deplorable en que nos encontremos y reconozcamos que sólo Él tiene Palabras de Vida.
Como los apóstoles, muchas veces vivimos en la dispersión -ellos la experimentaron con la muerte de Jesús- y no entendemos las Escrituras porque no escuchamos la voz suave del Salvador que clama continuamente: "no tengaís miedo. Soy yo el que os hace caminar pese a vuestra debilidad". A cada uno de nosotros como toda respuesta sólo se nos ocurre gritar como Pedro cuando debía andar sobre las aguas: "Señor que me hundo!!!." Hasta ese grito es humano y positivo hacerlo porque nos muestra nuestra debilidad y el tener que depender de la providencia del Altísimo.
Claro que, a veces o casi siempre, y ese es el mayor de los problemas, los cristianos no comprendemos las Escrituras porque nos fabricamos una interpretación a nuestra medida de la Palabra de Dios. Realmente Cristo ha Resucitado!!! Aleluya!!! ¿Pero, donde está escrito que se nos quitarían las dificultades y los problemas que tenemos como consecuencia del pecado y del espiritu del mundo por la resurrección de Jesús? El oró al Padre para que fueramos preservados del maligno en medio del mundo y nos aseguró acompañarnos en todo momento hasta el fin del mundo por el don del Espíritu Santo. El Espíritu de la verdad es quien debe enseñarnos todo, entre otras cosas como afrontar el mal cogidos de la mano de Jesús resucitado.
Como el discípulo amado corrió delante de Simón Pedro, nosotros nos soltamos de la mano de Jesús para ver y discernir con ojos humanos lo que nos está pasando hasta quedar paralizados por el miedo. Dejemos que el Señor nos indique el camino y aunque sea angosto a primera vista oremos para poder saber a que ritmo debemos andar, para poder escuchar paso a paso la voz de Cristo que nos habla al corazón: "Soy yo. La paz este contigo."
Uno de los ejemplos contemporáneos de cuanto hemos explicado es la Madre Teresa de Calcuta. De la obra realizada por ella no dudan ni los cristianos, ni los creyentes de otras religiones, ni los mismos ateos o laicistas. Actualmente conocemos que Teresa de Calcuta vivió momentos de gran sequedad y oscuridad. Ninguna explicación intelectual, ni sicológica puede justificar que una mujer sóla iniciara a contracorriente y sin posibilidad de volver atrás la atención a tantos moribundos, pobres, enfermos y desesperados. Si a los problemas que supone atender humanamente con pocos medios a los más desprotegidos sumamos la sequedad espiritual y la oscuridad, sería imposible la consolidación de las Misioneras de la Caridad si no es porque la obra estuvo cimentada fuertemente en la creencia que Cristo estaba resucitado, a su lado, enseñándole el camino para construir sobre roca una obra que da gloria a Dios porque sólo Él la ha podido realizar.
Aclamemos la resurección de Cristo con el salmo 118 (117):
"Dad gracias al Señor, porque él es bueno,
porque su amor es eterno.
Digan los israelitas:
“El amor del Señor es eterno.”
Digan los sacerdotes:
"El amor del Señor es eterno.”
Digan los que honran al Señor:
“El amor del Señor es eterno.”
En mi angustia llamé al Señor;
él me escuchó y me dio libertad.
El Señor está conmigo; no tengo miedo.
¿Qué me puede hacer el hombre?
El Señor está conmigo; él me ayuda.
¡He de ver derrotados a los que me odian!
Es mejor confiar en el Señor
que confiar en el hombre.
Es mejor confiar en el Señor
que confiar en grandes hombres.
Todas las naciones me rodearon,
pero en el nombre del Señor las derroté.
Me rodearon por todas partes,
pero en el nombre del Señor las derroté.
Me rodearon como avispas,
pero su furia se apagó como fuego de espinos;
¡en el nombre del Señor las derroté!
Me empujaron con violencia, para que cayera,
pero el Señor vino en mi ayuda.
Yo canto al Señor, que me da fuerzas.
¡Él es mi salvador!
En las casas de los hombres fieles
hay alegres cantos victoriosos:
“¡El poder del Señor alcanzó la victoria!
¡El poder del Señor es extraordinario!
¡El poder del Señor alcanzó la victoria!”
¡No moriré, sino que he de vivir
para contar lo que el Señor ha hecho!
El Señor me ha castigado con dureza,
pero no me ha dejado morir.
¡Abrid las puertas del templo,
que quiero entrar a dar gracias al Señor!
Esta es la puerta del Señor,
y por ella entrarán los que le son fieles".
Te doy gracias, Señor, porque me has respondido
y porque eres mi salvador.
La piedra que los constructores despreciaron
se ha convertido en la piedra principal.
Esto lo ha hecho el Señor,
y estamos maravillados.
Este es el día en que el Señor ha actuado:
¡estemos hoy contentos y felices!
Por favor, Señor, ¡sálvanos!
Por favor, Señor, ¡haz que nos vaya bien!
¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
Os bendecimos desde el templo del Señor.
El Señor es Dios; ¡él nos alumbra!
Comentad la fiesta y llevad ramas
hasta los cuernos del altar.
Te doy gracias y alabo tu grandeza,
porque tú eres mi Dios.
Dad gracias al Señor, porque él es bueno,
porque su amor es eterno.
Feliz Pascua de Resurrección!
Que la Luz de Cristo os llene de su Paz!
Alegraos con este vídeo
sábado, 11 de abril de 2009
Semana Santa en Jerusalén: Domingo de Resurrección Aparición a Magdalena
Designio Media, una iniciativa de laicos de diversas nacionalidades, ha lanzado el programa "¡Ábrete Cielo!", con el objetivo de brindar a los fieles un espacio de reflexión y de acompañamiento a Jesús "día a día, desde su entrada a Jerusalén en el domingo de Ramos hasta el domingo de Resurrección".
"Abrir el cielo en esta generación significa hacer presente la obra de Dios en la Historia. Dios no es un dato abstracto. Dios es aquél que se ha dado a conocer por sus obras y encarnado en su Hijo Jesucristo, nos revela a los hombres el contenido de la existencia", explica el sitio web de la productora.
La serie consta de ocho programas de media hora cada uno y permite a los cristianos "peregrinar y conocer los lugares que han sido testigos de la vida de Jesucristo". Entre los testimonios de cristianos que ofrece "¡Ábrete Cielo!" se destaca la vida de José, "un católico que vive con su familia en Belén y que a pesar de las dificultades permanece por amor a sus raíces de fe".
"¡Ábrete Cielo!" se transmitirá por televisión en los Estados Unidos y en diversos varios países de América Latina, como República Dominicana, Perú, Chile y Argentina. Por su interés podrán seguir diariamente en "Escuchar ka Voz del Señor" estos programas. Hoy ofrecemos el correspondiente al Domingo de Resurrección, en el cual se habla de la aparición a Magdalena.
Vídeo 1
Vídeo 2
Vídeo 3
Designio Media, una iniciativa de laicos de diversas nacionalidades, ha lanzado el programa "¡Ábrete Cielo!", con el objetivo de brindar a los fieles un espacio de reflexión y de acompañamiento a Jesús "día a día, desde su entrada a Jerusalén en el domingo de Ramos hasta el domingo de Resurrección".
"Abrir el cielo en esta generación significa hacer presente la obra de Dios en la Historia. Dios no es un dato abstracto. Dios es aquél que se ha dado a conocer por sus obras y encarnado en su Hijo Jesucristo, nos revela a los hombres el contenido de la existencia", explica el sitio web de la productora.
La serie consta de ocho programas de media hora cada uno y permite a los cristianos "peregrinar y conocer los lugares que han sido testigos de la vida de Jesucristo". Entre los testimonios de cristianos que ofrece "¡Ábrete Cielo!" se destaca la vida de José, "un católico que vive con su familia en Belén y que a pesar de las dificultades permanece por amor a sus raíces de fe".
"¡Ábrete Cielo!" se transmitirá por televisión en los Estados Unidos y en diversos varios países de América Latina, como República Dominicana, Perú, Chile y Argentina. Por su interés podrán seguir diariamente en "Escuchar ka Voz del Señor" estos programas. Hoy ofrecemos el correspondiente al Domingo de Resurrección, en el cual se habla de la aparición a Magdalena.
Vídeo 1
Vídeo 2
Vídeo 3
La Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud procesiona por las calles de Madrid el Viernes Santo
"En la cruz está la victoria", afirmó el Cardenal de Madrid en el primer acto en España con la cruz de los jóvenes
11 de abril de 2009.- Los jóvenes madrileños ya han podido contemplar la cruz de los jóvenes que fue entregada el pasado Domingo de Ramos de manos de los jóvenes australianos, de cara a preparar la próxima JMJ en Madrid en 2011. Dentro de los oficios del Viernes Santo el Cardenal de Madrid ha querido que la catedral de la Almudena sea el primer lugar en el que la cruz que entregó el siervo de Dios Juan Pablo II, tenga protagonismo para todos los jóvenes asistentes.
(Fidel Mateos / Religión Digital) A continuación la cruz ha recorrido las principales calles de Madrid, cargada por diferentes jóvenes hasta la iglesia de san José. Cientos de jóvenes se han dado cita tanto en la celebración del Viernes Santo como en el recorrido por las calles de la ciudad que, a pesar del frío y mal tiempo han acudido ya con la mirada puesta en el verano de 2011, pero viviendo intensamente la muerte de Jesús, con la cruz como protagonista.
Una cruz que ha sido central en las palabras del Cardenal Rouco Varela en la celebración, después de preguntar a todos que "¿quiénes somos nosotros en el drama de la Pasión?". Impulsando a todos a tratar de vencer el pecado y a que los demás también lo venzan. Recordando también palabras de Benedicto XVI en la audiencia del lunes los jóvenes, en las que ponía delante de los presentes que Jesús había muerto por cada uno de nosotros. "Él murió por mí?", se preguntaba el Cardenal de Madrid, y respondía: "ciertamente sí y, ¿qué hago yo?".
Finalizaba su homilía diciendo que sólo hay una cruz, y sólo un amor que es el que nos ha marcado esta cruz. Hoy, viernes Santo, es un día para el amor sin más, y si a nuestro alrededor quieren saber dónde está el amor de verdad, que lo miren a Él, que miren la cruz.
En un momento de parada, cerca de la Gran Vía madrileña, junto a la cruz de los jóvenes y acompañado de los obispos auxiliares de Madrid, Mons. Herráez y Mons. Martínez Camino y una representación de la Delegación Diocesana de Infancia y Juventud, alentó a todos los jóvenes diciendo que el día en que comience la Jornada Mundial de la Juventud de 2011 "vamos a llegar muy edificados y arraigados en Cristo, arropados por todos los madrileños".
Para todo esto seguirá ayudando la cruz que recorrerá a partir del verano las diócesis que lo soliciten así como algún país europeo cercano. Cerró la jornada recalcando que "en la cruz está la victoria, y los jóvenes van a saber llevarlo a todos los hernanos de Madrid, capital de España".
"En la cruz está la victoria", afirmó el Cardenal de Madrid en el primer acto en España con la cruz de los jóvenes
11 de abril de 2009.- Los jóvenes madrileños ya han podido contemplar la cruz de los jóvenes que fue entregada el pasado Domingo de Ramos de manos de los jóvenes australianos, de cara a preparar la próxima JMJ en Madrid en 2011. Dentro de los oficios del Viernes Santo el Cardenal de Madrid ha querido que la catedral de la Almudena sea el primer lugar en el que la cruz que entregó el siervo de Dios Juan Pablo II, tenga protagonismo para todos los jóvenes asistentes.
(Fidel Mateos / Religión Digital) A continuación la cruz ha recorrido las principales calles de Madrid, cargada por diferentes jóvenes hasta la iglesia de san José. Cientos de jóvenes se han dado cita tanto en la celebración del Viernes Santo como en el recorrido por las calles de la ciudad que, a pesar del frío y mal tiempo han acudido ya con la mirada puesta en el verano de 2011, pero viviendo intensamente la muerte de Jesús, con la cruz como protagonista.
Una cruz que ha sido central en las palabras del Cardenal Rouco Varela en la celebración, después de preguntar a todos que "¿quiénes somos nosotros en el drama de la Pasión?". Impulsando a todos a tratar de vencer el pecado y a que los demás también lo venzan. Recordando también palabras de Benedicto XVI en la audiencia del lunes los jóvenes, en las que ponía delante de los presentes que Jesús había muerto por cada uno de nosotros. "Él murió por mí?", se preguntaba el Cardenal de Madrid, y respondía: "ciertamente sí y, ¿qué hago yo?".
Finalizaba su homilía diciendo que sólo hay una cruz, y sólo un amor que es el que nos ha marcado esta cruz. Hoy, viernes Santo, es un día para el amor sin más, y si a nuestro alrededor quieren saber dónde está el amor de verdad, que lo miren a Él, que miren la cruz.
En un momento de parada, cerca de la Gran Vía madrileña, junto a la cruz de los jóvenes y acompañado de los obispos auxiliares de Madrid, Mons. Herráez y Mons. Martínez Camino y una representación de la Delegación Diocesana de Infancia y Juventud, alentó a todos los jóvenes diciendo que el día en que comience la Jornada Mundial de la Juventud de 2011 "vamos a llegar muy edificados y arraigados en Cristo, arropados por todos los madrileños".
Para todo esto seguirá ayudando la cruz que recorrerá a partir del verano las diócesis que lo soliciten así como algún país europeo cercano. Cerró la jornada recalcando que "en la cruz está la victoria, y los jóvenes van a saber llevarlo a todos los hernanos de Madrid, capital de España".
Vídeo del traslado de la Cruz de la JMJ por las calles de Madrid
La eutanasia ya es un "tratamiento normal" en los hospitales belgas según un estudio
El "suicidio asistido" sólo es legal en Holanda, Bélgica y Luxemburgo
11 de abril de 2009.-La eutanasia se aplica sin cumplir la ley, lo que ha facilitado su equiparación con un «tratamiento normal». Ésta es la conclusión de un estudio que analiza la aplicación de este procedimiento en Bélgica, siete años después de que este país se convirtiera en el segundo del mundo en legalizarla, tras Holanda.
El "suicidio asistido" sólo es legal en Holanda, Bélgica y Luxemburgo
11 de abril de 2009.-La eutanasia se aplica sin cumplir la ley, lo que ha facilitado su equiparación con un «tratamiento normal». Ésta es la conclusión de un estudio que analiza la aplicación de este procedimiento en Bélgica, siete años después de que este país se convirtiera en el segundo del mundo en legalizarla, tras Holanda.
(La Razón) De acuerdo con la investigación de la Universidad Católica de Lovaina, la eutanasia se ha normalizado y se ha convertido en exigencia de los pacientes. No obstante, el autor del trabajo, Herman Nys, recuerda que la ley no habla de «derecho a la eutanasia».
Según el texto legislativo, aprobado en 2002, la eutanasia se podrá practicar en aquellos pacientes con «sufrimientos físicos o psíquicos constantes e insoportables», siempre que sean mayores de edad y estén en condiciones de entender y decidir. Además, deberá solicitarse de forma escrita y el pedido debe ser «voluntario, reflexionado y reiterado». El médico deberá verificar la magnitud de la enfermedad y del sufrimiento que causa, y deberá informar al paciente «sobre las posibilidades que ofrecen los cuidados paliativos».
Sin embargo, según el estudio, estas condiciones no se cumplen habitualmente, al ser las enfermeras las que la aplican, al considerarse suficiente una petición oral y al ser los familiares los que solicitan la eutanasia. Por otra parte, el hecho de que sean las personas más cercanas las que realizan la petición ha llevado a que se vean solicitudes de eutanasia para niños pequeños, según critica Nys.
Menores de edad
El hecho de incluir menores dentro de los sujetos que podrían recibir una muerte provocada ha abierto un polémico debate en Bélgica. Así, mientras algunos expertos critican la mala aplicación del texto actual, grupos políticos como los socialistas y los liberales en el Senado defienden una revisión de la ley para incluir a los menores de edad, personas que sufran enfermedades cerebrales degenerativas y ancianos.
La aplicación de la norma a lo largo de estos siete años no ha estado exenta de casos controvertidos. El último se produjo al rechazar la solicitud de una nonagenaria, que no sufría una enfermedad incurable, y que se puso en huelga de hambre como protesta. «No tiene nada que ver con la eutanasia», opinó entonces el senador democristiano Wouter Beke, quien añadió que «se trata de decidir si nosotros, como legisladores, debemos ayudar a morir a una persona fatigada de vivir, permitiéndole realizar un suicidio médicamente asistido».
¿En qué países se ha legalizado la eutanasia?
La llamada eutanasia activa o suicidio asistido sólo es legal en Holanda, en Bélgica y, desde hace un mes, en Luxemburgo, donde para la aprobación de la ley permisiva se redujeron los poderes del Gran Duque, que se negaba a sancionar la ley por «motivos de conciencia». También se permite en el estado de Oregón, en EE UU.
Según el texto legislativo, aprobado en 2002, la eutanasia se podrá practicar en aquellos pacientes con «sufrimientos físicos o psíquicos constantes e insoportables», siempre que sean mayores de edad y estén en condiciones de entender y decidir. Además, deberá solicitarse de forma escrita y el pedido debe ser «voluntario, reflexionado y reiterado». El médico deberá verificar la magnitud de la enfermedad y del sufrimiento que causa, y deberá informar al paciente «sobre las posibilidades que ofrecen los cuidados paliativos».
Sin embargo, según el estudio, estas condiciones no se cumplen habitualmente, al ser las enfermeras las que la aplican, al considerarse suficiente una petición oral y al ser los familiares los que solicitan la eutanasia. Por otra parte, el hecho de que sean las personas más cercanas las que realizan la petición ha llevado a que se vean solicitudes de eutanasia para niños pequeños, según critica Nys.
Menores de edad
El hecho de incluir menores dentro de los sujetos que podrían recibir una muerte provocada ha abierto un polémico debate en Bélgica. Así, mientras algunos expertos critican la mala aplicación del texto actual, grupos políticos como los socialistas y los liberales en el Senado defienden una revisión de la ley para incluir a los menores de edad, personas que sufran enfermedades cerebrales degenerativas y ancianos.
La aplicación de la norma a lo largo de estos siete años no ha estado exenta de casos controvertidos. El último se produjo al rechazar la solicitud de una nonagenaria, que no sufría una enfermedad incurable, y que se puso en huelga de hambre como protesta. «No tiene nada que ver con la eutanasia», opinó entonces el senador democristiano Wouter Beke, quien añadió que «se trata de decidir si nosotros, como legisladores, debemos ayudar a morir a una persona fatigada de vivir, permitiéndole realizar un suicidio médicamente asistido».
¿En qué países se ha legalizado la eutanasia?
La llamada eutanasia activa o suicidio asistido sólo es legal en Holanda, en Bélgica y, desde hace un mes, en Luxemburgo, donde para la aprobación de la ley permisiva se redujeron los poderes del Gran Duque, que se negaba a sancionar la ley por «motivos de conciencia». También se permite en el estado de Oregón, en EE UU.
viernes, 10 de abril de 2009
Viernes Santo: Si Dios existe, el no creyente lo ha perdido todo / Autor: Raniero Cantalamessa, ofmcap.
"Dios es capaz de hacer de sus detractores más encarnecidos, sus apóstoles más apasionados"
El predicador de la Casa Pontificia ha mostrado en el Vaticano cómo el creyente al tener a Dios lo tiene todo, sobre todo la felicidad
10 de abril de 2009.- Para muchos no creyentes, la fe en Dios es un obstáculo para la felicidad. En el Viernes Santo, día en el que la Iglesia revive la muerte de Cristo, el predicador de la Casa Pontificia ha mostrado en el Vaticano cómo el creyente al tener a Dios lo tiene todo, sobre todo la felicidad. El padre Raniero Cantalamessa, ofmcap., en la homilía que ofreció en la celebración de la Pasión del Señor, presidida por Benedicto XVI, en la Basílica de San Pedro, respondió al eslogan que circula en autobuses de algunas ciudades de Europa: "Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida". "Se sobreentiende el mensaje de que la fe en Dios impide disfrutar de la vida; es enemiga de la alegría. ¡Sin ella habría más felicidad en el mundo!", constató el predicador.
Y respondió a la provocación planteando la pregunta que tarde o temprano se hace toda persona, creyente o no creyente: ¿cuál es el origen y el sentido del sufrimiento? El predicador del Papa contestó como lo hace el apóstol san Pablo: El pecado es "la causa principal de la infelicidad de los hombres, o sea, el rechazo de Dios, ¡no Dios!". El pecado, aclaró, "encierra a la criatura humana en la 'mentira' y en la 'injusticia', condena al mismo cosmos material a la 'vanidad' y a la 'corrupción' y también es la causa última de los males sociales que afligen a la humanidad".
En la Cruz, explicó el padre Cantalamessa citando a san Pablo, "Cristo ha abatido el muro de separación, ha reconciliado a los hombres con Dios y entre sí, destruyendo la enemistad". "De aquí la primitiva tradición desarrollará el tema de la cruz árbol cósmico cuyo brazo vertical une el cielo y la tierra, y cuyo brazo horizontal reconcilia entre sí a los diversos pueblos del mundo".
Se trata, aclaró el sacerdote capuchino, de un "evento cósmico y al mismo tiempo personalísimo: 'Me amó y se entregó a sí mismo por mí'" (Gálatas 2,20). En este sentido, cada hombre, añadió el predicador, es "aquel por quien murió Cristo" (Rm 14,15).
"Con su muerte, Cristo no sólo ha denunciado y ha vencido el pecado; ha dado también un sentido nuevo al sufrimiento, incluso aquél que no depende del pecado de nadie, como es el caso del que se ha desencadenado, esta semana, en la cercana región de los Abruzos a causa del devastador terremoto", añadió el padre Cantalamessa. Jesús, insistió, ha hecho del sufrimiento "un instrumento de salvación, un camino a la resurrección y a la vida. Su sacrificio ejerce sus efectos no a través de la muerte, sino gracias a la superación de la muerte, esto es, a la resurrección". "Cristo no ha venido para aumentar el sufrimiento humano o para predicar la resignación a éste; ha venido para darle un sentido y anunciar su final y su superación", aseguró.
El padre Cantalamessa constató que leen ese eslogan en los autobuses de Londres y de otras ciudades también los padres con un hijo enfermo, las personas solas o que se han quedado sin trabajo, los exiliados que huyen de los horrores de la guerra, quienes han sufrido graves injusticias en la vida... "Intento imaginar su reacción al leer las palabras: "'Probablemente Dios no existe: ¡disfruta de la vida!'. ¿Con qué?", se preguntó. Pero, siguió reconociendo, "no es la única incongruencia de esa idea publicitaria". "'Dios probablemente no existe': así que incluso podría existir; no se puede excluir del todo que exista. Sino, querido hermano no creyente, si Dios no existe, yo no pierdo nada; si en cambio existe, ¡tú has perdido todo!", dijo.
"Deberíamos casi dar las gracias al promotor de esa campaña publicitaria; ha servido a la causa de Dios más que muchos de nuestros argumentos apologéticos. Ha mostrado la pobreza de sus razones y ha contribuido a sacudir muchas conciencias adormecidas", aseguró ante el Papa y los miles de fieles que llenaban la basílica.
El padre Cantalamessa concluyó citando una oración de la celebración de la Cruz que dice que los hombres sólo pueden encontrar la paz si encuentran a Dios, pues en el corazón tienen una profunda nostalgia de Él. Implorando al Señor, dijo: "haz que, más allá de todo obstáculo, todos reconozcan los signos de tu bondad y, animados por el testimonio de nuestra vida, tengan el gozo de creer en ti, único verdadero Dios y Padre de todos los hombres".
Esta es la predicación integra del padre Cantalamessa:
----------------------------------
El predicador de la Casa Pontificia ha mostrado en el Vaticano cómo el creyente al tener a Dios lo tiene todo, sobre todo la felicidad
10 de abril de 2009.- Para muchos no creyentes, la fe en Dios es un obstáculo para la felicidad. En el Viernes Santo, día en el que la Iglesia revive la muerte de Cristo, el predicador de la Casa Pontificia ha mostrado en el Vaticano cómo el creyente al tener a Dios lo tiene todo, sobre todo la felicidad. El padre Raniero Cantalamessa, ofmcap., en la homilía que ofreció en la celebración de la Pasión del Señor, presidida por Benedicto XVI, en la Basílica de San Pedro, respondió al eslogan que circula en autobuses de algunas ciudades de Europa: "Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida". "Se sobreentiende el mensaje de que la fe en Dios impide disfrutar de la vida; es enemiga de la alegría. ¡Sin ella habría más felicidad en el mundo!", constató el predicador.
Y respondió a la provocación planteando la pregunta que tarde o temprano se hace toda persona, creyente o no creyente: ¿cuál es el origen y el sentido del sufrimiento? El predicador del Papa contestó como lo hace el apóstol san Pablo: El pecado es "la causa principal de la infelicidad de los hombres, o sea, el rechazo de Dios, ¡no Dios!". El pecado, aclaró, "encierra a la criatura humana en la 'mentira' y en la 'injusticia', condena al mismo cosmos material a la 'vanidad' y a la 'corrupción' y también es la causa última de los males sociales que afligen a la humanidad".
En la Cruz, explicó el padre Cantalamessa citando a san Pablo, "Cristo ha abatido el muro de separación, ha reconciliado a los hombres con Dios y entre sí, destruyendo la enemistad". "De aquí la primitiva tradición desarrollará el tema de la cruz árbol cósmico cuyo brazo vertical une el cielo y la tierra, y cuyo brazo horizontal reconcilia entre sí a los diversos pueblos del mundo".
Se trata, aclaró el sacerdote capuchino, de un "evento cósmico y al mismo tiempo personalísimo: 'Me amó y se entregó a sí mismo por mí'" (Gálatas 2,20). En este sentido, cada hombre, añadió el predicador, es "aquel por quien murió Cristo" (Rm 14,15).
"Con su muerte, Cristo no sólo ha denunciado y ha vencido el pecado; ha dado también un sentido nuevo al sufrimiento, incluso aquél que no depende del pecado de nadie, como es el caso del que se ha desencadenado, esta semana, en la cercana región de los Abruzos a causa del devastador terremoto", añadió el padre Cantalamessa. Jesús, insistió, ha hecho del sufrimiento "un instrumento de salvación, un camino a la resurrección y a la vida. Su sacrificio ejerce sus efectos no a través de la muerte, sino gracias a la superación de la muerte, esto es, a la resurrección". "Cristo no ha venido para aumentar el sufrimiento humano o para predicar la resignación a éste; ha venido para darle un sentido y anunciar su final y su superación", aseguró.
El padre Cantalamessa constató que leen ese eslogan en los autobuses de Londres y de otras ciudades también los padres con un hijo enfermo, las personas solas o que se han quedado sin trabajo, los exiliados que huyen de los horrores de la guerra, quienes han sufrido graves injusticias en la vida... "Intento imaginar su reacción al leer las palabras: "'Probablemente Dios no existe: ¡disfruta de la vida!'. ¿Con qué?", se preguntó. Pero, siguió reconociendo, "no es la única incongruencia de esa idea publicitaria". "'Dios probablemente no existe': así que incluso podría existir; no se puede excluir del todo que exista. Sino, querido hermano no creyente, si Dios no existe, yo no pierdo nada; si en cambio existe, ¡tú has perdido todo!", dijo.
"Deberíamos casi dar las gracias al promotor de esa campaña publicitaria; ha servido a la causa de Dios más que muchos de nuestros argumentos apologéticos. Ha mostrado la pobreza de sus razones y ha contribuido a sacudir muchas conciencias adormecidas", aseguró ante el Papa y los miles de fieles que llenaban la basílica.
El padre Cantalamessa concluyó citando una oración de la celebración de la Cruz que dice que los hombres sólo pueden encontrar la paz si encuentran a Dios, pues en el corazón tienen una profunda nostalgia de Él. Implorando al Señor, dijo: "haz que, más allá de todo obstáculo, todos reconozcan los signos de tu bondad y, animados por el testimonio de nuestra vida, tengan el gozo de creer en ti, único verdadero Dios y Padre de todos los hombres".
Esta es la predicación integra del padre Cantalamessa:
----------------------------------
"HASTA LA MUERTE, Y MUERTE DE CRUZ"
Predicación del Viernes Santo 2009 en la Basílica de San Pedro
"Christus factus est pro nobis oboediens usque ad mortem, mortem autem crucis": "Por nosotros Cristo fue obediente hasta la muerte. Y muerte de cruz". En el bimilenario del nacimiento del apóstol Pablo, volvemos a escuchar algunas de sus ardientes palabras sobre el misterio de la muerte de Cristo que estamos celebrando. Ninguno puede ayudarnos mejor que él para comprender su significado y su alcance.
A los Corintios, escribe a modo de manifiesto: "Así, mientras los judíos piden señales y los griegos buscan sabiduría, nosotros predicamos a un Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; mas para los que son llamados, sean judíos o griegos, predicamos un Cristo, fuerza de Dios y sabiduría de Dios" (1 Co 1,22-24). La muerte de Cristo tiene un alcance universal: "Si uno murió por todos, todos por tanto murieron" (2 Co 5,14). Su muerte ha dado un sentido nuevo a la muerte de cada hombre y de cada mujer.
A los ojos de Pablo la cruz asume una dimensión cósmica. Por ella Cristo ha abatido el muro de separación, ha reconciliado a los hombres con Dios y entre sí, destruyendo la enemistad (Cf. Ef. 2,14-16). De aquí la primitiva tradición desarrollará el tema de la cruz árbol cósmico cuyo brazo vertical une el cielo y la tierra, y cuyo brazo horizontal reconcilia entre sí a los diversos pueblos del mundo. Evento cósmico y al mismo tiempo personalísimo: "Me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Ga 2,20). Cada hombre, escribe el Apóstol, es "aquel por quien murió Cristo" (Rm 14,15).
De todo ello nace el sentimiento de la cruz ya no como castigo, reproche o causa de aflicción, sino como gloria y honor del cristiano, esto es, como una jubilosa seguridad, acompañada de conmovida gratitud, en la que el hombre se eleva en la fe: "En cuanto a mí, ¡Dios me libre gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo!"(Ga 6,14).
Pablo ha plantado la cruz en el centro de la Iglesia como el palo mayor en el centro de la nave; ha hecho de ella el fundamento y el baricentro de todo. Ha fijado para siempre el marco del anuncio cristiano. Los evangelios, escritos después de él, seguirán su esquema, haciendo del relato de la pasión y muerte de Cristo el eje hacia el que se orienta todo.
Es sorprendente la empresa que llevó a término el Apóstol. Para nosotros actualmente es relativamente fácil ver las cosas bajo esta luz, después de que la cruz de Cristo, como decía Agustín, haya colmado la tierra y brille ahora sobre la corona de los reyes [1]. Cuando Pablo escribía, aquella todavía era sinónimo de la mayor ignominia, algo que ni siquiera se debía nombrar entre personas educadas.
* * *
El objetivo del año paulino no es tanto el de conocer mejor el pensamiento del Apóstol (esto lo hacen los estudiosos desde siempre, sin contar con que la investigación científica requiere tiempos más largos que un año); es más bien, como ha recordado en varias ocasiones el Santo Padre, el de aprender de Pablo cómo responder a los desafíos actuales de la fe.
Uno de estos desafíos, tal vez el más abierto que se haya conocido hasta la fecha, se ha traducido en un eslogan publicitario en los medios de transporte público de Londres y de otras ciudades europeas: "Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida": There's probably no God. Now stop worrying and enjoy your life.
El mayor efecto de este eslogan no está en la premisa "Dios no existe", sino en la conclusión: "¡Disfruta de la vida!". Se sobreentiende el mensaje de que la fe en Dios impide disfrutar de la vida; es enemiga de la alegría. ¡Sin ella habría más felicidad en el mundo! Pablo nos ayuda a dar una respuesta a este desafío, explicando el origen y el sentido de todo sufrimiento, a partir del de Cristo.
¿Por qué "era necesario que el Cristo padeciera y entrara así en su gloria"? (Lc 24,26). A esta pregunta se da a veces una respuesta "débil" y, en cierto sentido, tranquilizadora. Cristo, revelando la verdad de Dios, provoca necesariamente la oposición de las fuerzas del mal y de las tinieblas y éstas, como había ocurrido en los profetas, llevarán a su rechazo y a su eliminación. "Era necesario que el Cristo padeciera" se entiende, por lo tanto, en el sentido de que "era inevitable que el Cristo padeciera".
Pablo brinda una respuesta "fuerte" a ese interrogante. La necesidad no es de orden natural, sino sobrenatural. En los países de antigua fe cristiana, se asocia casi siempre la idea de sufrimiento y de cruz a la de sacrificio y de expiación: el sufrimiento -se piensa- es necesario para expiar el pecado y aplacar la justicia de Dios. Es esto lo que ha provocado, en la época moderna, el rechazo de toda idea de sacrificio ofrecido por Dios y, finalmente, la idea misma de Dios.
No se puede negar que a veces los cristianos nos hemos expuesto a esta acusación. Pero se trata de un equívoco que un conocimiento mejor del pensamiento de san Pablo ya ha aclarado definitivamente. Él escribe que Dios prefijó a Cristo "para que sirviera como instrumento de expiación" (Rm 3,25); pero tal expiación no actúa sobre Dios para aplacarle, sino sobre el pecado para eliminarlo. "Se puede decir que es Dios mismo, no el hombre, quien expía el pecado... La imagen es más la de la remoción de una mancha corrosiva o la neutralización de un virus letal que la de una ira aplacada por el castigo" [2].
Cristo ha dado un contenido radicalmente nuevo a la idea de sacrificio. En él "ya no es el hombre el que ejerce una influencia sobre Dios para que se aplaque. Más bien es Dios quien actúa para que el hombre desista de la propia enemistad contra él y hacia el prójimo. La salvación no empieza con la petición de reconciliación por parte del hombre, sino con la petición de Dios: ‘Dejaos reconciliar con Él'(1 Co 2,6 ss)" [3].
El hecho es que Pablo se toma en serio el pecado, no lo banaliza. El pecado es, para él, la causa principal de la infelicidad de los hombres, o sea, el rechazo de Dios, ¡no Dios! [El pecado] encierra a la criatura humana en la "mentira" y en la "injusticia" (Rm 1,18ss.; 3,23), condena al mismo cosmos material a la "vanidad" y a la "corrupción" (Rm 8,19ss.) y también es la causa última de los males sociales que afligen a la humanidad.
Se analiza sin parar la crisis económica que atraviesa el mundo y sus causas, pero ¿quién se atreve a meter el hacha en la raíz y a hablar de pecado? El Apóstol define la avaricia insaciable como una "idolatría" (Col 3,5) e indica en la desenfrenada codicia de dinero "la raíz de todos los males" (1 Tm 6,10). ¿Podemos decir que se equivoca? ¿Por qué tantas familias reducidas a la miseria, masas de obreros sin trabajo, más que por la sed insaciable de provecho por parte de algunos? La élite financiera y económica mundial se había convertido en la locomotora enloquecida que avanzaba desenfrenadamente, sin preocuparse del resto del tren, que se había detenido distante en las vías. Íbamos todos "a contramano".
* * *
Con su muerte, Cristo no sólo ha denunciado y ha vencido el pecado; ha dado también un sentido nuevo al sufrimiento, incluso aquél que no depende del pecado de nadie, como es el caso del que se ha desencadenado, esta semana, en la cercana región del Abruzo a causa del devastador terremoto.
Ha hecho [del sufrimiento] un instrumento de salvación, un camino a la resurrección y a la vida. Su sacrificio ejerce sus efectos no a través de la muerte, sino gracias a la superación de la muerte, esto es, a la resurrección. "Murió por nuestros pecados y resucitó para nuestra justificación" (Rm 4,25): los dos acontecimientos son inseparables en el pensamiento de Pablo y de la Iglesia.
Es una experiencia humana universal: en esta vida placer y dolor se suceden con la misma regularidad con la que, al elevarse una ola del mar, le sigue un hundimiento y un vacío que absorbe al náufrago hacia atrás. "Un no sé qué de amargo -escribió el poeta Lucrecio- surge de la intimidad misma de todo placer y nos angustia en medio de las delicias" [4]. El consumo de drogas, el abuso del sexo, la violencia homicida, suscitan en el momento la ebriedad del placer, pero conducen a la disolución moral y frecuentemente también física de la persona.
Cristo, con su pasión y muerte, ha dado un vuelco a la relación entre placer y dolor. Él "en lugar del gozo que se le proponía, soportó la cruz" (Hb 12,2). No se trata ya de un placer que termina en sufrimiento, sino de un sufrimiento que lleva a la vida y al gozo. No se trata sólo de una sucesión distinta de las dos cosas; es la alegría, en este modo, la que tiene la última palabra, no el sufrimiento; y una alegría que durará eternamente. "Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más, y la muerte ya no tiene dominio sobre él" (Rm 6,9). Ni lo tendrá sobre nosotros.
Esta nueva relación entre sufrimiento y placer se refleja en el modo de marcar el tiempo en la Biblia. En el cálculo humano el día empieza con la mañana y concluye con la noche; para la Biblia, comienza con la noche y termina con el día: "Y atardeció y amaneció: día primero", dice el relato de la creación (Gn 1,5). No carece de significado que Jesús muriera por la tarde y resucitara por la mañana. Sin Dios, la vida es un día que termina en la noche; con Dios, es una noche que termina en el día, y un día sin ocaso.
Así que Cristo no ha venido para aumentar el sufrimiento humano o para predicar la resignación a éste; ha venido para darle un sentido y anunciar su final y su superación. Leen ese eslogan en los autobuses de Londres y de otras ciudades también los padres con un hijo enfermo, las personas solas o que se han quedado sin trabajo, los exiliados que huyen de los horrores de la guerra, quienes han sufrido graves injusticias en la vida... Intento imaginar su reacción al leer las palabras: "Probablemente Dios no existe: ¡disfruta de la vida!". ¿Con qué?
El sufrimiento ciertamente sigue siendo un misterio para todos, especialmente el sufrimiento de los inocentes; pero sin fe en Dios, se convierte en algo inmensamente más absurdo. Se le priva hasta de la última esperanza de rescate. El ateísmo es un lujo que se pueden permitir sólo los privilegiados de la vida, los que han tenido todo, incluida la posibilidad de dedicarse a los estudios y a la investigación.
* * *
No es la única incongruencia de esa idea publicitaria. "Dios probablemente no existe": así que incluso podría existir; no se puede excluir del todo que exista. Sino, querido hermano no creyente, si Dios no existe, yo no pierdo nada; si en cambio existe, ¡tú has perdido todo! Deberíamos casi dar las gracias al promotor de esa campaña publicitaria; ha servido a la causa de Dios más que muchos de nuestros argumentos apologéticos. Ha mostrado la pobreza de sus razones y ha contribuido a sacudir muchas conciencias adormecidas.
Dios, sin embargo, tiene una medida de juicio diferente a la nuestra y si ve la buena fe, o una ignorancia inculpable, salva también a quien durante la vida se ha esforzado en combatirle. Los creyentes debemos prepararnos a sorpresas al respecto. "¡Cuántas ovejas están fuera del redil -exclama Agustín- y cuantos lobos dentro!": "Quam multae oves foris, quam multi lupi intus!" [5].
Dios es capaz de hacer de sus detractores más encarnecidos, sus apóstoles más apasionados. Pablo es la demostración de ello. ¿Qué había hecho Saulo de Tarso para merecer aquel encuentro extraordinario con Cristo? ¿Qué había creído, esperado, sufrido? A él se aplica lo que decía Agustín de toda elección divina: "Busca el mérito, busca la justicia, reflexiona y mira si encuentras otra cosa que la gracia" [6]. Es así como él explica su propia llamada: "Soy indigno del nombre de apóstol, por haber perseguido a la Iglesia de Dios. Mas, por la gracia de Dios, soy lo que soy" (1 Co 15,9-10).
La cruz de Cristo es motivo de esperanza para todos y el año paulino una ocasión de gracia también para quien no cree y está en búsqueda. Una cosa habla a su favor ante Dios: ¡el sufrimiento! Como el resto de la humanidad, también los ateos sufren en la vida, y el sufrimiento, desde que el Hijo de Dios lo cargó sobre sí, tiene un poder redentor casi sacramental. Es un canal, escribía Juan Pablo II en la "Salvifici doloris", a través del cual las energías salvíficas de la cruz de Cristo se ofrecen a la humanidad [7].
A la invitación a orar "por los que no creen en Dios" le seguirá, en unos instantes, una conmovedora oración en latín. Traducida, dice así: "Dios omnipotente y eterno, que has puesto en el corazón de los hombres una nostalgia tan profunda de ti que sólo cuando te encuentran hallan la paz: haz que, más allá de todo obstáculo, todos reconozcan los signos de tu bondad y, animados por el testimonio de nuestra vida, tengan el gozo de creer en ti, único verdadero Dios y Padre de todos los hombres. Por Cristo Nuestro Señor".
-------------------------------------------------
[1] San Agustín, Enarr. in Psalmos, 54, 12 (PL 36, 637).
[2] J. Dunn, La teologia dell'apostolo Paolo, Paideia, Brescia 1999, p. 227.
[3] G. Theissen - A. Merz, Il Gesù storico. Un manuale, Queriniana, Brescia 20032, p. 573.
[4] Lucrecio, De rerum natura, IV, 1129 s.
[5] San Agustín, In Ioh. Evang. 45,12.
[6] San Agustín, La predestinazione dei santi 15, 30 (PL 44, 981).
[7] Cf. Encíclica "Salvifici doloris", 23.
Predicación del Viernes Santo 2009 en la Basílica de San Pedro
"Christus factus est pro nobis oboediens usque ad mortem, mortem autem crucis": "Por nosotros Cristo fue obediente hasta la muerte. Y muerte de cruz". En el bimilenario del nacimiento del apóstol Pablo, volvemos a escuchar algunas de sus ardientes palabras sobre el misterio de la muerte de Cristo que estamos celebrando. Ninguno puede ayudarnos mejor que él para comprender su significado y su alcance.
A los Corintios, escribe a modo de manifiesto: "Así, mientras los judíos piden señales y los griegos buscan sabiduría, nosotros predicamos a un Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; mas para los que son llamados, sean judíos o griegos, predicamos un Cristo, fuerza de Dios y sabiduría de Dios" (1 Co 1,22-24). La muerte de Cristo tiene un alcance universal: "Si uno murió por todos, todos por tanto murieron" (2 Co 5,14). Su muerte ha dado un sentido nuevo a la muerte de cada hombre y de cada mujer.
A los ojos de Pablo la cruz asume una dimensión cósmica. Por ella Cristo ha abatido el muro de separación, ha reconciliado a los hombres con Dios y entre sí, destruyendo la enemistad (Cf. Ef. 2,14-16). De aquí la primitiva tradición desarrollará el tema de la cruz árbol cósmico cuyo brazo vertical une el cielo y la tierra, y cuyo brazo horizontal reconcilia entre sí a los diversos pueblos del mundo. Evento cósmico y al mismo tiempo personalísimo: "Me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Ga 2,20). Cada hombre, escribe el Apóstol, es "aquel por quien murió Cristo" (Rm 14,15).
De todo ello nace el sentimiento de la cruz ya no como castigo, reproche o causa de aflicción, sino como gloria y honor del cristiano, esto es, como una jubilosa seguridad, acompañada de conmovida gratitud, en la que el hombre se eleva en la fe: "En cuanto a mí, ¡Dios me libre gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo!"(Ga 6,14).
Pablo ha plantado la cruz en el centro de la Iglesia como el palo mayor en el centro de la nave; ha hecho de ella el fundamento y el baricentro de todo. Ha fijado para siempre el marco del anuncio cristiano. Los evangelios, escritos después de él, seguirán su esquema, haciendo del relato de la pasión y muerte de Cristo el eje hacia el que se orienta todo.
Es sorprendente la empresa que llevó a término el Apóstol. Para nosotros actualmente es relativamente fácil ver las cosas bajo esta luz, después de que la cruz de Cristo, como decía Agustín, haya colmado la tierra y brille ahora sobre la corona de los reyes [1]. Cuando Pablo escribía, aquella todavía era sinónimo de la mayor ignominia, algo que ni siquiera se debía nombrar entre personas educadas.
* * *
El objetivo del año paulino no es tanto el de conocer mejor el pensamiento del Apóstol (esto lo hacen los estudiosos desde siempre, sin contar con que la investigación científica requiere tiempos más largos que un año); es más bien, como ha recordado en varias ocasiones el Santo Padre, el de aprender de Pablo cómo responder a los desafíos actuales de la fe.
Uno de estos desafíos, tal vez el más abierto que se haya conocido hasta la fecha, se ha traducido en un eslogan publicitario en los medios de transporte público de Londres y de otras ciudades europeas: "Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida": There's probably no God. Now stop worrying and enjoy your life.
El mayor efecto de este eslogan no está en la premisa "Dios no existe", sino en la conclusión: "¡Disfruta de la vida!". Se sobreentiende el mensaje de que la fe en Dios impide disfrutar de la vida; es enemiga de la alegría. ¡Sin ella habría más felicidad en el mundo! Pablo nos ayuda a dar una respuesta a este desafío, explicando el origen y el sentido de todo sufrimiento, a partir del de Cristo.
¿Por qué "era necesario que el Cristo padeciera y entrara así en su gloria"? (Lc 24,26). A esta pregunta se da a veces una respuesta "débil" y, en cierto sentido, tranquilizadora. Cristo, revelando la verdad de Dios, provoca necesariamente la oposición de las fuerzas del mal y de las tinieblas y éstas, como había ocurrido en los profetas, llevarán a su rechazo y a su eliminación. "Era necesario que el Cristo padeciera" se entiende, por lo tanto, en el sentido de que "era inevitable que el Cristo padeciera".
Pablo brinda una respuesta "fuerte" a ese interrogante. La necesidad no es de orden natural, sino sobrenatural. En los países de antigua fe cristiana, se asocia casi siempre la idea de sufrimiento y de cruz a la de sacrificio y de expiación: el sufrimiento -se piensa- es necesario para expiar el pecado y aplacar la justicia de Dios. Es esto lo que ha provocado, en la época moderna, el rechazo de toda idea de sacrificio ofrecido por Dios y, finalmente, la idea misma de Dios.
No se puede negar que a veces los cristianos nos hemos expuesto a esta acusación. Pero se trata de un equívoco que un conocimiento mejor del pensamiento de san Pablo ya ha aclarado definitivamente. Él escribe que Dios prefijó a Cristo "para que sirviera como instrumento de expiación" (Rm 3,25); pero tal expiación no actúa sobre Dios para aplacarle, sino sobre el pecado para eliminarlo. "Se puede decir que es Dios mismo, no el hombre, quien expía el pecado... La imagen es más la de la remoción de una mancha corrosiva o la neutralización de un virus letal que la de una ira aplacada por el castigo" [2].
Cristo ha dado un contenido radicalmente nuevo a la idea de sacrificio. En él "ya no es el hombre el que ejerce una influencia sobre Dios para que se aplaque. Más bien es Dios quien actúa para que el hombre desista de la propia enemistad contra él y hacia el prójimo. La salvación no empieza con la petición de reconciliación por parte del hombre, sino con la petición de Dios: ‘Dejaos reconciliar con Él'(1 Co 2,6 ss)" [3].
El hecho es que Pablo se toma en serio el pecado, no lo banaliza. El pecado es, para él, la causa principal de la infelicidad de los hombres, o sea, el rechazo de Dios, ¡no Dios! [El pecado] encierra a la criatura humana en la "mentira" y en la "injusticia" (Rm 1,18ss.; 3,23), condena al mismo cosmos material a la "vanidad" y a la "corrupción" (Rm 8,19ss.) y también es la causa última de los males sociales que afligen a la humanidad.
Se analiza sin parar la crisis económica que atraviesa el mundo y sus causas, pero ¿quién se atreve a meter el hacha en la raíz y a hablar de pecado? El Apóstol define la avaricia insaciable como una "idolatría" (Col 3,5) e indica en la desenfrenada codicia de dinero "la raíz de todos los males" (1 Tm 6,10). ¿Podemos decir que se equivoca? ¿Por qué tantas familias reducidas a la miseria, masas de obreros sin trabajo, más que por la sed insaciable de provecho por parte de algunos? La élite financiera y económica mundial se había convertido en la locomotora enloquecida que avanzaba desenfrenadamente, sin preocuparse del resto del tren, que se había detenido distante en las vías. Íbamos todos "a contramano".
* * *
Con su muerte, Cristo no sólo ha denunciado y ha vencido el pecado; ha dado también un sentido nuevo al sufrimiento, incluso aquél que no depende del pecado de nadie, como es el caso del que se ha desencadenado, esta semana, en la cercana región del Abruzo a causa del devastador terremoto.
Ha hecho [del sufrimiento] un instrumento de salvación, un camino a la resurrección y a la vida. Su sacrificio ejerce sus efectos no a través de la muerte, sino gracias a la superación de la muerte, esto es, a la resurrección. "Murió por nuestros pecados y resucitó para nuestra justificación" (Rm 4,25): los dos acontecimientos son inseparables en el pensamiento de Pablo y de la Iglesia.
Es una experiencia humana universal: en esta vida placer y dolor se suceden con la misma regularidad con la que, al elevarse una ola del mar, le sigue un hundimiento y un vacío que absorbe al náufrago hacia atrás. "Un no sé qué de amargo -escribió el poeta Lucrecio- surge de la intimidad misma de todo placer y nos angustia en medio de las delicias" [4]. El consumo de drogas, el abuso del sexo, la violencia homicida, suscitan en el momento la ebriedad del placer, pero conducen a la disolución moral y frecuentemente también física de la persona.
Cristo, con su pasión y muerte, ha dado un vuelco a la relación entre placer y dolor. Él "en lugar del gozo que se le proponía, soportó la cruz" (Hb 12,2). No se trata ya de un placer que termina en sufrimiento, sino de un sufrimiento que lleva a la vida y al gozo. No se trata sólo de una sucesión distinta de las dos cosas; es la alegría, en este modo, la que tiene la última palabra, no el sufrimiento; y una alegría que durará eternamente. "Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más, y la muerte ya no tiene dominio sobre él" (Rm 6,9). Ni lo tendrá sobre nosotros.
Esta nueva relación entre sufrimiento y placer se refleja en el modo de marcar el tiempo en la Biblia. En el cálculo humano el día empieza con la mañana y concluye con la noche; para la Biblia, comienza con la noche y termina con el día: "Y atardeció y amaneció: día primero", dice el relato de la creación (Gn 1,5). No carece de significado que Jesús muriera por la tarde y resucitara por la mañana. Sin Dios, la vida es un día que termina en la noche; con Dios, es una noche que termina en el día, y un día sin ocaso.
Así que Cristo no ha venido para aumentar el sufrimiento humano o para predicar la resignación a éste; ha venido para darle un sentido y anunciar su final y su superación. Leen ese eslogan en los autobuses de Londres y de otras ciudades también los padres con un hijo enfermo, las personas solas o que se han quedado sin trabajo, los exiliados que huyen de los horrores de la guerra, quienes han sufrido graves injusticias en la vida... Intento imaginar su reacción al leer las palabras: "Probablemente Dios no existe: ¡disfruta de la vida!". ¿Con qué?
El sufrimiento ciertamente sigue siendo un misterio para todos, especialmente el sufrimiento de los inocentes; pero sin fe en Dios, se convierte en algo inmensamente más absurdo. Se le priva hasta de la última esperanza de rescate. El ateísmo es un lujo que se pueden permitir sólo los privilegiados de la vida, los que han tenido todo, incluida la posibilidad de dedicarse a los estudios y a la investigación.
* * *
No es la única incongruencia de esa idea publicitaria. "Dios probablemente no existe": así que incluso podría existir; no se puede excluir del todo que exista. Sino, querido hermano no creyente, si Dios no existe, yo no pierdo nada; si en cambio existe, ¡tú has perdido todo! Deberíamos casi dar las gracias al promotor de esa campaña publicitaria; ha servido a la causa de Dios más que muchos de nuestros argumentos apologéticos. Ha mostrado la pobreza de sus razones y ha contribuido a sacudir muchas conciencias adormecidas.
Dios, sin embargo, tiene una medida de juicio diferente a la nuestra y si ve la buena fe, o una ignorancia inculpable, salva también a quien durante la vida se ha esforzado en combatirle. Los creyentes debemos prepararnos a sorpresas al respecto. "¡Cuántas ovejas están fuera del redil -exclama Agustín- y cuantos lobos dentro!": "Quam multae oves foris, quam multi lupi intus!" [5].
Dios es capaz de hacer de sus detractores más encarnecidos, sus apóstoles más apasionados. Pablo es la demostración de ello. ¿Qué había hecho Saulo de Tarso para merecer aquel encuentro extraordinario con Cristo? ¿Qué había creído, esperado, sufrido? A él se aplica lo que decía Agustín de toda elección divina: "Busca el mérito, busca la justicia, reflexiona y mira si encuentras otra cosa que la gracia" [6]. Es así como él explica su propia llamada: "Soy indigno del nombre de apóstol, por haber perseguido a la Iglesia de Dios. Mas, por la gracia de Dios, soy lo que soy" (1 Co 15,9-10).
La cruz de Cristo es motivo de esperanza para todos y el año paulino una ocasión de gracia también para quien no cree y está en búsqueda. Una cosa habla a su favor ante Dios: ¡el sufrimiento! Como el resto de la humanidad, también los ateos sufren en la vida, y el sufrimiento, desde que el Hijo de Dios lo cargó sobre sí, tiene un poder redentor casi sacramental. Es un canal, escribía Juan Pablo II en la "Salvifici doloris", a través del cual las energías salvíficas de la cruz de Cristo se ofrecen a la humanidad [7].
A la invitación a orar "por los que no creen en Dios" le seguirá, en unos instantes, una conmovedora oración en latín. Traducida, dice así: "Dios omnipotente y eterno, que has puesto en el corazón de los hombres una nostalgia tan profunda de ti que sólo cuando te encuentran hallan la paz: haz que, más allá de todo obstáculo, todos reconozcan los signos de tu bondad y, animados por el testimonio de nuestra vida, tengan el gozo de creer en ti, único verdadero Dios y Padre de todos los hombres. Por Cristo Nuestro Señor".
-------------------------------------------------
[1] San Agustín, Enarr. in Psalmos, 54, 12 (PL 36, 637).
[2] J. Dunn, La teologia dell'apostolo Paolo, Paideia, Brescia 1999, p. 227.
[3] G. Theissen - A. Merz, Il Gesù storico. Un manuale, Queriniana, Brescia 20032, p. 573.
[4] Lucrecio, De rerum natura, IV, 1129 s.
[5] San Agustín, In Ioh. Evang. 45,12.
[6] San Agustín, La predestinazione dei santi 15, 30 (PL 44, 981).
[7] Cf. Encíclica "Salvifici doloris", 23.
Entre la vida y la muerte…hasta que intervino Juan Pablo II
La madre de Gloria María le pidió al Papa que intercediera y salvara a su hija
10 de abril de 2009.- Gloria María fue concebida gracias a un libro del Papa Juan Pablo II en el que animaba a las familias a no tener miedo a recibir nuevos hijos. Sus padres vivían en la región Jura de Cracovia-Czestochowa, Polonia. Durante el embarazo, su vida empezó a correr peligro. Su madre cuenta que entonces "se aferró" al Papa: "Nadie más podía ayudarme", asegura. Los médicos tuvieron que hacer una cesárea de urgencia y pensaban que no saldría con vida. Pero se equivocaron. La familia envió su historia a al postulador de la causa de beatificación de Juan Pablo II.
(Małgorzata Szyszko-Kondej* / Fotografias superiores:© Reader´s Digest) El 2 de abril de 2005 Joanna Wrona estaba viendo las noticias, en la región Jura de Cracovia-Czestochowa (Polonia). A las 9:37 de la noche, se enteró con enorme tristeza de la muerte del papa Juan Pablo II. “Para mí fue un golpe terrible”, recuerda. “Estaba embarazada de tres meses, y estaba convencida de que el bebé que esperaba tenía una estrecha relación con el Santo Padre”. Gloria María fue concebida después de que Joanna leyera un libro de reflexiones del Papa en el que se animaba a los creyentes a no renunciar a tener muchos hijos. Tras leerlo, ella y Jacek decidieron tener el tercero.
Sin embargo, Joanna empezó a sentirse mal. Un día de mediados de junio, encontró una estampa de Juan Pablo II con las manos en alto en señal de bendición. Varios días después, en la semana 26 del embarazo, los movimientos del feto disminuyeron mucho y Joanna se sintió peor. En el hospital, los médicos le detectaron escasez de líquido amniótico e insuficiencia placentaria. El feto pesaba 467 gramos y su desarrollo se había detenido parcialmente en las semanas 20 y 22 de gestación.
La madre de Gloria María le pidió al Papa que intercediera y salvara a su hija
10 de abril de 2009.- Gloria María fue concebida gracias a un libro del Papa Juan Pablo II en el que animaba a las familias a no tener miedo a recibir nuevos hijos. Sus padres vivían en la región Jura de Cracovia-Czestochowa, Polonia. Durante el embarazo, su vida empezó a correr peligro. Su madre cuenta que entonces "se aferró" al Papa: "Nadie más podía ayudarme", asegura. Los médicos tuvieron que hacer una cesárea de urgencia y pensaban que no saldría con vida. Pero se equivocaron. La familia envió su historia a al postulador de la causa de beatificación de Juan Pablo II.
(Małgorzata Szyszko-Kondej* / Fotografias superiores:© Reader´s Digest) El 2 de abril de 2005 Joanna Wrona estaba viendo las noticias, en la región Jura de Cracovia-Czestochowa (Polonia). A las 9:37 de la noche, se enteró con enorme tristeza de la muerte del papa Juan Pablo II. “Para mí fue un golpe terrible”, recuerda. “Estaba embarazada de tres meses, y estaba convencida de que el bebé que esperaba tenía una estrecha relación con el Santo Padre”. Gloria María fue concebida después de que Joanna leyera un libro de reflexiones del Papa en el que se animaba a los creyentes a no renunciar a tener muchos hijos. Tras leerlo, ella y Jacek decidieron tener el tercero.
Sin embargo, Joanna empezó a sentirse mal. Un día de mediados de junio, encontró una estampa de Juan Pablo II con las manos en alto en señal de bendición. Varios días después, en la semana 26 del embarazo, los movimientos del feto disminuyeron mucho y Joanna se sintió peor. En el hospital, los médicos le detectaron escasez de líquido amniótico e insuficiencia placentaria. El feto pesaba 467 gramos y su desarrollo se había detenido parcialmente en las semanas 20 y 22 de gestación.
Destrozada, Joanna regresó a casa y cuando entró en el dormitorio, su mirada se posó en la estampa que había dejado sobre la cómoda. “Me aferré a ella”, cuenta. “Sabía que nadie más podía ayudarme”. Todos los días se ponía sobre el vientre la imagen de Juan Pablo II, y llena de fe le suplicaba su intercesión.
Una ultrasonografía reveló falta total de líquido amniótico y desarrollo asimétrico del feto, cuando pesaba alrededor de 800 gramos. Los médicos formularon el diagnóstico final: el feto no podía permanecer más tiempo en el vientre de la madre. Le propusieron hacerle una cesárea de inmediato. Si no acepto, podemos morir las dos, pensó. Pero Gloria vive mientras esté en mi vientre. ¿Tengo derecho a acortarle la vida, aunque sea un día?. El sacerdote del hospital le dijo que era una mujer muy fuerte, que creía que todo saldría bien y que le parecía necesario que se sometiera a la cesárea cuanto antes. Una enfermera le preguntó: -En caso de que su bebé fallezca, ¿qué desea que se haga con el cuerpo? Joanna respondió que quería que bautizaran a su hija. Había decidido llamarla Gloria María en honor de la Virgen de Jasna Góra, y se preguntó angustiada si esos nombres sólo los leería en una lápida blanca. Por unos momentos se quedó sola, mirando la cruz que había frente a su cama. Sin saber cómo, oyó tres veces con claridad en su mente una frase: “Después de los dolores del parto llega la alegría de la maternidad”. Entonces pensó: ‘Jesús mío, yo no tendré la alegría de la maternidad. Sólo los dolores del parto, y nada más’.
Soprendente para los médicos
Fue una noche larga y dura. Por la mañana, el pediatra le dijo a Joanna que la niña se encontraba en la incubadora y que estaba ocurriendo algo impresionante: el bebé respiraba por sí solo, se movía y había excretado gotitas de orina, lo que indicaba que tenía al menos un riñón y vejiga. El 8 de septiembre, natividad de la Virgen y 71 días después del nacimiento de Gloria, Jacek la llevó a casa. “Tomé entre mis brazos a la niña, y ya no la solté durante el resto del año”, cuenta Joanna. La niña recuperó la salud rápidamente. Empezó a caminar a los 14 meses de edad.
Los Wrona enviaron su relato al postulador de la causa de beatificación del Papa. La historia fue publicada por Totus Tuus, revista mensual dedicada a la causa de beatificación y canonización de Juan Pablo II. Gloria María se hizo famosa. Los periodistas esperaban fuera de su casa. Un canal de la televisión italiana realizó un reportaje sobre la niña y lo transmitió en horario de máxima audiencia. “Nuestro ejemplo demuestra que, además de las técnicas y los conocimientos médicos, existe algo más que infunde fuerzas, algo que ayuda y cambia la vida”, explica Jacek. “Somos una familia normal, ni mejor ni peor que cualquier otra, y sin duda no somos unos santos”, dice Joanna. “¿Por qué fuimos elegidos? Nosotros ya no pensamos en ello”.
Gloria María abraza a su madre, le toca el vientre y sonriendo dice: ‘Aquí hay un bebé’. Ahora ella, con toda su familia, esperará el milagro de otro nacimiento. El milagro de la vida.
Una ultrasonografía reveló falta total de líquido amniótico y desarrollo asimétrico del feto, cuando pesaba alrededor de 800 gramos. Los médicos formularon el diagnóstico final: el feto no podía permanecer más tiempo en el vientre de la madre. Le propusieron hacerle una cesárea de inmediato. Si no acepto, podemos morir las dos, pensó. Pero Gloria vive mientras esté en mi vientre. ¿Tengo derecho a acortarle la vida, aunque sea un día?. El sacerdote del hospital le dijo que era una mujer muy fuerte, que creía que todo saldría bien y que le parecía necesario que se sometiera a la cesárea cuanto antes. Una enfermera le preguntó: -En caso de que su bebé fallezca, ¿qué desea que se haga con el cuerpo? Joanna respondió que quería que bautizaran a su hija. Había decidido llamarla Gloria María en honor de la Virgen de Jasna Góra, y se preguntó angustiada si esos nombres sólo los leería en una lápida blanca. Por unos momentos se quedó sola, mirando la cruz que había frente a su cama. Sin saber cómo, oyó tres veces con claridad en su mente una frase: “Después de los dolores del parto llega la alegría de la maternidad”. Entonces pensó: ‘Jesús mío, yo no tendré la alegría de la maternidad. Sólo los dolores del parto, y nada más’.
Soprendente para los médicos
Fue una noche larga y dura. Por la mañana, el pediatra le dijo a Joanna que la niña se encontraba en la incubadora y que estaba ocurriendo algo impresionante: el bebé respiraba por sí solo, se movía y había excretado gotitas de orina, lo que indicaba que tenía al menos un riñón y vejiga. El 8 de septiembre, natividad de la Virgen y 71 días después del nacimiento de Gloria, Jacek la llevó a casa. “Tomé entre mis brazos a la niña, y ya no la solté durante el resto del año”, cuenta Joanna. La niña recuperó la salud rápidamente. Empezó a caminar a los 14 meses de edad.
Los Wrona enviaron su relato al postulador de la causa de beatificación del Papa. La historia fue publicada por Totus Tuus, revista mensual dedicada a la causa de beatificación y canonización de Juan Pablo II. Gloria María se hizo famosa. Los periodistas esperaban fuera de su casa. Un canal de la televisión italiana realizó un reportaje sobre la niña y lo transmitió en horario de máxima audiencia. “Nuestro ejemplo demuestra que, además de las técnicas y los conocimientos médicos, existe algo más que infunde fuerzas, algo que ayuda y cambia la vida”, explica Jacek. “Somos una familia normal, ni mejor ni peor que cualquier otra, y sin duda no somos unos santos”, dice Joanna. “¿Por qué fuimos elegidos? Nosotros ya no pensamos en ello”.
Gloria María abraza a su madre, le toca el vientre y sonriendo dice: ‘Aquí hay un bebé’. Ahora ella, con toda su familia, esperará el milagro de otro nacimiento. El milagro de la vida.
---------------------------------
*Extracto del artículo publicado en Selecciones Reader’s Digest
*Extracto del artículo publicado en Selecciones Reader’s Digest
Semana Santa en Jerusalén: Sábado Santo
El santo y grandioso sábado
Designio Media, una iniciativa de laicos de diversas nacionalidades, ha lanzado el programa "¡Ábrete Cielo!", con el objetivo de brindar a los fieles un espacio de reflexión y de acompañamiento a Jesús "día a día, desde su entrada a Jerusalén en el domingo de Ramos hasta el domingo de Resurrección".
"Abrir el cielo en esta generación significa hacer presente la obra de Dios en la Historia. Dios no es un dato abstracto. Dios es aquél que se ha dado a conocer por sus obras y encarnado en su Hijo Jesucristo, nos revela a los hombres el contenido de la existencia", explica el sitio web de la productora.
La serie consta de ocho programas de media hora cada uno y permite a los cristianos "peregrinar y conocer los lugares que han sido testigos de la vida de Jesucristo". Entre los testimonios de cristianos que ofrece "¡Ábrete Cielo!" se destaca la vida de José, "un católico que vive con su familia en Belén y que a pesar de las dificultades permanece por amor a sus raíces de fe".
"¡Ábrete Cielo!" se transmitirá por televisión en los Estados Unidos y en diversos varios países de América Latina, como República Dominicana, Perú, Chile y Argentina. Por su interés podrán seguir diariamente en "Escuchar ka Voz del Señor" estos programas. Hoy ofrecemos el correspondiente al Sábado Santo, en el cual se habla del santo y grandioso sábado.
Vídeo 1
Vídeo 2
Vídeo 3
El santo y grandioso sábado
Designio Media, una iniciativa de laicos de diversas nacionalidades, ha lanzado el programa "¡Ábrete Cielo!", con el objetivo de brindar a los fieles un espacio de reflexión y de acompañamiento a Jesús "día a día, desde su entrada a Jerusalén en el domingo de Ramos hasta el domingo de Resurrección".
"Abrir el cielo en esta generación significa hacer presente la obra de Dios en la Historia. Dios no es un dato abstracto. Dios es aquél que se ha dado a conocer por sus obras y encarnado en su Hijo Jesucristo, nos revela a los hombres el contenido de la existencia", explica el sitio web de la productora.
La serie consta de ocho programas de media hora cada uno y permite a los cristianos "peregrinar y conocer los lugares que han sido testigos de la vida de Jesucristo". Entre los testimonios de cristianos que ofrece "¡Ábrete Cielo!" se destaca la vida de José, "un católico que vive con su familia en Belén y que a pesar de las dificultades permanece por amor a sus raíces de fe".
"¡Ábrete Cielo!" se transmitirá por televisión en los Estados Unidos y en diversos varios países de América Latina, como República Dominicana, Perú, Chile y Argentina. Por su interés podrán seguir diariamente en "Escuchar ka Voz del Señor" estos programas. Hoy ofrecemos el correspondiente al Sábado Santo, en el cual se habla del santo y grandioso sábado.
Vídeo 1
Vídeo 2
Vídeo 3
Música Cristiana para la Semana Santa
Pange Lingua / Mocedades
Dime Señor / Mocedades
Vive Dios / Leonardo Caro
Fue el Mismo Dios / Movimiento de Vida Cristiana
1.Lo he traicionado y entregado a los malvados;
lo he coronado con espinas puntiagudas.
Yo he atravesado con la lanza su costado;
lo he clavado en un madero y aún me ama.
FUE EL MISMO DIOS,
QUIEN DIO SU VIDA EN UN MADERO POR AMOR.
FUE EL MISMO DIOS,
QUIEN DERRAMÓ SU SANGRE PARA DARME VIDA.
FUE EL MISMO DIOS,
QUIEN ACEPTÓ MORIR
ATRAVESADO Y DESGARRADO POR LOS CLAVOS.
FUE EL MISMO DIOS,
QUIEN ME HA SALVADO DEL PECADO Y DE LA MUERTE,
FUE EL MISMO DIOS.
2. Me ha entregado a su Madre con amor,
me ha lavado con amor los pies llagados.
Él me ha curado las heridas del pecado,
me ha amado desde antes que naciera.
FUE EL MISMO DIOS...
3. Me ha enseñado como seguirlo y amarlo,
me ha llamado para una gran misión.
Él me ha escogido para ser un apóstol,
para anunciarlo con mi vida hasta la muerte.
FUE EL MISMO DIOS...
Cena Pascual / Fernando Leiva
Pange Lingua / Mocedades
Dime Señor / Mocedades
Vive Dios / Leonardo Caro
Fue el Mismo Dios / Movimiento de Vida Cristiana
1.Lo he traicionado y entregado a los malvados;
lo he coronado con espinas puntiagudas.
Yo he atravesado con la lanza su costado;
lo he clavado en un madero y aún me ama.
FUE EL MISMO DIOS,
QUIEN DIO SU VIDA EN UN MADERO POR AMOR.
FUE EL MISMO DIOS,
QUIEN DERRAMÓ SU SANGRE PARA DARME VIDA.
FUE EL MISMO DIOS,
QUIEN ACEPTÓ MORIR
ATRAVESADO Y DESGARRADO POR LOS CLAVOS.
FUE EL MISMO DIOS,
QUIEN ME HA SALVADO DEL PECADO Y DE LA MUERTE,
FUE EL MISMO DIOS.
2. Me ha entregado a su Madre con amor,
me ha lavado con amor los pies llagados.
Él me ha curado las heridas del pecado,
me ha amado desde antes que naciera.
FUE EL MISMO DIOS...
3. Me ha enseñado como seguirlo y amarlo,
me ha llamado para una gran misión.
Él me ha escogido para ser un apóstol,
para anunciarlo con mi vida hasta la muerte.
FUE EL MISMO DIOS...
Cena Pascual / Fernando Leiva
jueves, 9 de abril de 2009
Semana Santa en Jerusalén: Viernes Santo
Diálogo de Jesús con Pilato
Designio Media, una iniciativa de laicos de diversas nacionalidades, ha lanzado el programa "¡Ábrete Cielo!", con el objetivo de brindar a los fieles un espacio de reflexión y de acompañamiento a Jesús "día a día, desde su entrada a Jerusalén en el domingo de Ramos hasta el domingo de Resurrección".
"Abrir el cielo en esta generación significa hacer presente la obra de Dios en la Historia. Dios no es un dato abstracto. Dios es aquél que se ha dado a conocer por sus obras y encarnado en su Hijo Jesucristo, nos revela a los hombres el contenido de la existencia", explica el sitio web de la productora.
La serie consta de ocho programas de media hora cada uno y permite a los cristianos "peregrinar y conocer los lugares que han sido testigos de la vida de Jesucristo". Entre los testimonios de cristianos que ofrece "¡Ábrete Cielo!" se destaca la vida de José, "un católico que vive con su familia en Belén y que a pesar de las dificultades permanece por amor a sus raíces de fe".
"¡Ábrete Cielo!" se transmitirá por televisión en los Estados Unidos y en diversos varios países de América Latina, como República Dominicana, Perú, Chile y Argentina. Por su interés podrán seguir diariamente en "Escuchar ka Voz del Señor" estos programas. Hoy ofrecemos el correspondiente al Viernes Santo, en el cual se habla del diálogo de Jesús con Pilato.
Vídeo 1
Vídeo 2
Vídeo 3
Diálogo de Jesús con Pilato
Designio Media, una iniciativa de laicos de diversas nacionalidades, ha lanzado el programa "¡Ábrete Cielo!", con el objetivo de brindar a los fieles un espacio de reflexión y de acompañamiento a Jesús "día a día, desde su entrada a Jerusalén en el domingo de Ramos hasta el domingo de Resurrección".
"Abrir el cielo en esta generación significa hacer presente la obra de Dios en la Historia. Dios no es un dato abstracto. Dios es aquél que se ha dado a conocer por sus obras y encarnado en su Hijo Jesucristo, nos revela a los hombres el contenido de la existencia", explica el sitio web de la productora.
La serie consta de ocho programas de media hora cada uno y permite a los cristianos "peregrinar y conocer los lugares que han sido testigos de la vida de Jesucristo". Entre los testimonios de cristianos que ofrece "¡Ábrete Cielo!" se destaca la vida de José, "un católico que vive con su familia en Belén y que a pesar de las dificultades permanece por amor a sus raíces de fe".
"¡Ábrete Cielo!" se transmitirá por televisión en los Estados Unidos y en diversos varios países de América Latina, como República Dominicana, Perú, Chile y Argentina. Por su interés podrán seguir diariamente en "Escuchar ka Voz del Señor" estos programas. Hoy ofrecemos el correspondiente al Viernes Santo, en el cual se habla del diálogo de Jesús con Pilato.
Vídeo 1
Vídeo 2
Vídeo 3
SOS Infancia, una ONG con espiritualidad cristiana, dedicada a trabajar por los más débiles, los niños
9 de abril de 2009.- SOS Infancia, ONG española, tiene como razón de ser ayudar de la forma más directa, desinteresada y eficaz posible, a la población infantil más necesitada, en cualquier lugar del mundo. Puedes saber mucho más en http://www.sosinfancia.es La razón de ser de la ONG es ayudar de la forma más directa y eficaz posible, a la población infantil más necesitada, en la parte del mundo a la que en cada momento pueda llegar nuestra acción. Los niños, por su inocencia, son las criaturas más indefensas y por tanto las más vulnerables. Este es el vídeo de presentación de SOS Infancia.
LA ESPIRITUALIDAD DE SOS INFANCIA
9 de abril de 2009.- SOS Infancia, ONG española, tiene como razón de ser ayudar de la forma más directa, desinteresada y eficaz posible, a la población infantil más necesitada, en cualquier lugar del mundo. Puedes saber mucho más en http://www.sosinfancia.es La razón de ser de la ONG es ayudar de la forma más directa y eficaz posible, a la población infantil más necesitada, en la parte del mundo a la que en cada momento pueda llegar nuestra acción. Los niños, por su inocencia, son las criaturas más indefensas y por tanto las más vulnerables. Este es el vídeo de presentación de SOS Infancia.
LA ESPIRITUALIDAD DE SOS INFANCIA
/ Autor: Ignacio María Doñoro de los Ríos, Capellán de SOS Infancia
Muy queridos amigos:
Desde un principio quisimos que nuestra Asociación fuera mucho más que una ONG. Así lo hicimos constar en los estatutos cuando, más allá de ese mero instrumento jurídico funcionalmente útil que es la “Organización No Gubernamental”, nos definimos como "Asociación de inspiración cristiana", "que tiene por modelo a la Santísima Virgen" para cumplir con la vocación de sus socios a la santidad mediante la ayuda a los niños más necesitados. Así nos hacíamos eco de la indicación que el propio Jesús nos hizo: "Lo que hicísteis con uno de estos mis humildes hermanos conmigo lo hicísteis" (Mt. 25,40).
A su vez, dado que la atención a los niños necesitados es en definitiva una parte importante de la vida familiar de cada socio, y que entre todos queremos formar, a modo de familia, un ámbito en el que los hermanos se quieran, tomamos como guía la Exhortación Apostólica “Familiaris Consortio” de Juan Pablo II en cuanto llamada que es a conformar con la sencillez propia de la familia de Nazaret, tanto la unión entre quienes formamos SOS Infancia como la que tenemos con los niños necesitados. Por eso, rasgos como la sencillez, la alegría, la oración, la presencia del Niño Dios y de la Santísima Virgen, vividos en familia, son las referencias de SOS Infancia. Es nuestra manera de ser Iglesia Misionera, escuela de comunión.
SOS Infancia cuenta también con familias muy especiales, las religiosas de clausura que ofrecen todos los días sus vidas por la Iglesia y por nuestro Movimiento.
El lema que tantas veces hemos repetido: "Queremos hacer hombres y mujeres libres, capaces de amar porque se sintieron amados" es reto constante en nuestra acción.
SOS Infancia es el grito de Cristo desde la Cruz, grito de los niños que por ser pobres o víctimas de situaciones límite como el abuso sexual, la explotación, o la guerra, nunca tuvieron infancia. El dolor de los niños que parece que no son niños es el llanto del mismo Dios. Es imposible no ver en ellos a Cristo solo, abandonado, maltratado, sin identidad.
SOS Infancia quiere ser instrumento en manos del Señor para restituir a los más débiles su dignidad, devolverles la niñez robada por los pecados de los hombres, ser camino de paz que arranca sonrisas inocentes.
Desde un principio vimos una riqueza para nuestro Movimiento en el hecho de que en esta gran familia estuvieran también aquellos que no compartan nuestra fe, pero sí nuestros ideales. "Porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber..." aquellos que sin reconocer a Cristo también son los bienaventurados (Mt. 25,31-46). Porque SOS Infancia quiere servir a estas personas como una oportunidad o medio de cumplir, aun inconscientemente, el mandamiento de amor dado por el Señor a los hombres. Así, no por las palabras que pronuncien sino por haber amado verdaderamente, con obras, estos hermanos alejados de nuestra fe serán también de la verdad (Jn. 3,18).
La Obra de Amor se ha ido haciendo a base de oración y sacrificio, de mucho sacrificio y mucha oración.
SOS Infancia no tiene bienes, es pobre igual que los niños a los que ayudamos, no poseemos nada. No tenemos ni gastos de gestión, ni de secretaría, ni siquiera una sede; no tenemos teléfono, todos somos voluntarios, todo lo hacen nuestros socios con su trabajo, sencillamente por amor.
En poco tiempo y vinculadas a SOS Infancia han ido surgiendo vocaciones a la vida religiosa y al sacerdocio; vemos en ello una especial bendición del Señor y una llamada a ser más exigentes en nuestra vocación.
Muy queridos amigos:
Desde un principio quisimos que nuestra Asociación fuera mucho más que una ONG. Así lo hicimos constar en los estatutos cuando, más allá de ese mero instrumento jurídico funcionalmente útil que es la “Organización No Gubernamental”, nos definimos como "Asociación de inspiración cristiana", "que tiene por modelo a la Santísima Virgen" para cumplir con la vocación de sus socios a la santidad mediante la ayuda a los niños más necesitados. Así nos hacíamos eco de la indicación que el propio Jesús nos hizo: "Lo que hicísteis con uno de estos mis humildes hermanos conmigo lo hicísteis" (Mt. 25,40).
A su vez, dado que la atención a los niños necesitados es en definitiva una parte importante de la vida familiar de cada socio, y que entre todos queremos formar, a modo de familia, un ámbito en el que los hermanos se quieran, tomamos como guía la Exhortación Apostólica “Familiaris Consortio” de Juan Pablo II en cuanto llamada que es a conformar con la sencillez propia de la familia de Nazaret, tanto la unión entre quienes formamos SOS Infancia como la que tenemos con los niños necesitados. Por eso, rasgos como la sencillez, la alegría, la oración, la presencia del Niño Dios y de la Santísima Virgen, vividos en familia, son las referencias de SOS Infancia. Es nuestra manera de ser Iglesia Misionera, escuela de comunión.
SOS Infancia cuenta también con familias muy especiales, las religiosas de clausura que ofrecen todos los días sus vidas por la Iglesia y por nuestro Movimiento.
El lema que tantas veces hemos repetido: "Queremos hacer hombres y mujeres libres, capaces de amar porque se sintieron amados" es reto constante en nuestra acción.
SOS Infancia es el grito de Cristo desde la Cruz, grito de los niños que por ser pobres o víctimas de situaciones límite como el abuso sexual, la explotación, o la guerra, nunca tuvieron infancia. El dolor de los niños que parece que no son niños es el llanto del mismo Dios. Es imposible no ver en ellos a Cristo solo, abandonado, maltratado, sin identidad.
SOS Infancia quiere ser instrumento en manos del Señor para restituir a los más débiles su dignidad, devolverles la niñez robada por los pecados de los hombres, ser camino de paz que arranca sonrisas inocentes.
Desde un principio vimos una riqueza para nuestro Movimiento en el hecho de que en esta gran familia estuvieran también aquellos que no compartan nuestra fe, pero sí nuestros ideales. "Porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber..." aquellos que sin reconocer a Cristo también son los bienaventurados (Mt. 25,31-46). Porque SOS Infancia quiere servir a estas personas como una oportunidad o medio de cumplir, aun inconscientemente, el mandamiento de amor dado por el Señor a los hombres. Así, no por las palabras que pronuncien sino por haber amado verdaderamente, con obras, estos hermanos alejados de nuestra fe serán también de la verdad (Jn. 3,18).
La Obra de Amor se ha ido haciendo a base de oración y sacrificio, de mucho sacrificio y mucha oración.
SOS Infancia no tiene bienes, es pobre igual que los niños a los que ayudamos, no poseemos nada. No tenemos ni gastos de gestión, ni de secretaría, ni siquiera una sede; no tenemos teléfono, todos somos voluntarios, todo lo hacen nuestros socios con su trabajo, sencillamente por amor.
En poco tiempo y vinculadas a SOS Infancia han ido surgiendo vocaciones a la vida religiosa y al sacerdocio; vemos en ello una especial bendición del Señor y una llamada a ser más exigentes en nuestra vocación.
miércoles, 8 de abril de 2009
“Dios siempre va por delante, nos fiamos de Él y Él de nosotros”
Jaime tiene dos años, doce operaciones quirúrgicas, una minusvalía importante y una familia de reportaje
8 de abril de 2009.- Borja y Patricia son un matrimonio fuera de lo normal, una especie en peligro de extinción. Peligro no para ellos, sino para una sociedad que parece haber olvidado que el amor es sinónimo de entrega, conlleva sacrificio y se encara con una buena dosis de ilusión y otra no menos grande de valor.
(Jesús García / Alba) Desde antes de casarse pasearon con alegría, en sus ocho años de noviazgo, la bandera de lo que es un noviazgo cristiano. Y eso sin saber lo que el Señor les tenía reservado, como unos escogidos de la mano de Dios, para dar al mundo un ejemplo de superación, entrega, valor y sacrificio del de carne y hueso, que siente y padece, y no de celofán y brillantina, tan de moda últimamente.
Ambos son miembros del Camino Neocatecumenal, una catequesis posbautismal que ha acercado a millones de personas en todo el mundo a vivir un encuentro personal con Cristo. Se conocieron en Loreto, bajo la atenta mirada de Juan Pablo II el Grande y ocho años después, con 29 años él y 27 ella, se casaron, “como Dios manda”.
En seguida nació Inés, su primera hija, y poco después, Patricia se quedó embarazada de Jaime, quien con prisas por conocer a sus padres y hermana, vino al mundo en la semana 28 de gestación, pesando 1.200 gramos. “Es curioso curioso cómo el Señor tiene sus planes y los dispone en la vida de los que nos acogemos a Él”, dice Patricia. “Justo el día antes yo hice un paso del Camino que se llama Reditio, en el que tras dos años de preparación, renovamos ante toda la comunidad nuestra fe de manera pública, rezando el Credo. El nacimiento de Jaime y el estado en que nació fue una llamada al abandono total en las manos de Dios Padre”. Lo cierto es que los médicos no daban un duro por Jaime, pero poco a poco, el pequeño le fue sacando minutos a la vida, haciendo frente como un valiente a las complicaciones que iban surgiendo en la incubadora.
La primera de ellas llegó unas horas después del nacimiento y con un nombre extraño que no auguraba nada bueno: la enfermedad de Hirschsprung, una afección intestinal que afecta a uno de cada cinco mil recién nacidos, que imposibilita el intestino para su función natural y que, de no descubrirse a tiempo, producirá la muerte en dos días como mucho. Jaime, con apenas unas horas de vida, afrontará entonces la primera de las once operaciones a las que se vio sometido en un año. Era la primera estación de un calvario que está viviendo un niño Jesús de menos de tres años.
A las tres de la tarde
Tenía Jaime dos meses cuando un viernes a las tres de la tarde, la hora revelada por el Señor a santa Faustina como la de su Infinita Misericordia, Patricia recibió una llamada del hospital para comunicarle que Jaime había sufrido un derrame cerebral de nivel 3, que le produjo una hidrocefalia y que hacía necesaria la implantación en la cabeza de una válvula que le ayude a eliminar líquido. “En ese momento colgué el teléfono, me metí en mi habitación y de rodillas le grité a Dios: ¡Abba! ¡Papaíto! ¿Por qué permites esto!?”. Era la segunda estación. Dice Patricia, una vez que ha pasado cierto tiempo, que “ahora sé que Dios ha ido siempre por delante de nosotros. Nos hemos fiado de Él y Él se ha fiado de nosotros”. Reconoce que alguna vez le ha dicho que no podía más, pero “luego me he dado cuenta de que Dios no te pide nada que no te haya dado antes. Te pide la fuerza que recibiste, la fe que ya te regaló”. Patricia reconoce que a veces le dan ganas de llorar cuando está en el parque y Jaime no mueve sus piernas, se queda mirando a otros niños.
Jaime tiene dos años, doce operaciones quirúrgicas, una minusvalía importante y una familia de reportaje
8 de abril de 2009.- Borja y Patricia son un matrimonio fuera de lo normal, una especie en peligro de extinción. Peligro no para ellos, sino para una sociedad que parece haber olvidado que el amor es sinónimo de entrega, conlleva sacrificio y se encara con una buena dosis de ilusión y otra no menos grande de valor.
(Jesús García / Alba) Desde antes de casarse pasearon con alegría, en sus ocho años de noviazgo, la bandera de lo que es un noviazgo cristiano. Y eso sin saber lo que el Señor les tenía reservado, como unos escogidos de la mano de Dios, para dar al mundo un ejemplo de superación, entrega, valor y sacrificio del de carne y hueso, que siente y padece, y no de celofán y brillantina, tan de moda últimamente.
Ambos son miembros del Camino Neocatecumenal, una catequesis posbautismal que ha acercado a millones de personas en todo el mundo a vivir un encuentro personal con Cristo. Se conocieron en Loreto, bajo la atenta mirada de Juan Pablo II el Grande y ocho años después, con 29 años él y 27 ella, se casaron, “como Dios manda”.
En seguida nació Inés, su primera hija, y poco después, Patricia se quedó embarazada de Jaime, quien con prisas por conocer a sus padres y hermana, vino al mundo en la semana 28 de gestación, pesando 1.200 gramos. “Es curioso curioso cómo el Señor tiene sus planes y los dispone en la vida de los que nos acogemos a Él”, dice Patricia. “Justo el día antes yo hice un paso del Camino que se llama Reditio, en el que tras dos años de preparación, renovamos ante toda la comunidad nuestra fe de manera pública, rezando el Credo. El nacimiento de Jaime y el estado en que nació fue una llamada al abandono total en las manos de Dios Padre”. Lo cierto es que los médicos no daban un duro por Jaime, pero poco a poco, el pequeño le fue sacando minutos a la vida, haciendo frente como un valiente a las complicaciones que iban surgiendo en la incubadora.
La primera de ellas llegó unas horas después del nacimiento y con un nombre extraño que no auguraba nada bueno: la enfermedad de Hirschsprung, una afección intestinal que afecta a uno de cada cinco mil recién nacidos, que imposibilita el intestino para su función natural y que, de no descubrirse a tiempo, producirá la muerte en dos días como mucho. Jaime, con apenas unas horas de vida, afrontará entonces la primera de las once operaciones a las que se vio sometido en un año. Era la primera estación de un calvario que está viviendo un niño Jesús de menos de tres años.
A las tres de la tarde
Tenía Jaime dos meses cuando un viernes a las tres de la tarde, la hora revelada por el Señor a santa Faustina como la de su Infinita Misericordia, Patricia recibió una llamada del hospital para comunicarle que Jaime había sufrido un derrame cerebral de nivel 3, que le produjo una hidrocefalia y que hacía necesaria la implantación en la cabeza de una válvula que le ayude a eliminar líquido. “En ese momento colgué el teléfono, me metí en mi habitación y de rodillas le grité a Dios: ¡Abba! ¡Papaíto! ¿Por qué permites esto!?”. Era la segunda estación. Dice Patricia, una vez que ha pasado cierto tiempo, que “ahora sé que Dios ha ido siempre por delante de nosotros. Nos hemos fiado de Él y Él se ha fiado de nosotros”. Reconoce que alguna vez le ha dicho que no podía más, pero “luego me he dado cuenta de que Dios no te pide nada que no te haya dado antes. Te pide la fuerza que recibiste, la fe que ya te regaló”. Patricia reconoce que a veces le dan ganas de llorar cuando está en el parque y Jaime no mueve sus piernas, se queda mirando a otros niños.
Jóvenes peruanos dan testimonio y razones en un vídeo para vivir activamente la Semana Santa
8 de abril de 2009.-Un grupo de jóvenes peruanos ha lanzado un video titulado "¿Por qué participar de Semana Santa?" en el que se alienta a vivir intensamente el Triduo Pascual.La breve producción, recurre a la exitosa fórmula de videos testimoniales y te lo ofrecemos para que compruebes que Dios sigue llamando a alimentarnos de su vida con la oración y la celebración Pascual.
8 de abril de 2009.-Un grupo de jóvenes peruanos ha lanzado un video titulado "¿Por qué participar de Semana Santa?" en el que se alienta a vivir intensamente el Triduo Pascual.La breve producción, recurre a la exitosa fórmula de videos testimoniales y te lo ofrecemos para que compruebes que Dios sigue llamando a alimentarnos de su vida con la oración y la celebración Pascual.
Semana Santa en Jerusalén: Jueves Santo
Jesús lava los pies a sus discípulos
Designio Media, una iniciativa de laicos de diversas nacionalidades, ha lanzado el programa "¡Ábrete Cielo!", con el objetivo de brindar a los fieles un espacio de reflexión y de acompañamiento a Jesús "día a día, desde su entrada a Jerusalén en el domingo de Ramos hasta el domingo de Resurrección".
"Abrir el cielo en esta generación significa hacer presente la obra de Dios en la Historia. Dios no es un dato abstracto. Dios es aquél que se ha dado a conocer por sus obras y encarnado en su Hijo Jesucristo, nos revela a los hombres el contenido de la existencia", explica el sitio web de la productora.
La serie consta de ocho programas de media hora cada uno y permite a los cristianos "peregrinar y conocer los lugares que han sido testigos de la vida de Jesucristo". Entre los testimonios de cristianos que ofrece "¡Ábrete Cielo!" se destaca la vida de José, "un católico que vive con su familia en Belén y que a pesar de las dificultades permanece por amor a sus raíces de fe".
"¡Ábrete Cielo!" se transmitirá por televisión en los Estados Unidos y en diversos varios países de América Latina, como República Dominicana, Perú, Chile y Argentina. Por su interés podrán seguir diariamente en "Escuchar ka Voz del Señor" estos programas. Hoy ofrecemos el correspondiente al Jueves Santo, en el cual se habla de Jesús lava los pies a sus discípulos.
Vídeo 1
Vídeo 2
Vídeo 3
Jesús lava los pies a sus discípulos
Designio Media, una iniciativa de laicos de diversas nacionalidades, ha lanzado el programa "¡Ábrete Cielo!", con el objetivo de brindar a los fieles un espacio de reflexión y de acompañamiento a Jesús "día a día, desde su entrada a Jerusalén en el domingo de Ramos hasta el domingo de Resurrección".
"Abrir el cielo en esta generación significa hacer presente la obra de Dios en la Historia. Dios no es un dato abstracto. Dios es aquél que se ha dado a conocer por sus obras y encarnado en su Hijo Jesucristo, nos revela a los hombres el contenido de la existencia", explica el sitio web de la productora.
La serie consta de ocho programas de media hora cada uno y permite a los cristianos "peregrinar y conocer los lugares que han sido testigos de la vida de Jesucristo". Entre los testimonios de cristianos que ofrece "¡Ábrete Cielo!" se destaca la vida de José, "un católico que vive con su familia en Belén y que a pesar de las dificultades permanece por amor a sus raíces de fe".
"¡Ábrete Cielo!" se transmitirá por televisión en los Estados Unidos y en diversos varios países de América Latina, como República Dominicana, Perú, Chile y Argentina. Por su interés podrán seguir diariamente en "Escuchar ka Voz del Señor" estos programas. Hoy ofrecemos el correspondiente al Jueves Santo, en el cual se habla de Jesús lava los pies a sus discípulos.
Vídeo 1
Vídeo 2
Vídeo 3
martes, 7 de abril de 2009
Paul Ponce, artista de malabares: “Dios es el mejor malabarista”
"De mi fe doy testimonio entre bambalinas"
Paul y su mujer llevan una profunda vida de piedad, de oración y Misa diaria
7 de abril de 2009.- Su vida sacramental acredita el nomadismo al que le obliga la vocación que heredó de sus mayores: fue bautizado en Lima, hizo la Primera Comunión en Londres, se confirmó en Bahamas y contrajo matrimonio en Montserrat. De su dilatada carrera quizás se quede con la vez que actuó frente a Benedicto XVI y con su interpretación del malabarista de Notre Dame. Con Lia, su mujer, ha puesto en marcha un curioso proyecto evangelizador: una colección de camisetas con las frases más impactantes de Cristo (http://www.owac-tees.com/).
"De mi fe doy testimonio entre bambalinas"
Paul y su mujer llevan una profunda vida de piedad, de oración y Misa diaria
7 de abril de 2009.- Su vida sacramental acredita el nomadismo al que le obliga la vocación que heredó de sus mayores: fue bautizado en Lima, hizo la Primera Comunión en Londres, se confirmó en Bahamas y contrajo matrimonio en Montserrat. De su dilatada carrera quizás se quede con la vez que actuó frente a Benedicto XVI y con su interpretación del malabarista de Notre Dame. Con Lia, su mujer, ha puesto en marcha un curioso proyecto evangelizador: una colección de camisetas con las frases más impactantes de Cristo (http://www.owac-tees.com/).
(Gonzalo Altozano /Alba)
-De jovencito soñaba con la fama, el dinero, las mujeres…
-Hasta que me di cuenta de que por sí solo nada de eso te llenaba.
-La plenitud, ¿dónde la encontró?
-En Dios.
-¿Cómo fue?
-Desde niño me sentí inclinado por lo trascendente. Cuando alguien hablaba de Dios, yo escuchaba atento. Pero luego seguía con mi vida…
-¿Cuándo se plantó?
-Cuando me confirmé. Al principio me planteaba el sacramento como un requisito burocrático, hasta que empecé a hacerme preguntas sobre Dios, la Virgen, la Iglesia…
-Y las respuestas…
-Abrieron mis ojos, me hicieron decir: “¡Wow! ¿Ser católico significa creer en esto? ¡Pero si es una maravilla, un tesoro!”.
-Después de la Confirmación, ¿qué?
-Me sentía tan bien que iba todos los días a la iglesia a dar gracias a Dios. Y a pedirle que guiara mis pasos.
-¿Adónde le llevó?
-A un grupo de jóvenes del Regnum Christi, a los que conocí en Montecarlo. Estos chicos daban un año de su vida para ayudar a la Iglesia como misioneros laicos.
-Y usted se apuntó al plan.
-Después de todo lo que Dios me había dado, era lo mínimo que podía hacer por Él.
-Hasta que me di cuenta de que por sí solo nada de eso te llenaba.
-La plenitud, ¿dónde la encontró?
-En Dios.
-¿Cómo fue?
-Desde niño me sentí inclinado por lo trascendente. Cuando alguien hablaba de Dios, yo escuchaba atento. Pero luego seguía con mi vida…
-¿Cuándo se plantó?
-Cuando me confirmé. Al principio me planteaba el sacramento como un requisito burocrático, hasta que empecé a hacerme preguntas sobre Dios, la Virgen, la Iglesia…
-Y las respuestas…
-Abrieron mis ojos, me hicieron decir: “¡Wow! ¿Ser católico significa creer en esto? ¡Pero si es una maravilla, un tesoro!”.
-Después de la Confirmación, ¿qué?
-Me sentía tan bien que iba todos los días a la iglesia a dar gracias a Dios. Y a pedirle que guiara mis pasos.
-¿Adónde le llevó?
-A un grupo de jóvenes del Regnum Christi, a los que conocí en Montecarlo. Estos chicos daban un año de su vida para ayudar a la Iglesia como misioneros laicos.
-Y usted se apuntó al plan.
-Después de todo lo que Dios me había dado, era lo mínimo que podía hacer por Él.
-Aquel año fue…
-El mejor de mi vida: descubrí que la felicidad no estaba en recibir, sino en dar. Olvidarse de uno para encontrarse. ¡Qué bonita paradoja!
-¿Le costó volver al mundo del espectáculo?
-Lo hice con otras miras: ya no pensaba en la fama, el dinero, las mujeres, sino en evangelizar.
-¿Desde el escenario?
-Más bien entre bambalinas, ante los artistas, dando testimonio.
-¿De qué manera?
-Mostrándome feliz, despreocupado de las cosas del mundo, pendiente sólo de las de Dios, compartiendo los dolores y las alegrías, estando allí cuando mis compañeros me necesitaran.
-¿Nunca le han mirado raro?
-En el mundo del espectáculo, donde hay de todo, suelen respetarse las creencias. Es verdad que alguna vez alguien ha podido hacer un comentario negativo sobre, qué sé yo, la Iglesia.
-Ante eso, ¿qué hace?
-Defender mi fe, aunque me cueste. Al Espíritu Santo le pido que me ilumine y a Dios Padre ayuda para amar a esa persona, por la que su Hijo también murió.
-¿Tienen que ver sus estudios de Teología con su empeño por defender la fe?
-Estudio Teología por la necesidad de fundamentar nuestras convicciones, más en los tiempos que corren. También estudio por afición.
-Y por correspondencia.
-Es que la vida que llevo…
-Ahí quería llegar: ¿la fe exige raíces?
-Sólo en Dios, pero no en sitio alguno. En esta vida estamos de paso, somos peregrinos. Por eso la fe hay que cultivarla estemos donde estemos. ¿Sabe qué?
-¿Qué?
-Me encanta ir a misa en Japón y pensar que la liturgia es la misma que la de la iglesia a la que van mis padres en España.
-¿Quiere para sus hijos la vida que ha llevado usted?
-Eso me preguntó una vez el director de un casino.
-¿Qué le respondió?
-Que quería que mis hijos fueran felices. Y que la única forma posible es haciendo la voluntad de Dios.
-Conclusión: la vida nómada no es incompatible con el catolicismo.
-Mi mujer y yo tenemos una vida de piedad bien definida: oraciones, lectura espiritual, meditación, rosario, misa diaria…
-Si no fuera por eso…
-No estaríamos donde estamos. Mantener el fuego evangelizador no es fácil. De ahí la importancia de hacer uso de los medios que Dios, respetando nuestra libertad, nos pone al alcance.
-Hablando de rezar: usted lo hace antes de salir a escena.
-Sí, y de una forma natural, nada forzada, como el que habla con un amigo, con su mejor amigo. Le pido sobre todo que lo que vaya a hacer en el escenario sirva para un bien mayor.
-Le gustará saber que ustedes, los malabaristas, tienen un patrón.
-San Juan Bosco, sí, que era fantástico porque después de hacer malabares ante los jóvenes les invitaba a misa.
-¿Y Dios? ¿Qué tal malabarista es?
-¿Dios? ¡Un fenómeno, el mejor! El mundo está como está y a Él no se le escapa una sola plegaria.
-El mejor de mi vida: descubrí que la felicidad no estaba en recibir, sino en dar. Olvidarse de uno para encontrarse. ¡Qué bonita paradoja!
-¿Le costó volver al mundo del espectáculo?
-Lo hice con otras miras: ya no pensaba en la fama, el dinero, las mujeres, sino en evangelizar.
-¿Desde el escenario?
-Más bien entre bambalinas, ante los artistas, dando testimonio.
-¿De qué manera?
-Mostrándome feliz, despreocupado de las cosas del mundo, pendiente sólo de las de Dios, compartiendo los dolores y las alegrías, estando allí cuando mis compañeros me necesitaran.
-¿Nunca le han mirado raro?
-En el mundo del espectáculo, donde hay de todo, suelen respetarse las creencias. Es verdad que alguna vez alguien ha podido hacer un comentario negativo sobre, qué sé yo, la Iglesia.
-Ante eso, ¿qué hace?
-Defender mi fe, aunque me cueste. Al Espíritu Santo le pido que me ilumine y a Dios Padre ayuda para amar a esa persona, por la que su Hijo también murió.
-¿Tienen que ver sus estudios de Teología con su empeño por defender la fe?
-Estudio Teología por la necesidad de fundamentar nuestras convicciones, más en los tiempos que corren. También estudio por afición.
-Y por correspondencia.
-Es que la vida que llevo…
-Ahí quería llegar: ¿la fe exige raíces?
-Sólo en Dios, pero no en sitio alguno. En esta vida estamos de paso, somos peregrinos. Por eso la fe hay que cultivarla estemos donde estemos. ¿Sabe qué?
-¿Qué?
-Me encanta ir a misa en Japón y pensar que la liturgia es la misma que la de la iglesia a la que van mis padres en España.
-¿Quiere para sus hijos la vida que ha llevado usted?
-Eso me preguntó una vez el director de un casino.
-¿Qué le respondió?
-Que quería que mis hijos fueran felices. Y que la única forma posible es haciendo la voluntad de Dios.
-Conclusión: la vida nómada no es incompatible con el catolicismo.
-Mi mujer y yo tenemos una vida de piedad bien definida: oraciones, lectura espiritual, meditación, rosario, misa diaria…
-Si no fuera por eso…
-No estaríamos donde estamos. Mantener el fuego evangelizador no es fácil. De ahí la importancia de hacer uso de los medios que Dios, respetando nuestra libertad, nos pone al alcance.
-Hablando de rezar: usted lo hace antes de salir a escena.
-Sí, y de una forma natural, nada forzada, como el que habla con un amigo, con su mejor amigo. Le pido sobre todo que lo que vaya a hacer en el escenario sirva para un bien mayor.
-Le gustará saber que ustedes, los malabaristas, tienen un patrón.
-San Juan Bosco, sí, que era fantástico porque después de hacer malabares ante los jóvenes les invitaba a misa.
-¿Y Dios? ¿Qué tal malabarista es?
-¿Dios? ¡Un fenómeno, el mejor! El mundo está como está y a Él no se le escapa una sola plegaria.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)